El extranjero es tu prójimo: fue uno de los mensajes centrales del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el año pasado. Y sigue siendo –en tiempos de terrorismo y guerra, olas de refugiados y xenofobia– un encargo para el nuevo año.
El año 2015 comienza en forma parecida a cómo finaliza: con sangrientos ataques en París. El 7 de enero, extremistas islámicos matan a 16 personas en la oficina de una revista satírica y en un supermercado. Y el 13 de noviembre, terroristas asesinan a unas 130 personas en ocho diferentes lugares de la capital francesa. Compasión y reflexión son determinantes en las reacciones de la Iglesia Nueva Apostólica.
Violencia en todas partes del mundo
Por un lado, la máxima autoridad de la Iglesia y los Apóstoles de Distrito interceden por las víctimas y sus allegados. Por el otro, exhortan a los miembros de la Iglesia a no concentrarse tanto en ellos mismos: cada semana pasa algo «en alguna parte del mundo y en todas partes es terrible», dice el Apóstol Mayor Schneider. Lo menciona aludiendo a Níger y Malí, a Kenia, Afganistán y Siria.
Lo que esto significa concretamente para la gente del lugar, lo muestran los informes de nac.today: así hay más de 4.500 hermanos y hermanas de la región Baringo al este de Kenia que huyen de las condiciones de guerra civil. Y en Níger se suspenden los Servicios Divinos después de que en violentos disturbios fueron incendiadas varias docenas de Iglesias cristianas.
No dar lugar al odio
Además de consuelo, los Servicios Divinos oficiados por el Apóstol Mayor después de los atentados ofrecen ante todo instrucciones para el trato con personas hostiles: «El odio no tiene lugar en la casa del Señor», dice el líder de la Iglesia en noviembre en el Servicio Divino en Zwickau (Alemania Central). «No puedo suponer que todos los cristianos son malos, porque algunos cristianos hayan hecho algo malo. No puedo odiar a todos los musulmanes, sólo por ser musulmanes y porque algunos musulmanes han hecho cosas terribles».
Una y otra vez el Apóstol Mayor pone el foco en el amor al prójimo: «El prójimo es el extranjero, el que es completamente diferente, el que tiene una cultura diferente, una fe diferente, una esencia diferente, una opinión diferente, ese es tu prójimo», deja en claro en enero en el Servicio Divino en Luxemburgo.
El prójimo: amigo, extranjero, enemigo
Amigos, extranjeros, enemigos, todos son «el prójimo». ¿Cómo se puede amar a todos ellos? El Apóstol Mayor da para ello en el Servicio Divino en Buenos Aires indicaciones muy prácticas: dar al amigo lo que uno mismo espera de él, compartir con el extraño lo que uno tiene, y desear al enemigo la misma salvación que uno quiere para sí mismo.
Este amor al prójimo lo viven los hermanos y hermanas en todo el mundo de muy diferentes maneras: los jóvenes del distrito París Norte oran tanto para las víctimas como para los autores de los atentados terroristas. En Sudáfrica un Obispo pone una señal en contra del odio a los extranjeros: con visitas a los hogares durante una ola de violencia. Y en Europa numerosas comunidades se involucran en la ayuda a los refugiados que afluyen de las regiones donde hay guerras ante todo a Alemania.
Hacer el bien y ayudarse mutuamente
Por cientos de miles huyen personas de Europa Oriental, el norte de África y el Cercano Oriente a Europa. Su destino conmueve los corazones. Conjuntamente con otros cristianos, otras iniciativas y organizaciones, los hermanos y hermanas nuevoapostólicos ayudan a paliar las necesidades de los refugiados: esto va desde juntar donaciones hasta dedicarse a ellos personalmente.
También los Apóstoles de Distrito europeos brindan apoyo con consejos prácticos y acciones financieras.
«Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis», convoca el Apóstol Mayor en septiembre en el Servicio Divino en Rottweil (Alemania del Sur) con las palabras de Hebreos 13:16. «No hagamos nada interesadamente», dijo rechazando el hacernos publicidad o la acción misionera como motivos. «Se debería hacer simplemente por puro amor al prójimo».
Llamados para orar
Destinos de dimensiones completamente diferentes tienen lugar en África. Con motivo del Día Mundial del Refugiado, nac.today echa una mirada a los campos de refugiados de África del Este: unos 1,5 millones de personas buscaron asilo en ellos solamente en Kenia, Tanzania y Uganda. Siervos de la Iglesia regional informan sobre los campos colmados de gente, en los cuales faltan alimentos y asistencia médica. Pero a pesar de todas las necesidades, las personas viven su fe también allí. Y la Santa Cena se celebra en todas partes.
Lo que los hermanos y hermanas pueden hacer en esos casos, lo explicó el Apóstol Mayor Schneider en Rottweil: «Es hermoso cuando uno de tanto en tanto se reúne y dice: ¿Sabes algo? ¡Ahora vamos a orar por ellos! No se necesita a un siervo para hacerlo. La comunidad solamente debe ser consciente de que: nosotros también fuimos llamados para orar».