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Un hombre de progreso rápido

noviembre 20, 2015

Author: Andreas Rother

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«Nadie puede decir que el Apóstol era un cobarde. Arriesgué todo para impulsar el trabajo de la Iglesia rápidamente». Fue la mano derecha del Apóstol Mayor, el que anotó estas palabras: el Apóstol Heinrich Franz Schlaphoff. Hoy se cumplen 50 años de su fallecimiento.

En realidad, el Apóstol sudafricano se lamentaba con esta anotación en su diario del año 1937 por el final de su carrera como piloto. El Apóstol Mayor le había prohibido volar después de que su Ayudante había tenido que hacer tres aterrizajes de emergencia en un solo día por tormentas fuertes y falta de combustible.

Su monoplano Stinson, de todas formas, no hubiese podido llegar a su área de actividad completa, pues el Apóstol Schlaphoff estaba activo en casi todos los continentes. «Él está activo como Ayudante allí donde yo lo envío con un encargo especial», dijo el Apóstol Mayor Johann Gottfried Bischoff en el año 1951. Originalmente, sin embargo, no había querido aceptar un ministerio para casos difíciles.

El hijo

Heinrich Franz Schlaphoff nació el 3 de agosto de 1894 en Sudáfrica en condiciones de pobreza. Su familia vivía en un rancho de chapa ondulada, su padre perdió el trabajo en la guerra de los Bóeres. Así, Franz con diez años de edad tuvo que ganarse la vida como canillita. A lo largo de los años desarrolló su habilidad para los negocios, sea en el comercio de la pesca, en la producción de suministros hospitalarios o también en la distribución de películas.

La familia se hizo nuevoapostólica en Pentecostés de 1902. Tanto el padre como el hijo se mostraron muy activos en la vida de fe. Recién por la reiterada insistencia de su padre, el joven estuvo dispuesto a aceptar un ministerio. En 1919 fue ordenado como Diácono y en 1921 como Evangelista. Apoyaba a su padre, el Apóstol Georg Heinrich Wilhelm Schlaphoff. Después del repentino fallecimiento de este, el hijo se hizo cargo de la dirección de la Iglesia en Sudáfrica, siendo nombrado en el ministerio de Apóstol en julio de 1929. Los cambios fueron vertiginosos.

El Ayudante Apóstol Mayor

El nuevo Apóstol disolvió en seguida las comunidades donde sólo se hablaba alemán y ordenó que los Servicios Divinos se oficiasen en inglés o africaans. Estructuró la Iglesia regional en distritos de Anciano y más tarde en distritos de Obispo, ajustó la administración a una contaduría según el modelo europeo y publicó circulares semanales para los siervos en tres idiomas.

Poner el foco en los idiomas oficiales le trajo a la Iglesia mayor afluencia de creyentes, no sólo en Sudáfrica, sino también en Sudamérica y Australia. Estas áreas, junto con China, le habían sido confiadas al Apóstol Schlaphoff hijo. En 1933 fue instituido como Ayudante Apóstol Mayor para todo el hemisferio sur. Pero por encargo del Apóstol Mayor también se ocupó de situaciones difíciles en Norteamérica y los Países Bajos. «Lo que hizo este hombre, es único», lo alabó el Apóstol Mayor Bischoff en una carta del año 1950.

El jefe

En Sudáfrica llamaban al Ayudante Apóstol Mayor sólo «jefe». Y el jefe siguió recorriendo nuevos caminos, a veces propios: instaló centros humanitarios y un fondo de entierros, que hoy todavía subsiste, y comenzó con el trabajo misionero en xhosa, la segunda lengua bantú del país. Sus textos bíblicos para el Servicio Divino frecuentemente no comprendían uno o dos versículos, sino una a dos docenas de versículos, es decir muchas veces todo un hecho. La Santa Cena se celebraba cada dos a cuatro semanas. Y la vida de la comunidad era mucho más relajada que en cualquier otra parte: beber alcohol, ir al cine, divertirse en los bailes, nada de esto era tabú, como hacía notar la correspondencia con quejas enviada al Apóstol Mayor.

En septiembre de 1951 la asamblea de Apóstoles resolvió por unanimidad retirarle el encargo como Ayudante Apóstol Mayor. Así la Iglesia en todo el mundo se puede «organizar en forma unificada», decía la Hoja de Cargo. En mayo de 1954 Schlaphoff fue suspendido como Apóstol de Distrito de Sudáfrica, en junio renunció al ministerio de Apóstol. En un Servicio Divino para siervos, el Apóstol Mayor acentuó que Schlaphoff seguía concurriendo a los Servicios Divinos y «no se podía decir que estaba apartado».

El Apóstol de hierro

Así queda en la memoria Heinrich Franz Schlaphoff, como el «Apóstol de hierro». Se ganó la fama por sus incansables viajes entre Sudáfrica, Sud y Norteamérica, Australia y Europa. Ante todo porque no se dejó detener por nada: ni por el naufragio frente a Brasil, cuando fue dado por desaparecido por 14 días, ni cuando el FBI lo detuvo en los EE.UU. dos veces por presunto espía de los alemanes.

¿Cómo anotó el 6 de noviembre de 1937 en su diario? «Nadie puede decir que el Apóstol era un cobarde. Arriesgué todo para impulsar el trabajo de la Iglesia rápidamente».

noviembre 20, 2015

Author: Andreas Rother

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