Seis Servicios Divinos, cinco con inauguración de la iglesias

Seis días estuvo de viaje el Apóstol de Distrito Charles S. Ndandula. En su transcurso celebró seis Servicios Divinos e inauguró cinco edificios de iglesias. Comunidades vivas, que existen en África pero también en todos los demás continentes.

En el área de Apóstol Senanga, el responsable es el Apóstol Ignatius B. Luneta. Viven aquí casi 50.000 hermanos y hermanas en la fe que concurren a 473 comunidades y son atendidos por 1.749 asistentes espirituales. Del 8 al 13 de septiembre, el Apóstol de Distrito Ndandula visitó a los hermanos en el oeste de Zambia.

El primer día de su viaje, el dirigente de la Iglesia condujo un Servicio Divino en Liangati, inauguró la iglesia y dispensó al matrimonio Katutu Kahilu, el Anciano de Distrito y su esposa, la bendición para sus bodas de rubí. Participaron más de 1.200 hermanos y hermanas. Por la tarde se realizó un gran concierto. El segundo día, el Apóstol de Distrito ofició otro Servicio Divino en Libala. Los siervos contaron localmente más de 2.100 presentes en el Servicio Divino.

El tercer día del viaje, el Apóstol de Distrito Ndandula entregó a su destino el edificio de la iglesia en Mulele consagrándolo como casa de Dios. También aquí dispensó la bendición para un aniversario matrimonial: el Anciano de Distrito Dimmy Kabuku y su esposa celebraron sus bodas de plata. Casi 600 creyentes participaron del Servicio Divino. El 11 de septiembre, cuarto día del viaje, el Apóstol de Distrito inauguró la iglesia en Kaungamashi. Otra vez se reunieron cientos de cristianos para alabar, agradecer y adorar a Dios.

Más de 1.300 cristianos nuevoapostólicos se reunieron el 12 de septiembre en la comunidad Nashangu para el Servicio Divino inaugural. Y otra vez los organizadores contaron 1.700 concurrentes al Servicio Divino en el sexto día de viaje en Lyamanyinga. El Apóstol de Distrito Ndandula inauguró también aquí el edificio de la iglesia. Las comunidades crecen. Aquí la Iglesia está prosperando.

Comunión y alegría

Promover la comunión, esto es más que estar sentados los domingos uno al lado del otro en el banco de la iglesia escuchando la prédica. La comunión necesita tiempo, la comunión requiere acercarse al otro, la comunión vive de dar y recibir. Y la comunión ofrece jovialidad, encuentro, agradecimiento. En Rosario, 300 kilómetros al noroeste de Buenos Aires (Argentina) se reunieron 160 jóvenes para compartir un fin de semana. Actividades deportivas, talleres, Servicio Divino, los jóvenes aprovecharon el tiempo para intercambiar y conocerse. Comunidades vivas, también en Sudamérica.

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