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Prometedor: más que Sí y Amén

enero 19, 2016

Author: Andreas Rother

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Confesar la fe en Jesucristo. No se hace sólo con un «Sí y Amén». Hace poco el Apóstol Mayor explicó en un Servicio Divino todo lo que forma parte de ello para los Apóstoles y para la comunidad.

«Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios». Así decía el texto bíblico de 1 Corintios 1:20, sobre el que predicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 29 de noviembre de 2015 en Milán/Italia.

El Sí en Jesucristo

«Todas las promesas de Dios son en él Sí» significa: Jesucristo cumple las promesas divinas. Esto lo explicó la máxima autoridad de la Iglesia valiéndose de tres ejemplos:

  • Dios prometió a Adán y Eva que un hombre herirá a la serpiente en la cabeza, es decir que vencería al mal (Génesis 3:15).
  • El profeta Isaías anunció a un Redentor que traería al hombre la salvación (Isaías 62:11).
  • Y Jeremías profetizó un nuevo pacto de Dios con el hombre (Jeremías 31:33).

«Esto se cumplió con Jesucristo», siguió diciendo el Apóstol Mayor: «El hombre Jesús venció a la muerte, el infierno y el mal. Jesús no vino como un dador de la ley; Él siempre se dirigió al corazón».

El Amén de la comunidad

«En él Amén, por medio de nosotros» significa una doble afirmación, por un lado a través de los Apóstoles, por el otro a través de cada creyente:

  • Los Apóstoles confiesan la victoria de Cristo, la comunidad cree en ella. «Jesucristo es el más fuerte; lo proclamamos demostrando nuestra confianza«.
  • Los Apóstoles pronuncian el perdón de los pecados en el nombre de Jesucristo, la comunidad se ejercita en la disposición al perdón. «Así afirmamos el perdón de los pecados».
  • Los Apóstoles dispensan el Bautismo con Agua y Espíritu, así como la Santa Cena. Y en la comunidad, los Sacramentos ejercen sus efectos: «La primera prueba es el amor de Dios, que llevamos en nuestro corazón».

Vivir las promesas

«Hay promesas que todavía están pendientes», dijo el Apóstol Mayor Schneider: «El Señor prometió que vendrá otra vez. Si esta promesa de nuestro Novio vive en nosotros, tendremos alegría en Cristo«. Esta alegría –que también pueden percibir otras personas– es el «Amén» para afirmarlo.

«Dios ha prometido que habrá salvación para todas las naciones«. Ya hoy los Apóstoles viajan a todas las naciones para proclamar este mensaje. «También depende de nosotros el afirmarlo: ya hoy no excluimos a nadie«, convocó el líder de la Iglesia a la hospitalidad y la paciencia.

La conclusión del Apóstol Mayor: «Si aplicamos la promesa de Dios, seremos, a través de nuestra confianza en Dios, a través de nuestra disposición a perdonar, a través de nuestro amor al prójimo, una bendición para todos«.

Foto: schulzfoto – Fotolia

enero 19, 2016

Author: Andreas Rother

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