Amar más al Dador que al regalo

Reconocer, recordar, apreciar. Así es como se muestra el agradecimiento. Y es la respuesta a una pregunta milenaria: “¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?” (Salmos 116:12).

“La base de la vida social es que cada uno dé al otro, debe haber un equilibrio, uno debe ser equitativo”, dijo el Apóstol Mayor Schneider durante el Servicio Divino del 2 de octubre de 2022 en Évreux (Francia). “Solamente que el salmista se da cuenta de que esto no funciona con Dios. Nunca podré estar a mano con Dios”.

“Primero, porque Dios satisface mis necesidades, pero Él no tiene necesidades. Es perfecto. Así que no puedo hacerle ningún favor a Dios”. Y, en segundo lugar: “¿Qué darás para ganarte la vida eterna? ¿Qué puedes dar a cambio del sacrificio de Jesucristo? No estamos en la misma categoría”.

“Lo único que puedo hacer es mostrarle mi agradecimiento”. ¿Y cómo? Para ello, el Apóstol Mayor mencionó:

  • -Ser consciente del valor del regalo
  • Recordar a quien lo regala
  • Sentirse comprometido con el Dador
  • Mostrar afecto a quien lo regala

“El primer paso del agradecimiento es apreciar el valor de lo que Dios nos da. Y aquí podría hacer una larga lista”. Por ejemplo, el dirigente de la Iglesia mencionó el clima, la lluvia, el sol, los recursos minerales y la paz (“esto es para la sociedad”), pero también la salud, el sustento y la familia (“nuestra vida personal”) y (“a nivel espiritual”), además, el Servicio Divino, la Santa Cena y la fe en Cristo.

“Basta con que haya una pequeña crisis o una gran crisis, y justo en ese momento uno se da cuenta de que, al final, no es tan sobreentendido como parece”. Con ello, el Apóstol Mayor abordó tanto el cambio climático como la escasez de materias primas, las guerras, las enfermedades, el desempleo y el cese de los Servicios Divinos presenciales debido al coronavirus. “Entonces te das cuenta de la importancia de lo que Dios da a los seres humanos”.

“Luego el segundo paso es recordar que Él nos lo ha dado”, continuó el Apóstol Mayor. “En este caso, basta con echar un vistazo a la Biblia para darse cuenta de que el ser humano siempre cae en la misma trampa”, que es olvidar los beneficios de Dios “ni bien nos falta algo, cuando algo no satisface nuestras expectativas, cuando nos sucede algo desagradable”.

“Una de las razones por las que nos reunimos cada semana es para celebrar y recordar la victoria y el sacrificio de Jesucristo. Este es uno de los significados más profundos de la Santa Cena: decirle al mundo, y especialmente a nosotros mismos: ‘¡Yo no olvido!’”.

Sentirse comprometido a agradecer al Dador se manifiesta de varias maneras:

  • Quien aprecia un regalo lo trata con cuidado. Esto se aplica tanto a la creación como a la salud y, sobre todo, a la vida del alma.
  • Apreciarlo también significa cumplir las promesas: “Le has prometido algo a Dios en tu Bautismo, en tu Confirmación, en tu boda, en tu ordenación”.
  • “Como sabemos que todo se lo debemos a Él, también llevamos nuestra dádiva a Dios”.

“Y el último punto es: mostrar afecto al Dador”. Porque “cuando abrazamos a quien nos ha dado algo, queremos mostrarle nuestro afecto”. Pero “¿cómo funciona eso con Dios?”.

“El punto máximo del agradecimiento es amar al Dador. Nuestra relación con Él es mucho más importante que lo que nos da. Nos quedamos con Él incluso cuando no responde a todas nuestras oraciones y confiamos en Él”. Y entonces Dios dio otra receta: “La mejor manera de amarme es amar al prójimo y compartir lo que te he dado con los demás”.

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Andreas Rother
09.11.2022
Francia, apóstol mayor, servicio Divino