Llegar a ser perfecto: cómo lograrlo

Suena paradójico: solo los que son perfectos pueden entrar en el reino de los cielos. Por otro lado, ningún ser humano puede ser perfecto. El Apóstol Mayor explica en un Servicio Divino cómo lo resuelve Jesús.

El martes 17 de agosto de 2021, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider visitó la comunidad en Nairobi (Kenia). Al comienzo del Servicio Divino, leyó el pasaje de Marcos 10:26-27: “Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios”.

Este hecho de la historia del joven rico muestra una cosa: quien solo se preocupa por la riqueza terrenal no entrará en el reino de los cielos. El Apóstol Mayor mostró lo que esta historia sigue enseñando: “Para los judíos creyentes, la riqueza significaba ser bendecidos por Dios. La riqueza terrenal era un signo de bendición: si guardas los mandamientos, agradarás a Dios, Dios te bendecirá y serás rico”. Pero no era tan sencillo. Uno no podía ganarse la bendición de Dios y su reino con buenas acciones, sino que tenía que ser perfecto. Los discípulos lo entendían, pero al mismo tiempo sabían que nadie podía ser perfecto. Por eso preguntaron: “¿Quién, pues, podrá ser salvo?”. El Apóstol Mayor dio la respuesta: “Para ser salvos, debemos tener una fe perfecta. Debemos creer en Jesucristo, en su sacrificio, en sus enseñanzas y confiar en Él en todo. Esta es la clave de la salvación”.

Perfectamente libre de pecado

“Para entrar en el reino de Dios hay que estar libre de pecado”, explicó el Apóstol Mayor y de inmediato aclaró que esto es imposible para un ser humano. Pero es posible para Dios. Él puede dar la gracia. El pecador debe creer y arrepentirse. “Nuestro arrepentimiento debe ser sincero, nuestra voluntad de luchar contra el pecado debe ser firme y debemos esforzarnos por reparar el daño que hemos hecho y reconciliarnos”, dejó claro el Presidente de la Iglesia.

Perdonar perfectamente

“Nuestro perdón también debe ser perfecto”, dijo el Apóstol Mayor Schneider. Esto es difícil desde una perspectiva humana, pero posible con Dios. Es especialmente difícil para quienes son víctimas de crímenes terribles. Puede pasar mucho tiempo para que alguien en esas circunstancias sea capaz de perdonar. “Y para esas víctimas surge la pregunta: ¿y si el Señor viene antes de que yo haya podido perdonar?”. Pero el Apóstol Mayor está seguro: “Dios es justo, tiene en cuenta los esfuerzos, no los resultados, y estoy absolutamente convencido de que Dios dará la gracia cuando un alma así luche y anhele poder perdonar”.

Perfectamente uno

“Jesús quiere que su pueblo sea uno, como Él y el Padre son uno. Y os digo que si esa es la condición para ser salvos, entonces se hace imposible que nos salvemos”. No hay disonancia entre Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y es imposible que los seres humanos sean uno de esta manera. Pero con Dios es posible: “Con Cristo y en Cristo es posible ser uno. Como estamos de acuerdo en que su doctrina es la verdad, que sus pensamientos son los correctos, seguir a Jesucristo y hacer su voluntad es el mejor camino”.

Confiar perfectamente

“¿Recordáis la historia de los espías en el antiguo pueblo de Israel?”, preguntó el Apóstol Mayor a la comunidad. “Enviaron a doce espías a explorar la tierra prometida, y diez llegaron y dijeron que era imposible: ‘Este pueblo es tan fuerte, tan grande, que no podemos hacerlo’”. Pero dos confiaron en Dios y se les dio la razón. Incluso hoy en día, muchas personas dicen que la doctrina ya no es actual o que los siervos de Dios son imperfectos. Pero Dios responde: ‘Dejadme hacerlo, permanezco en mi doctrina y puedo ser fuerte a través de servidores débiles’. El Apóstol Mayor apeló: “Imposible para los hombres, posible para Dios, también nosotros, hermanos y hermanas, confiamos en Jesucristo. No le pedimos que adapte y modernice su doctrina, que anule este mandamiento y cambie el otro. Aceptamos que nos guíe a través de servidores imperfectos”.

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Katrin Löwen
08.09.2021
Kenia, apóstol mayor, servicio Divino