Con vocación, a pesar de la falta de dinero y nobleza

Por siempre con el Señor: este es el sentido deseo de muchas personas. Dios escoge y da la vocación para este grandioso futuro. Pero también es necesario oír acerca de una segunda posibilidad vocacional. He aquí algunos pensamientos centrales de un Servicio Divino del Apóstol Mayor.

El domingo 19 de agosto de 2019 en Riga, Letonia, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider predicó en un Servicio Divino que convocó a 212 personas. Al respecto dijo: “Realizar un Servicio Divino ante un grupo de personas pequeño también es, siempre, una hermosa experiencia. Mi deseo es que este Servicio Divino contribuya a fortalecer la fe que tenemos en común”.

Como base de su exposición colocó el pasaje bíblico de 1. Corintios 1: 26-27, que expresa: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es”.

El Apóstol Mayor Schneider explicó: “Dios nos ha escogido y nos ha dado vocación de comunión eterna con Él. Nos quiere preparar para que podamos estar en comunión. Debemos evolucionar hasta ser semejantes a Él”.

La elección radica en la gracia, no en los méritos. “Dios nos ha dado la vocación para que moremos eternamente con Él. Nos ha escogido con este propósito. ¿A quiénes ha escogido? Seguramente no a los mejores porque no nos merecemos ser hijos de Dios. Permanezcamos en humildad frente a Dios. Dependemos por completo de su gracia.

El temor de Dios es más importante que el saber humano. “Dios siempre sabe más que yo. Yo simplemente hago lo que me dice. Él tiene razón. Esto es lo más importante: no que hayamos estudiado teología durante doce años, sino este profundo temor de Dios. Es saber que Dios lo sabe mejor”.

El amor es más importante que no tener fallas. “Desde el punto de vista humano, la perfección significa que no tenemos fallas. Dios tiene una medida muy diferente de la perfección. Ser perfectos en Jesucristo significa ser perfectos en el amor. El hombre es obediente, porque ama a Jesucristo. No sirve al Señor para ganar algo, para heredar algo, sino únicamente, porque lo ama. Sigue cometiendo errores y es un pobre pecador, pero cada pecado le duele”.

Las personas también tienen vocación por una segunda razón: “Jesús no sólo nos ha dado la vocación de tener comunión con Él, sino que también nos ha dado vocación de servicio. Debemos servirle a Él y a los hombres, ya hoy, en la tierra y en el futuro, en el reino de paz de los mil años como sacerdotes de Dios y de Cristo”.

La fortaleza se origina de la fe, no es fruto de las habilidades. “Pablo dijo: ’Yo no vengo en mi nombre, sino que vengo porque Jesús me lo ha encargado`, esta era su fortaleza”. El Apóstol Mayor agregó: “Y nosotros no le podemos decir a Dios: ’Yo esto no lo puedo hacer’. ¡Creemos en nuestro envío! Si Él nos ha elegido, entonces podemos hacerlo.

El servicio en equipo, no en soledad. “Si pensáis: “¡Así es, si de todos modos no lo logro!’, entonces pensad en Moisés”, pidió la máxima autoridad de la Iglesia. “Moisés también había sido escogido por Dios, el que le había dado vocación. Y Moisés discutió con Dios: `Pues no, Dios, esto no lo sé hacer, no se puede hacer“. Al final, Dios le dijo: ’Ya basta. Tú no estás solo. Te he dado a tu hermano Aarón’. Solos y en soledad no podemos cumplir nuestro servicio, pero si somos unánimes en la comunidad y uno le ayuda al otro, podemos cumplir nuestro servicio”.

No medir el resultado del trabajo aplicando el criterio del hombre. “No realicemos un servicio perfecto. Seguro, tenemos una idea, nos imaginamos algo que sería exitoso entre nosotros. Pero tampoco en estos casos olvidemos que sólo somos servidores. Que Dios mide el éxito de un modo completamente diferente”. Y completó: “No es el mandato de los Apóstoles llevar a todo el mundo a la confesión y sellarlo. No es el mandato de los cristianos exterminar el mal de este mundo. No es el mandato de los Apóstoles convertir a todo el mundo en la Novia de Jesucristo. Es asunto de Dios”.

“Nuestro éxito consiste en hacer la voluntad de Dios hasta el final. Así tuvo éxito Jesús: Él cumplió la voluntad de Dios hasta el final. Dios bendijo el trabajo de Pablo, quien fue fiel hasta el final. Del mismo modo, Dios quiere bendecir nuestro servicio. Él bendice a los que le sirven con fieldad hasta el final”.

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Oliver Rütten
10.10.2018
Letonia, apóstol mayor, servicio Divino