Amigos, extraños, enemigos, todos son «el prójimo». Amarlos, es el mandamiento de Jesucristo. ¿Cómo se hace? Respuestas de un Servicio Divino del Apóstol Mayor.
Casi 26.000 participantes tomaron parte localmente y por transmisión de vídeo cuando el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 25 de octubre de 2015 visitó la iglesia central de Buenos Aires (Argentina). La prédica estuvo bajo el texto bíblico de Romanos 12:13-14: «Compartiendo las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis«.
«Compartiendo las necesidades de los santos»
¿Quiénes son los santos? «No son los perfectos, pues perfectos no hay», dijo el Apóstol Mayor. «Los santos son aquellos que fueron santificados por el sacrificio de Cristo, que están santificados por la actividad del Espíritu Santo en palabras y Sacramentos: nuestras hermanas y nuestros hermanos».
¿A qué necesidades se refiere? «Jesús nos puede ayudar en esta pregunta», señaló el líder de la Iglesia refiriéndose a Mateo 7:12: «Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos». Y esto significa: «¡Las necesidades de mi hermano y de mi hermana son también mis necesidades!».
- «Necesitamos amor y cuidado«. Habría que poder compartir las alegrías y las tristezas con el hermano y con la hermana. Pero esto también significa «participar en su vida, en sus preocupaciones, en sus alegrías». Y: compartir la atención de los asistentes espirituales «porque todos necesitan amor y apoyo».
- «Cada uno de nosotros necesita gracia«. Esperamos de nuestros hermanos y hermanas que nos perdonen los errores del pasado y que no saquen a la luz una y otra vez los viejos pecados. «¿Eres consciente de que tu hermano y tu hermana anhelan lo mismo? Dejemos que la gracia y el perdón hagan justicia con ellos».
- «Queremos experimentar a Dios en su casa». Para eso son necesarios en la comunidad tranquilidad y serenidad. Sin embargo, no pocas veces se «dispersan los conflictos en la comunidad, en Internet, en Facebook». Esto envenena la atmósfera. «En su lugar, hagamos todo lo posible para que los conflictos se resuelvan».
«Practicando la hospitalidad»
¿Qué significa la hospitalidad? «Permitir a un extraño ser partícipe de lo que uno tiene«, fue la respuesta del Apóstol Mayor. «Seamos conscientes de que nosotros también fuimos extraños: no teníamos parte en el reino de Dios, nos faltaba de todo. Pero Dios nos aceptó. Por eso deberíamos aceptar también nosotros al extraño y compartir con él la salvación que hemos recibido».
«Esto significa también desear la salvación a aquellos que no tienen el mismo camino que nosotros«, mencionó el Apóstol Mayor Schneider mencionando un ejemplo: «No podemos pedir que nuestros jóvenes lleven las mismas cargas que alguna vez llevamos nosotros. No debería ser un problema para nosotros si ellos viven su fe en forma diferente a lo que hicimos nosotros».
Con esta hospitalidad va asociada bendición, acentúa: «Vivir con extraños, con aquellos que son diferentes, que pertenecen a otra generación, que tienen otro origen, nos ayuda a concentrarnos en lo decisivo para nuestra salvación: la fe, el amor y la esperanza».
«Bendecid a los que os persiguen»
¿Cómo se puede bendecir a su perseguidor? «Una tarea difícil», reconoció la máxima autoridad de la Iglesia. Pero, «con la fuerza de Dios, esto es posible».
- «Primero hay que se consciente de que esas personas también son víctimas, son herramientas en la mano del maligno».
- Se trata de vencer el mal. «Pero esto no lo hacemos agregando sufrimiento al que nos hace sufrir. Esto no ayuda en nada».
- «La victoria sobre el mal viene únicamente de Cristo». Por eso hay que contribuir «para que nuestro prójimo pueda ser redimido conduciéndolo a Jesucristo».
La conclusión del Apóstol Mayor: «Por nuestra fe, en la que seguimos a Cristo, en la que anunciamos su Evangelio con palabras y también con nuestra conducta y nuestra oración, somos una bendición también para los que nos persiguen». Esta es una tarea para toda la comunidad. «Si cumplimos esta tarea, experimentaremos bendición de Dios y alegría en Cristo».