No es un intento de explicación ni un consuelo barato
La asistencia espiritual posee muchas facetas y es individual. A veces es sólo una oración, muchas veces una relación especial de cercanía y un acompañamiento duradero. En una reunión con portadores de ministerio, el Apóstol Mayor Schneider describe cómo se la imagina.
En las 60.000 comunidades de la Iglesia Nueva Apostólica hay activos 260.000 portadores de ministerio; de ellos más de 110.000 son Diáconos y 110.000 Pastores o Presbíteros. Trabajan como asistentes espirituales y son competentes para los nueve millones de miembros que tienen las comunidades de todo el mundo. Cada Pastor o Presbítero atiende, entonces, un promedio de unos 80 miembros. Esto suena paradisíaco, puesto que la asistencia espiritual presupone una estrecha cercanía entre el Pastor y el creyente.
¿Pero qué es en realidad la asistencia espiritual y cómo se hace en la práctica?
La asistencia espiritual no pretende explicar ningún sufrimiento
«Un punto central dentro de la asistencia espiritual es, naturalmente, ayudar a aquellos que se encuentran pasando por pruebas. Pero esto no significa que tenemos que encontrar una explicación para la desgracia que ha afectado a los hermanos», menciona el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. «Por lo general no existe una explicación para el porqué aquel hermano o aquella hermana ha sido afectada por una desgracia y otro no». Al respecto el máximo dirigente de la Iglesia mencionó un ejemplo: «Si uno diría: Tu mujer murió porque se la necesita en el más allá, entonces se podría preguntar: ¿Por qué ahora se la necesita a ella y no a otra?». Si se reflexiona un poco más profundamente, uno nota qué poco sentido tienen tales pretensiones de explicación: «Esto es consuelo barato», insta el Apóstol Mayor a la reflexión. «No estamos aquí para dar explicaciones. Estamos aquí para ayudar».
La asistencia espiritual no es una lección sobre moral
«El gran ejemplo de asistencia espiritual es el buen samaritano», expresó el Apóstol Mayor Schneider muy entusiasmado por el relato bíblico. «El hombre no le dio al caído una lección sobre moral. No le dijo: «¡¿Ves?! ¡Si te hubieses quedado en Jerusalén, esto no te hubiese pasado!». En su lugar, simplemente ayudó al samaritano. Y tuvo constancia. Finalmente se ocupó de que el hombre tuviese ayuda tanto tiempo como la necesitase. Y, para terminar, el Apóstol Mayor acentuó: «Esto es importante en la asistencia espiritual: el ayudar, la asistencia espiritual duradera».
Asistencia espiritual es oír, fortalecer, orar
Lo que significa la asistencia espiritual, también se puede reconocer en los informes sobre la conducta de Jesús. «Jesús se dirigía a los pecadores y les hacía sentir su amor. Oía a los demás, ayudaba, consolaba, aconsejaba, exhortaba, fortalecía, oraba, enseñaba». Así da en el punto justo el Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica en un capítulo que habla sobre la asistencia espiritual (Catecismo INA 12.4).
Y hace 2.000 años escribió el Apóstol Pablo: «Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho» (1 Corintios 12:4-7). Estar cerca del prójimo, ayudarlo, es una característica esencial de la auténtica asistencia espiritual. La asistencia espiritual es llevada a cabo ante todo por los portadores de ministerio en las comunidades. Pero ellos no deben trabajar con capacidades propias, sino inspirados por el Espíritu Santo.
El portador de ministerio es un ejemplo para la comunidad; a él está dirigida la palabra: «Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo» (Filipenses 2:3). No sólo promover la comunión, sino también prestar asistencia espiritual. Este es el encargo que tienen los portadores de ministerio y así también está descripto en la visión y la misión de la Iglesia Nueva Apostólica.
Asistencia espiritual, tarea de toda la comunidad
Pero … y ahora se pone interesante para todos los cristianos por igual: la asistencia espiritual también es una tarea de toda la comunidad. «Está relacionada con la ayuda práctica en la vida; son válidas las siguientes palabras: ‘Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí’ (Mateo 25:35-36) «, dice el Catecismo INA en el capítulo 12.4.
La asistencia espiritual posee muchas facetas y es individual. La asistencia espiritual es un asunto del corazón. Y la asistencia espiritual es un tema de confianza. Hay muchos asistentes espirituales en las comunidades; con ministerio y sin ministerio.
Foto: Oliver Rütten