Tras la pista de los misterios celestiales

Los misterios suelen tener gran popularidad. Saber sobre lo que no todo el mundo sabe, a muchos les produce hormigueo y los estimula. ¡Pero al final salen a la luz! Lo mismo pasa en la fe, dice el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider.

El máximo dirigente internacional de la Iglesia pasó un fin de semana en Zambia. Allí celebró dos Servicios Divinos, cada uno con muchos miles de visitantes. El sábado 25 de septiembre de 2021, su prédica en Kalabo –a unos 450 kilómetros al oeste de Lusaka– trató sobre el pasaje bíblico de Mateo 13:11-12: “Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”.

“Los misterios de los que Jesús habla aquí son verdades divinas que están más allá de la comprensión humana”, introdujo el Apóstol Mayor su prédica. El ser humano solo puede conocerlos cuando el Espíritu Santo se los revela. Y el ser humano debe creer en estas verdades para ser bendecido y salvo.

Las verdades divinas que el Apóstol Mayor tenía en mente las transmitió en su prédica:

  • Una verdad divina es que Jesucristo es el Hijo de Dios: Aunque muchos contemporáneos creyeron que Jesús había sido enviado por Dios para hacer milagros, “no creyeron en su filiación divina”. Muchos acabaron alejándose nuevamente de Él. Pero aquellos que lo reconocieron como el Hijo de Dios vivo fueron capaces más tarde de verlo como el Resucitado y, después de Pentecostés, de predicar el Evangelio con celo y valor. Conclusión: “La fe en Jesucristo como Hijo de Dios da acceso a la vida eterna”.
  • Una verdad divina es que Dios ha llamado a su rebaño para la gloria: “El que cree de verdad que Dios lo ha hecho coheredero con Cristo, es humilde y agradecido. Esta posición del corazón le da acceso a la bendición”. En cambio, el que ya no lo cree de verdad y se fija otras prioridades, corre el riesgo de perder el beneficio de su llamamiento.
  • Una verdad divina es que Jesucristo confió la autoridad y el encargo al apostolado: Los cristianos nuevoapostólicos creen que el apostolado revela aquellos misterios que son decisivos para la salvación. “Cuando esta fe se debilita, damos más importancia a las reglas y tradiciones que a aquello que es necesario para la salvación”.
  • Una verdad divina es que la comunidad nupcial será arrebatada en el retorno de Jesucristo: Este, predicaba el Apóstol Mayor Schneider, es uno de los grandes misterios que Cristo reveló al apostolado. “Esta fe da sentido a nuestra vida y nos consuela cuando fallece un ser querido. Nos permitirá entrar en el reino de Dios como primicias”. Conclusión: Es tarea de los seguidores de Cristo cuidar especialmente este tesoro.
  • Una verdad divina es que Cristo está en medio de la comunidad cuando esta se congrega en su nombre: Esta fe no siempre está tan viva como debería, señaló el director de la Iglesia. “Juzguémoslo nosotros mismos: De los registros bíblicos aprendemos que la presencia de Jesucristo pone fin a las acusaciones contra el prójimo y a las disputas sobre quién es el mayor”.

El conocimiento de estas verdades divinas es impartido por el Espíritu Santo. Creer en esto da acceso a la bendición y la salvación, repitió el Apóstol Mayor.

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Peter Johanning
13.10.2021
Zambia, apóstol mayor, servicio Divino