Promoviendo la comunión, pero no sólo la comunión entre ellas: los encuentros internacionales de mujeres realizados en Zambia, Malawi y Zimbabwe muestran cuál es el rol que cumplen las mujeres en la Iglesia y la sociedad en esa parte de África.
Cantar, bailar, reír. En la escuela secundaria de Luwinga en Mzuzu (Malawi) reina la alegría. Después de dos días de mucho trabajo con gran cantidad de temas en el programa, ahora se anuncia un poco de distensión. No hay niños atestando la escuela, sino mujeres reconocidas, en una cantidad considerable de casi 3600 provenientes de Zambia, Zimbabwe y Malawi, que se han reunido del 25 al 28 de agosto con el lema «Vencer con Cristo» para el «Encuentro Internacional de Hermanas», su día anual de la mujer.
Plan de enseñanza: medicina, derecho y economía
En el plan de enseñanza figura el Catecismo, ante todo los capítulos concernientes a los temas agradecimiento, ofrenda y diezmo. Un médico del hospital local explica sobre la protección para el SIDA, la prevención contra el cáncer de pecho y el cáncer del cuelllo de útero, la diabetes y la anemia falciforme. Un colaborador de la administración municipal se refiere a temas legales que a menudo son más que teoría: la violencia contra la mujer, el matrimonio prematuro, el saqueo de tierras, la trata de personas. Y finalmente aún se habla sobre la capacidad de emprendimiento, indicaciones muy prácticas sobre las posibilidades con las que se puede sacar a flote una familia.
Además del encuentro social, lo que cuenta entre las tradiciones de la comunión entre las mujeres también es la práctica del amor al prójimo: las mujeres visitan a enfermos, huérfanos y necesitados en la ciudad de 130.000 habitantes del norte de Malawi. El punto final lo constituye el domingo el Servicio Divino al aire libre con el Ayudante Apóstol de Distrito Arnold Mhango. El texto bíblico para el mismo proviene de 1 Corintios 13:11: «Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño».
Lineamiento: asistencia espiritual, salud e ingresos
Estos encuentros son los puntos culminantes de las actividades de las mujeres en Zambia, Malawi y Zimbabwe. Su alcance llega tan lejos que desde 2011 tienen sus propios lineamientos. Estos deben ayudar a que «no se malinterpreten los sublimes objetivos de las hermanas» y que «tengan el apoyo de todas las personas encargadas de conducir». El documento prevé comités que coordinen el trabajo –del nivel de la comunidad hasta el distrito de Anciano y de Apóstol–. Sus miembros son, además de las representantes de las instancias inferiores, así como de los portadores de ministerio, también mujeres son experiencia demostrada en la tarea de formación y de fomento de las mujeres.
Los lineamientos contienen un amplio catálogo de posibles actividades bajo los títulos «Actividades de cuidado de las almas y comunión espiritual», «Actividades para la salud y el bienestar», así como «Actividades que generan ingresos». Forma parte de las mismas la producción de material literario sobre la organización basada en la fe desde el casamiento hasta el sepelio o también la formación y los ofrecimientos profesionales en las cuestiones de cuidado de enfermos, salud por medio de los alimentos así como de actividades de esparcimiento y deportivas.
Rol decisivo en el desarrollo
En el área de las finanzas, las actividades persiguen dos objetivos: por un lado fortalecer la independencia económica de las mujeres, por el otro apoyar el trabajo de la Iglesia. De esa manera, las acciones para juntar donaciones pertenecen al repertorio estándar. Más de 50.000 dólares americanos se pudieron juntar, al cambio, sólo en el encuentro de mujeres efectuado en Mzuzu.
Ese dinero se invierte ante todo con finalidades caritativas, como por ejemplo el apoyo a una sala de maternidad o una escuela, pero también a la construcción de iglesias para las comunidades nuevoapostólicas. Cuál es la magnitud de este aporte en el curso de las décadas para su área de actividad, lo deja claro el Apóstol de Distrito Charles S. Ndandula: «Las hermanas cumplen un rol decisivo en el desarrollo de la Iglesia».