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El Servicio Divino, un misterio del encuentro con Dios

febrero 15, 2016

Autor: Peter Johanning

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Vamos al Servicio Divino, muchos otros cristianos también lo hacen. Parece sobreentendido. ¿Pero por qué, en realidad? ¿Y qué es el Servicio Divino exactamente?

El Servicio Divino es el encuentro de Dios y el hombre, está escrito en el Catecismo nuevoapostólico: «En el servir en el que los creyentes veneran a Dios y en la presencia perceptible del trino Dios, la comunidad experimenta que Dios los sirve con amor» (Catecismo INA 12.1.1). La palabra de Dios y el Sacramento, dos contenidos esenciales de cada Servicio Divino.

Ya en el Antiguo Testamento, el Servicio Divino se basa en el encuentro de Dios con el hombre. El Génesis describe el primer altar que hizo el hombre para servir a Dios y adorarlo, agradecerle y traer ofrendas. Noé trae a Dios ofrenda de agradecimiento. Jacob llama el lugar donde Dios le ha hablado «Bet-el» («casa de Dios»).

Los Servicios Divinos en el Antiguo Testamento

La forma de los Servicios Divinos se fue desarrollando a lo largo de mucho tiempo. Así, la bendición aaronita: «Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz» es una de las primeras fórmulas litúrgicas.

El rey Salomón hizo construir el templo de Jerusalén. En él se realizaban Servicios Divinos, que consistían en su parte principal en el sacrificio diario de los animales destinados a las ofrendas, lo que debía ser realizado por los sacerdotes. El servicio de los sacrificios se realizó de allí en más exclusivamente en el templo de Jerusalén. El templo también era el lugar en el cual los israelitas celebraban las fiestas, como Pascua, la fiesta de los tabernáculos (Lv. 23).

Los Servicios Divinos en el Nuevo Testamento

¿Y en el Nuevo Testamento? Al respecto, el Catecismo INA dice: «Con la encarnación de Dios en Jesucristo, comenzó una nueva dimensión del servicio de Dios para el hombre. El Hijo de Dios viene a la tierra como verdadero hombre y verdadero Dios al mismo tiempo. Nació en el pueblo de los judíos; fue al templo, participó del Servicio Divino en las sinagogas y colaboró en su realización. Además está su actividad como Maestro que predicó con autoridad divina (Mateo 7:29). Más allá, hacía bautizar e instituyó la Santa Cena. De tal manera, en la palabra y la obra de Jesús ya se esboza lo que constituirá la impronta del Servicio Divino cristiano: la palabra y los Sacramentos».

El obrar de Jesús, por ende, es normativo para el Servicio Divino. Los Apóstoles lo continúan haciendo. Pedro predica con gran poder en Pentecostés inspirado por el Espíritu Santo. Pentecostés es, en cierto modo, el primer Servicio Divino de la Iglesia de Cristo. Y sobre la primera comunidad cristiana en Jerusalén se testifican cuatro elementos fundamentales del Servicio Divino neotestamentario: «Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones» (Hechos 2:42).

Acontecimiento central: la Santa Cena

El desarrollo actual del Servicio Divino nuevoapostólico se encuentra bajo la tradición de los Servicios Divinos reformados. Antes, los Servicios Divinos cristianos tenían la impronta de una rica liturgia. Recién con la Reforma dentro del protestantismo se desarrolló la prédica dentro del Servicio Divino. En la Iglesia Católica Apostólica estaba en primer plano el Servicio Divino tradicional, enriquecido por una marcada liturgia. El acontecimiento central del Servicio Divino es el festejo de la Santa Cena. Jesucristo realmente está presente en su comunidad. «No sólo están presentes cuerpo y sangre de Cristo, sino que también está verdaderamente presente el mismo sacrificio de Jesucristo» (Catecismo INA 8.2.13). No obstante, el sacrificio del Señor ha sido ofrecido una sola vez y no se repite en la Santa Cena. Por otro lado, la Santa Cena no es un simple recordatorio del sacrificio, «antes bien, durante el festejo de la Santa Cena Jesucristo está en medio de la comunidad como el que fue crucificado, el que resucitó y el que vendrá nuevamente».

El Servicio Divino es un regalo. La comunidad experimenta en el altar el siempre nuevo misterio del encuentro de Dios con el hombre.

febrero 15, 2016

Autor: Peter Johanning

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