Navidad, una gran exigencia sin Navidad

¿Se adapta todavía la Navidad a nuestro tiempo? Más de dos mil millones de personas la festejan, ¿pero todavía creen en el antiguo mensaje de la encarnación de Dios? Se canta sobre paz, alegría, amor, pero el mundo se ve diferente.

¿Navidad sin Navidad? ¿Cómo puede ser? ¿Quién puede aceptar los hermosos aromas, las coronas de luces, el árbol adornado, los cantos típicos, si Navidad no sigue siendo una fiesta de la fe? Difícilmente se puede aceptar una Navidad sin fe. Guerras, muerte de niños, desesperanza, dominación del mercado: "No, Navidad no me gusta para nada. No cambia nada para mí", dice el enfermo. Y el médico que lo atiende también tiene que trabajar. "Navidad me parece totalmente desconsolada", dice el solitario. "¿De qué puedo alegrarme?". El que no tiene techo busca un rincón de alguna casa donde no haya viento, los comedores barriales están llenos.

¿Qué hay de especial en la Navidad? Nada, a no ser que nosotros la hagamos especial. Nació el Salvador. Dios se hizo hombre en su Hijo. Es la fe general de la cristiandad. Esto es lo que ante todo une a los bautizados en Cristo.

Te amo – te ayudo – vengo otra vez

La Navidad y la fe en Jesucristo, el Salvador del mundo, se siguen adaptando y quizás incluso más que nunca a nuestra época actual. El Salvador se necesita imperiosamente. Alguien que sane lo que se ha roto. La fe en Él es la mejor receta en contra de la desesperanza y el miedo, es un buen baluarte en contra de la misantropía y los deseos de guerra. Este Cristo nos dejó tres mensajes, dijo el Director internacional de la Iglesia al coro de niños que lo estaba esperando antes del Servicio Divino en Perth: "Te ayudo – te amo – vengo otra vez". Esto es el Evangelio en tres frases, un poderoso consuelo para los, como mínimo, dos mil millones de cristianos. Algo se puede hacer en esta materia.

Seguir el buen ejemplo

"En este día de Navidad quiero referirme a María, quien se sometió a la voluntad de Dios y que por la consecuente obediencia y humildad contribuyó a que Dios pudiera adoptar en Jesús la condición de hombre. María es un ejemplo que podemos seguir", dice el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en su mensaje de Navidad . Su "hágase conmigo conforme a tu palabra" fue la expresión de su profunda fe y confianza. Además, María recién recibió mucho más adelante, cuando Jesús había resucitado, la prueba de que la promesa del ángel se había cumplido: ¡Él era realmente el Salvador, el Hijo de Dios! Los hombres no pueden ver tan lejos, muchas veces su visión sólo llega hasta la punta de su nariz. Por eso la Navidad tiene algo que ver con la paciencia y la perseverancia. El Salvador nacido en Belén quiere venir otra vez como el Novio. Y esta promesa todavía está pendiente.

Dice al respecto el Apóstol Mayor Schneider: "Aún así, al igual que María, no eludamos la 'gran exigencia' que supone la fe, por el contrario, aceptémosla y guardemos la fe". Sólo así se puede obtener una ganancia de las promesas aún no cumplidas.

Navidad, una fiesta de alegría

"Y el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor" (de la historia de la Navidad según Lucas 2).

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Peter Johanning
24.12.2016
Navidad