La paz en el mundo: sobre el significado de la paz mundial
«Paz en el miedo del mundo», dice un viejo canto de la carpeta nuevoapostólica de coro en idioma alemán. Esto lo desean todos los cristianos. Ya Jesús le dijo a sus discípulos que tenían miedo en el mundo, pero que podían estar tranquilos mientras Él estaba entre ellos. ¿Y hoy?
¿Hay paz en el mundo? Apenas. El año pasado hubo 30 guerras, guerras civiles en su mayoría con una gran cantidad de personas inocentes muertas. Bandas terroristas desarrollan su actividad delictiva. Muchas personas en el norte de África o en el Cercano Oriente tienen miedo, huyen de la crueldad, dejan su patria. La afluencia de refugiados ha adquirido enormes dimensiones.
Sin embargo, hay un Día Internacional de la Paz. Tiene lugar todos los años el 21 de septiembre y está bajo la orientación de las Naciones Unidas. Debe ser un día de alto en el fuego, un día en el que las armas se acallan y las personas reflexionan. Pero este llamado casi no se atiende.
Las Iglesias cristianas de todo el mundo apoyan este llamado a la paz por medio de oraciones mundiales. El Consejo Mundial de Iglesias convoca cada año a sus más de 350 Iglesias miembro a participar orando por la paz. También participa la Iglesia Nueva Apostólica. En todo el mundo se realizan en las comunidades oraciones por la paz. Este año las Naciones Unidas han puesto las oraciones por la paz bajo el título «Amistad por la paz, dignidad para todos».
Paz hoy
Uno de los documentos más importantes de la historia de la humanidad es la Carta de las Naciones Unidas. Ya su primer artículo menciona mantener la paz mundial como el objetivo más importante de las NU. Antes se definía la paz como la ausencia de guerra, hoy entendemos más por ella: tener en cuenta los derechos humanos, la prevención de conflictos, el desarme, la educación por la paz o también la rehabilitación posconflicto acorde con el desarrollo humano. Las NU han publicado para ello buenos materiales. La comprensión de la paz hoy ha crecido – la lista de guerras y guerras civiles también.
En el curso de su historia, las Naciones Unidas han creado numerosas instituciones cuyo objetivo debe ser preservar la paz: el Consejo de Seguridad de las NU, por ejemplo, o la UNESCO, la Comisión de Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), el Consejo de Derechos Humanos de las NU y el Tribunal Internacional de Derechos Humanos. Pero la verdadera paz no quiere instaurarse.
Jesús es paz, hay paz en Dios
Los cristianos lo saben. Buscan la paz en Dios, en Jesucristo. Vivir en paz es más que preservar la paz. Los Servicios Divinos nuevoapostólicos del 23 de septiempre llevan por título «Vivir en paz». Vivir en paz con el prójimo, con esto empieza todo. Jesucristo es nuestra paz, los cristianos lo saben. Él sacrificó su vida para que la humanidad pudiese reconciliarse con Dios. De Él proceden las palabras: «La paz os dejo, mi paz os doy. […] No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo» (Juan 14:27). La fe en Jesucristo trae paz.
¿Y nosotros? ¿Qué podemos hacer? Seguid la paz con todos, dice en Hebreos 12:14. ¡Un llamado importante! Dejar que impere el amor al prójimo. Y el prójimo siempre es aquel que Dios ha puesto a nuestro lado. Bienaventurados los pacificadores. ¿Somos pacificadores?
Foto: Marcel Felde