Una Iglesia, muchas culturas… Este fue sólo uno de los aspectos con los que se presentó la Iglesia Nueva Apostólica, que está activa en casi todos los países del mundo, en el Día de la Iglesia Evangélica, el encuentro interconfesional más grande de Alemania. En la agenda no sólo había temas espirituales, sino también sobre ayuda humanitaria y promoción de la educación.
El Día de la Iglesia Evangélica en Alemania se realiza cada dos años. No sólo están representadas en este así llamado «mercado de posibilidades», las Iglesias protestantes y las Iglesias libres, sino también muchas otras confesiones. En la 35º convención que se realizó del 3 al 7 de junio en Stuttgart, la Iglesia Nueva Apostólica invitó entre otros, a una ronda de debates que llevó por título «Un mundo – muchas culturas: la Iglesia Nueva Apostólica en África del Oeste». Bajo la moderación del Apóstol Volker Kühnle, el director del grupo de trabajo de la Iglesia «Contactos con religiones y confesiones», debatieron participantes que están familiarizados con las culturas tanto de África como de Europa.
Fundación de comunidades
Entre ellos está el Apóstol Apostel Clément Haeck, que atiende cinco países en África del Norte y Occidental: «La cultura en estos países africanos es muy diferente a la europea. Primero los misioneros blancos son tratados con mucho escepticismo», dijo. «Como Iglesia tampoco comenzamos de inmediato con proyectos humanitarios. En primer lugar construimos una comunidad y ofrecemos Servicios Divinos. Recién después, cuando somos conocidos y aceptados como Iglesia, comenzamos a brindar apoyo a la gente del lugar». Seguir este orden, mencionó el Apóstol, resultó ser bueno.
Su preocupación: «Muchos jóvenes quieren desesperadamente mudarse a la ciudad, si es posible a Europa. Esto lo sentimos naturalmente también en nuestras comunidades». – «El éxodo rural ejerce efectivamente un gran impacto en la vida de la gente en esos lugares», confirma el profesor Joachim Müller, director del Instituto de Técnica Agraria de la Universidad Hohenheim: «Por eso se está volviendo cada vez más importante, hacer que la vida cotidiana en el campo sea más atractiva. Y es por eso que el apoyo humanitario y también los programas de educación cumplen un papel cada vez más importante», dice el Evangelista de Comunidad.
Ayuda humanitaria
El profesor Müller es un especialista en temas del agua. Señala lo importante que es proveer de agua potable a la población. El agua se está volviendo uno de los recursos más buscados. Informa sobre proyectos concretos. Al principio siempre está el juntar dinero. Antes de que por ejemplo se pueda hacer entrega a la población un pozo de agua, se necesita mucho compromiso en la coordinación. Finalmente la Iglesia también valora que un proyecto sea sustentable a largo plazo».
«El trabajo de la Iglesia es muy importante. Es bien recibida por la gente», informa Albert Garber. Procede de Sierra Leona, vive en Berlín desde 2008 y está por recibirse en Bioquímica. Pero la ayuda para el desarrollo significa mucho más para él: «Ante todo la inversión en educación es enormemente importante».
Promover la educación
Aun la educación comienza en las comunidades, como explica el Dr. Wolfgang Oehler. Él dirige el área de la música y la ayuda para el desarrollo o bien proyectos de fomento en África Occidental en la Fundación Jörg-Wolff en Stuttgart. «Hacemos escuela dominical, ofrecemos clases de Confirmación. Esto obviamente es diferente a lo que hacemos nosotros aquí, pues allí hay muchos niños», informa sobre su actividad en la Iglesia de Sierra Leona.
«Pero hay más», dice. «La Iglesia Nueva Apostólica también está involucrada en construir escuelas. Con unos 15.000 euros se pueden construir seis aulas», agrega el Anciano de Distrito. La educación es más importante que nunca. «En los países de África Occidental ha habido un buen desarrollo económico. Lamentablemente la epidemia de ébola produjo un serio impacto negativo».
De poco hacer mucho
A pesar de todas las necesidades que se sufren en los países de África Occidental, los europeos pueden aprender mucho de esas personas: «En Europa a la gente le va bien, tienen algo para comer todos los días», cuenta Albert Garber, a quien al principio la cultura en Alemania lo irritaba un poco: «En Sierra Leona la gente quizá está más contenta, es su única chance para asimilar las preocupaciones que tienen».
Algo similar experimentó el Anciano de Distrito Oehler: «La alegría y la capacidad de entusiasmarse de la gente de allí son simplemente fabulosas. Las personas aprendieron de poco hacer mucho. Esto se debería poder importar a Europa».