"Él reina en nuestro corazón"

El rey se llama León. Miles de niños aplauden mientras él sube al trono. Pero después viene otro rey, uno totalmente diferente y que cambia todo... Escenas de un Servicio Divino para niños junto al Apóstol Mayor.

"¿Parece León un rey?" –"¡No!", se escuchan muchas voces al unísono. Pero esto se puede modificar. Atendiendo a las exclamaciones del público, los ayudantes traen las insignias del poder: una corona, un cetro, una capa de piel de leopardo y finalmente, llegan los guardaespaldas. Entonces el soberano comienza con su tarea.

Su palacio está en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo. Es la iglesia central de Limete, justo al lado del edificio de la administración de la Iglesia regional nuevoapostólica "RD Congo Oeste". Y es el segundo Servicio Divino para niños que Jean-Luc Schneider conduce en su ministerio como Apóstol Mayor.

El único rey

Cuatro niños se presentan uno tras otro delante del trono. En ese momento se puede ver qué tarjeta sacaron. Si tienen en su mano una tarjeta roja, el rey León dicta su condena: "Se merece la cárcel". Y los guardaespaldas con lentes de sol puestos, se llevan al culpable. Pero el que posee una tarjeta verde, recupera su libertad.

Casi 3300 niños participan de la representación, más una cantidad indeterminada de espectadores en la televisión, pues el evento es transmitido por la emisora nacional a todo el país y a los estados vecinos, como ya se hizo con el primer Servicio Divino de ese tipo en Lubumbashi en la Iglesia regional "RD Congo Sudeste".

El otro rey

Otro niño se adelanta, sale del medio de la comunidad, sin corona, cetro ni capa. Se dirige en línea recta a los prisioneros: "Os perdono, estáis libres".

Y entonces los acontecimientos llevan al texto bíblico: "Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre" (Lucas 1:31-32).

Totalmente diferente

Jesús es nuestro Rey, dice el mensaje del Servicio Divino, pero un Rey totalmente diferente:

  • Sin brillar ni presumir, como una persona sencilla rodeada de personas sencillas.
  • No condena ni castiga, sino que concede el perdón.
  • No impone a otros su voluntad, sino que obedece al Padre celestial.
  • No se deja servir, sino que se pone al servicio de todos.
  • Obtuvo la victoria sobre la muerte y el mal.

"Bien, Jesús ahora está en el cielo, pero Él todavía sigue reinando. ¿Dónde reina?". –"Él reina en nuestro corazón". –"Excelente respuesta. ¿Estais de acuerdo?". –"¡Sí!". –"¿Y qué significa esto?". –"¡Él viene por nosotros en primer lugar!".

Seguir su ejemplo

Interactuando los niños y el Apóstol Mayor averiguan cómo pueden obrar siguiendo el ejemplo de Jesús:

  • Tratar a las demás personas en igualdad de condiciones.
  • Perdonar a los que nos han herido.
  • Obedecer los mandamientos de Dios.
  • Ayudar a nuestro prójimo, ante todo en la oración.
  • Quedar fieles a Dios para poder entrar en su reino.

La conclusión del Apóstol Mayor: "Queremos ser como Jesucristo. Esto no se ve en nuestro rostro, pero reconocemos nuestra fortaleza por medio de nuestra conducta: podemos perdonar. Podemos obedecer los mandamientos en todas las circunstancias. Podemos ayudar a otros, orando por ellos y haciéndoles el bien. Y juntos llegaremos al cielo para vivir con Cristo".

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