Observados con luz: Dios, mi prójimo y yo

Luz es vida: en el principio creó Dios la luz. Y su nueva creación también comenzó a emitir luz. ¿Qué luz? ¿Y qué tiene que ver con nosotros? Datos que iluminan provenientes de un Servicio Divino con el Apóstol Mayor.

"El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos", así decía el texto bíblico de Isaías 9:2 para el Servicio Divino del 9 de diciembre de 2017 en Gemena (República Democrática del Congo).

Las tinieblas son la imagen del distanciamiento de Dios, explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. Y la luz es el símbolo de la vida eterna. Aunque las palabras del profeta tengan siglos de antigüedad, el Nuevo Testamento remite muy claramente la "gran luz" a Jesucristo. Él vino a la tierra para traer vida divina a los hombres y conducirlos a la comunión con Dios.

Cómo actúa la luz

Esta luz ilumina de diferentes formas, explica el dirigente de la Iglesia:

  • "Nos permite ver a Dios como Él realmente es". No como un Dios que castiga y amenaza. Sino como "un Dios de amor que está cerca del hombre y lo quiere salvar".
  • "Nos permite vernos a nosotros mismos como realmente somos". No como nos gustaría presentarnos. Sino "lo visible y lo invisible, las obras y los pensamientos".
  • "Nos permite ver a nuestro prójimo a la luz de Dios". No los errores o las diferencias. Sino "reconocer a un alma a la que Jesús ama y quiere redimir".
  • "Jesús ilumina el camino a Dios y previene de peligros que nos asechan". Por ejemplo, la relativización del Evangelio. Más de uno elige lo que le resulta cómodo y deja de lado lo incómodo.

Andar en la luz

En esta convicción hay que andar como hijos de luz, de lo que forma parte:

  • La fe y las obras deben concordar: y no sólo se trata de hacer lo correcto. "Cerciorémonos de mantener puros nuestros pensamientos para que nuestra motivación siga siendo pura".
  • Ver al prójimo a la luz de Jesús: "Incluso en nuestros enemigos reconozcamos a un alma a la que el Señor ama tanto que murió por ella".
  • Ser una luz para nuestros contemporáneos: En tiempos de inseguridad y desesperación crecientes se necesita una señal de esperanza. "Anunciemos el alegre mensaje del retorno de Jesucristo". Y "mostremos que es posible vivir conforme a su Evangelio, aquí y ahora".

El que obra así, experimentará la bendición de Dios, destacó el Apóstol Mayor Schneider: "Uno seguramente no se volverá el más rico, el más hermoso o el más poderoso, pero tendrá paz en el corazón". Y a estos llevará consigo Jesús en su retorno.

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