Amar, creer y servir como Jesús

El domingo 4 de agosto de 2024, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider dirigió a la joven comunidad una palabra de la epístola a los Romanos: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29).

Llegar a ser como Jesús, si uno quiere

En primer lugar, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider se refirió a los “predestinados” mencionados en el texto bíblico. “Antes de que nacieras, Dios te conocía: tu personalidad, tu carácter, las condiciones en las que vives y cada detalle de tu vida”. Sin embargo, esto no significa que como resultado quede restringido el libre albedrío, sino que Dios ha decidido: “A esta misma persona, en este tiempo, en este país, en esta situación de vida, le daré la oportunidad de llegar a ser como Cristo y le daré todo lo que necesita para llegar a ser como Cristo. Pero depende de ti. Tienes que decidir si quieres llegar a ser como Cristo o no”.

Llegar a ser como Jesús, en el futuro y ya hoy

Llegar a ser como Cristo tiene dos dimensiones: “En primer lugar, está la dimensión de la vida eterna”, dijo el Apóstol Mayor y explicó: “Jesucristo fue el primer ser humano que pudo entrar en el reino de Dios. Dios le dio un cuerpo nuevo y así pudo entrar en el reino de Dios”. Para los seres humanos, esto significa: “Si quieres, puedes recibir este cuerpo de resurrección y llegar a ser tan perfecto como fue Jesucristo”. Significa que puedes tener una comunión perfecta con Dios.

La segunda dimensión: “Puedes llegar a ser como Cristo ahora, en esta vida”. Las cualidades que ya puedes alcanzar hoy son:

  • Confianza: “Jesucristo, cuando estaba en la tierra, tenía absoluta confianza: Conozco el futuro”. Para los cristianos, esto quiere decir: “Podemos llegar a ser como Cristo y tener la misma confianza en el futuro”. Un cristiano sabe lo que va a pasar: “Dios quiere que los seres humanos sean salvos y hará todo lo posible para que todo aquel que quiera tenga la oportunidad de entrar en el reino de Dios”.
  • Amor: “Jesús era perfecto en el amor”. El ser humano no es así: “De vez en cuando hacemos cosas que no deberíamos, hacemos daño a los demás. Pero Jesús nos dice: “Si quieres, puedes llegar a ser como yo. Te diré cómo amar de un modo perfecto”.
  • Sabiduría: “Jesús siempre tomó las decisiones correctas”. Con la ayuda del Espíritu Santo, los creyentes pueden hacer lo mismo. “Seguimos siendo humanos, a veces cometeremos errores, pero en términos de vida eterna, tienes la oportunidad de ser sabio y decidas lo que decidas, no impedirá tu salvación”.
  • Fuerza: “Jesús era fuerte y poderoso. Decidió: Quiero volver a mi Padre y nadie puede impedírmelo”. Los creyentes pueden decidir por sí mismos: “Queremos entrar en el reino de Dios. Queremos estar con Jesús. Queremos tener gloria eterna y Jesús puede ayudarnos, podemos ser fuertes”.
  • Fuente de bendición: “Jesús se convirtió en una bendición para muchos”. Espera, dijo el Apóstol Mayor, que los jóvenes también sientan el mismo deseo: “Queremos ser una fuente de bendición para los demás, ayudar a los demás y hacerlos felices”.

Llegar a ser como Jesús, tomar las decisiones correctas

Para llegar a ser como Cristo, hay que tomar las decisiones correctas:

  • “En primer lugar, hay que decidir como Cristo: creo en Dios y confío en Él”. Al igual que Jesús creyó en su Padre y confió incondicionalmente en Él.
  • “El segundo paso: quiero amar a Dios como Jesús amaba a su Padre. Para Jesús, la máxima prioridad era la relación con su Padre”. También debería aplicarse a los creyentes: “Lo más importante para mí es mi relación con Dios. Quiero permanecer unido a Dios, quiero amarlo y no permitir que nada ni nadie destruya esta unidad, este amor a Dios”.
  • “La tercera decisión: Jesús había decidido: No he venido para ser servido. He venido para servir. Si quieres ser transformado a la imagen de Cristo y llegar a ser como Cristo, entonces debes decidir como Él: Quiero servir, no ser servido”. Esto significa ser obediente a Dios como Jesús, “aunque no entienda la voluntad de Dios”. Y, como Él, centrarse en la salvación y en la salvación de los demás: “Esto es algo que los cristianos tienen que aceptar: que no pueden utilizar a Dios, el Evangelio y su fe para gobernar el mundo y resolver todos los problemas del mundo”.

Llegar a ser como Jesús, y cambiar el mundo

“Cuando tomas estas tres decisiones –creer, amar, servir–, el efecto es otro: no solo te cambias a ti mismo, sino también tus relaciones con los demás”. Y “si te conviertes en la imagen de Jesús, puedes cambiar el mundo, no la realidad, sino el modo en que la gente lo percibe”. Durante su estancia en la tierra, Jesús reveló a los seres humanos la naturaleza de Dios y su presencia en la tierra. “Si llegas a ser la imagen de Cristo, esto permite a los demás ver y reconocer a Jesucristo a través de ti: Dios está presente, nos ama, trabaja, está contigo y obra por tu salvación”.

Para concluir, el presidente internacional de la Iglesia resumió una vez más su prédica: “Tenemos la oportunidad de llegar a ser como Cristo, de entrar en la gloria de Dios como Cristo. Tenemos la oportunidad de llegar a ser como Cristo aquí en la tierra y comportarnos como Jesús se comportó. Depende de nosotros. Solo tenemos que decidir: Quiero confiar en Dios, quiero amar a Dios, quiero servir a Dios y a mi prójimo. Si haces esto, tu relación con los demás cambiará. No te definen las diferencias, sino un modelo a seguir: tenemos el mismo modelo, el mismo objetivo, la misma misión. Si haces esto, puedes ayudar a los demás a descubrir la verdadera realidad: Dios es amor. Él está trabajando en la tierra”.

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