Buenos fundamentos para buenas decisiones
Las decisiones propias no se pueden dejar a cargo de señales pedidas o de normativas de los siervos: fue lo que exhortó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. Aun así, un cristiano adulto se deja guiar por el Espíritu Santo. ¿Cómo se hace esto?
«Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo». En este texto bíblico de 2 Tesolonicenses 3:5 estuvo basado el Servicio Divino del 30 de agosto de 2015 en Tiflis/Georgia. Participaron del mismo unos 200 hermanos y hermanas de todo el país y del vecino Azerbaiyán.
Objetivo y voluntad
Dios tiene un objetivo: «Él nos quiere redimir. Esta es su Obra que quiere llevar a la consumación», aclaró el Apóstol Mayor. «En esta Obra Redentora se trata de ti, de ti en forma completamente personal». Y: «Lo que es válido para ti, también es válido para mí y para nuestro prójimo».
Dios «siempre nos deja tomar nuestras decisiones libremente, Él nunca nos obliga a nada. Tú y yo somos absolutamente libres, podemos decidir». Y no obstante, «Él nos quiere guiar, Él habla a nuestro corazón. Nos muestra a través de su palabra el amor de Dios y la paciencia de Cristo».
Amor y paciencia
El Apóstol Mayor Schneider mencionó como ejemplo tres puntos con los que el Espíritu Santo muestra el amor de Dios.
- «En su amor, Dios te quiere devolver a la comunión consigo mismo».
- «Por amor al hombre, Dios vino a la tierra en Jesucristo para servir».
- «Dios nos lo da gratuitamente, por pura gracia. Ningún ser humano es tan bueno como para merecerlo».
Sobre la paciencia de Cristo, el Apóstol Mayor también citó tres puntos:
- «Jesucristo ha muerto para ti. Pero como Él te ama, lo padeció hasta el final».
- «En su amor le dio al Señor Jesús las fuerzas, la ayuda que necesitaba».
- «Aunque las personas sean infieles, Dios sigue siendo fiel y les sigue ayudando».
Buen fundamento
Ahora depende del hombre, tomar las decisiones correctas a partir de la libre voluntad que le dio Dios: «Dios espera de nosotros que seamos hijos de Dios adultos». Aunque más de uno quizás quiere hacer la voluntad de Dios, pero en su último efecto deja la decisión a cargo de otros, tal vez a las páginas de la Biblia abiertas al azar o a la opinión de un siervo.
«Esto no es de adulto», puso en claro el Apóstol Mayor Schneider. Pues el que obra así, elude su responsabilidad. «Nosotros debemos tomar la decisión. Pero lo debemos hacer pensando en el amor de Dios y en la paciencia de Jesucristo, entonces tomaremos la decisión correcta».
Buenas decisiones
Como buenas decisiones sobre este fundamento mencionó el Apóstol Mayor:
- «Quiero servir a Dios porque lo amo».
- «Quiero amar a mi prójimo porque es muy valioso para Dios».
- «Entonces buscaremos la ayuda correcta» y pediremos a Dios: «Dame las fuerzas para llevar la cruz».
- «Entonces perseveraremos hasta el final».
- «Entonces también seremos pacientes con nuestro prójimo».
«El que toma esta decisión, estará más cerca del amado Dios».