¡Vivir, como Él vive!

“La Pascua nos recuerda: ¡Hermano, hermana, no te preocupes, el Señor está aquí!”. Este es –resumido en una frase– el mensaje de Pascua 2022 del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. Fue predicado en el Servicio Divino de Pascua en Bünde (Alemania).

“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis”. Así dice el Evangelio según Juan 14:18-19. En la historia de Pascua, dijo el director de la Iglesia, se informa que las mujeres compraron aceite para ungir el cuerpo de su Señor. Sin embargo, “el sepulcro estaba cerrado con una gran piedra, su preocupación era: ¿Quién nos ayudará ahora a mover esta gran piedra? No tenían solución para eso, la piedra era demasiado pesada, demasiado grande para ellas”. Cuando llegaron al sepulcro, la piedra ya había sido removida, el sepulcro estaba vacío, el Señor había resucitado.

¡Ya ha acontecido!

“Esto también tiene un significado para todos nosotros: queremos servir al Señor, queremos hacer algo por Él y estamos preocupados. Hay tantos obstáculos, hay tantos problemas, que en realidad no podemos servir al Señor como quisiéramos. Falta algo aquí, falta algo allá, hay carencias, hay dificultades”. El Apóstol Mayor Schneider señaló que esto es comprensible. Pero la fiesta de Pascua nos recuerda: “¡No os preocupéis, el Señor está aquí! E incluso si no puedes verlo: Él está llevando su Obra a la consumación. Nos preocupamos, pero en el fondo el Señor está haciendo algo mucho más grande”.

Por el momento, todavía hay que creer y poner fe en la esperanza, pero: “Jesús ya ha vencido. Ya no hay signo de interrogación, esto no es una hipótesis, no es una posibilidad, es un hecho divino: Jesucristo ha vencido el mal y la muerte”.

Ni sueño ni utopía

Tal vez, dijo el dirigente de la Iglesia, el obrar de Jesús fue un hermoso sueño para algunos. A otros les hubiera gustado oírlo predicar. Pero entonces se sintieron confrontados con la realidad. Había muerto. Había afirmado ser el Hijo de Dios, pero Dios no lo había bajado de la cruz, no lo había ayudado. Para el mundo, Jesús estaba muerto.

Pero ahora este Jesús ha dicho: “Aunque el mundo no me vea más, yo vivo y seguiré viviendo”. Sabía: “Matarán mi cuerpo, tendré que experimentar la muerte terrenal. Pero lo que realmente constituye mi vida, mi verdadera vida, no pueden tocarlo: mi relación con Dios, mi comunión con mi Padre, mi estrecha vinculación con Dios. Pueden hacer lo que quieran”.

Y viene otra vez

“Entonces dice aquí: Vendré otra vez a vosotros… a vosotros, no a todos”. El mundo se había olvidado de Él. Como Resucitado, por lo tanto, solo se apareció a los que antes habían creído en Él: a las mujeres, a Pedro, a los discípulos de Emaús, a los Apóstoles. Pablo dice que una vez se apareció a quinientos hermanos a la vez. “¿Y qué hizo en cada encuentro? Consoló, dio paz: No temáis, estoy aquí, estoy con vosotros, paz sea con vosotros”. Perdonó a Pedro, no se enojó con los discípulos por dejarlo. Y les confirmó una vez más: “Yo os envío” y les dio una misión. “Estos fueron los encuentros del Resucitado con los que antes habían creído en Él. Vivía, se les apareció para consolarlos, para darles paz, para fortalecerlos, para tener comunión con ellos, para darles el perdón y para darles una misión. Más tarde les explicó: No os dejaré solos”.

Lo que dice es la verdad

Ahora los discípulos entendieron lo que significa: Yo vivo y vosotros también viviréis. Tuvieron encuentros con el Señor y pudieron mantener, fortalecer y desarrollar su relación con Dios y con Jesucristo. “Tenían plena confianza, sabían: ¡Lo que Él dice es la verdad! Él está con nosotros, nos ayuda, nos guía, nos fortalece y nos envía. Así que estaban llenos de confianza, llenos de seguridad, valor y esperanza”.

Para muchos hoy en día Jesucristo está muerto, señaló el dirigente de la Iglesia. “¿Por qué no interviene? ¿Por qué permite que esto ocurra?”. ¿Y su doctrina, el Evangelio? Aunque son pensamientos agradables que suenan bien, “pero vencer el mal con el bien, amar al otro, amar al enemigo, perdonar... todo eso está tan fuera de la realidad, es pura utopía, no se puede poner en práctica. Un hermoso sueño, una hermosa teoría, pero lejos de la realidad”.

Lo que afirman los cristianos y la Iglesia de Cristo es diferente: “Jesucristo está con nosotros, Dios está con nosotros. Jesucristo nos dice: ¡No os preocupéis, yo vivo! Estoy llevando mi Obra a la consumación y nadie puede detenerme. Todavía tengo todo bajo control. Pueden decir lo que quieran”.

El Apóstol Mayor amonestó a la comunidad de hoy a no renunciar a esta relación con Jesucristo, pase lo que pase. “Lo repito conscientemente: ¡Esta es y sigue siendo tu decisión! Si quieres, puedes seguir siendo fiel. Es solo la pregunta: ¿Dices que sí o dices que no a Dios? ¡Cristo vive, y nosotros queremos vivir, como Él!”.

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Peter Johanning
04.05.2022
apóstol mayor, Pascua, servicio Divino