Terrible – 250 millones de niños crecen actualmente en zonas de guerra. Desde la Segunda Guerra Mundial no hubo una cifra tan alta. UNICEF habla de una «era de crisis humanitarias». Aquí un llamado a intervenir.
Es especialmente malo lo que pasa actualmente en el mundo: guerras, conflictos, luchas hasta dónde se mire. En el Cercano Oriente, en África, Asia, Europa, prácticamente en todas partes las personas sufren por disputas bélicas inadmisibles. Los que más sufren, por cierto, son los niños. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia habla de una «era de crisis humanitarias». Según el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia que acaba de emitir, nunca hubo desde la Segunda Guerra Mundial un incremento de tanta magnitud en la violencia contra menores.
75 millones de niños sin jardín de infantes ni escuela
A niños y niñas se los priva muchas veces –demasiadas– de toda su infancia. 75 millones de niños y jóvenes no pueden asistir al jardín de infantes ni a la escuela o sólo pueden aprender irregularmente debido a permanentes crisis y catástrofes. El informe habla de secuestros, violaciones, torturas y asesinatos. Esto también sucede para desmoralizar a los adultos, informa UNICEF en su informe anual.
«Tenemos muchos informes según los cuales francotiradores conscientemente toman como objetivo a los niños atacando a escuelas, jardines de infantes o plazas de juegos. Ya no puede reconocerse un límite moral. Las cifras asustan. UNICEF enumera miles de ataques a escuelas. Las bombas arrojadas a zonas residenciales muy pobladas también matan o mutilan precisamente a niños.
250 millones de niños viven en zonas de guerra
Gerd Müller, el Ministro de Desarrollo de Alemania, destacó en ocasión de la entrega del informe de UNICEF en Berlín: «250 millones de niños en todo el mundo experimentan cada día la guerra». Su grito de auxilio en esta necesidad no puede dejar de ser escuchado. Habló de una cifra tremenda: sólo en la guerra civil de Siria en los últimos cinco años nacieron unos 150.000 bebés en la huida. Está «preocupado de que todos nos insensibilicemos debido a las imágenes diarias de la crisis».
La guerra y la huida deterioran a los niños a largo plazo. Los psicólogos previenen de los trastornos que sufren en su confianza básica. Aunque no todos los niños de áreas de crisis estén traumatizados en el sentido clínico, según las estimaciones de UNICEF muchos varones y niñas se ven amenazados con problemas psíquicos de manera sostenible. ¿Una generación perdida?
Amemos a los niños
El amor a los niños comienza en casa. El que como padre y madre ama sinceramente a su hijo, le dará lo mejor. Educación, respecto al prójimo, protección de la creación, amor a Dios y mucho más. Son los valores que los niños hoy necesitan más que nunca. Tal vez no podamos ayudar a cada «niño de la guerra», pero sí podemos amar a los niños que viven con nosotros o cerca nuestro. Los podemos honrar y respetar, no por motivos de abastecimiento o porque son la próxima generación, sino porque son seres humanos.
La doctrina de la Iglesia Nueva Apostólica (Catecismo INA 12.4.1) dice al respecto: «Los niños son un don de Dios (Salmos 127:3); sus padres los atienden y los educan con sus mejores fuerzas. Ellos brindan a sus hijos todo su amor. […] Tomando conciencia de la responsabilidad que esto implica, son convocados a introducir a sus hijos en una forma de obrar con responsabilidad propia y fundamentada en los valores básicos del Evangelio, de lo cual también forma parte el iniciarlos en el amor a Dios y al prójimo».
Foto: Bassam Khabieh / Reuters