Ir por la vida con Jesús

De 2 Timoteo 2:11-13 leyó el Director de la Iglesia al comienzo del Servicio Divino: «Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo». El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró el domingo 14 de enero de 2018 un Servicio Divino en la comunidad Colonia Sur (Alemania) con casi 2.000 participantes locales y en nueve comunidades conectadas.

Bautismo, una promesa

«En nuestro Bautismo, como todo cristiano, hemos prometido, es más, nos hemos comprometido, que queremos ser crucificados con Cristo. Esto significa que renunciamos al pecado», explicó el Director de la Iglesia. Un ‘no al pecado’ ejerce influencia sobre la vida del hombre. Significa determinación para evitar al pecado. Forma parte de esto la ausencia de pecado, divorcio, envidia, resentimiento, egoísmo e idolatría.

«Renunciamos al pecado. No digamos, escribamos ni firmemos nada que no responda a la verdad». Esto es muy minimizado en la sociedad de hoy. Muy rápido se firman papeles de los cuales se sabe que su contenido no es correcto.

«Una persona egoísta es aquella que constantemente habla de sí misma: todo lo que come, lo que piensa, lo que hace, qué hermosa es, qué buena es». El Apóstol Mayor Schneider dejó claro: «Esta es una señal de falta de amor. No existe amor al prójimo. No queremos ser así».

Desarrollo, una consecuencia

«Queremos morir para el pecado y vivir con Cristo, como si Él estuviese parado a nuestro lado. ¿Qué diría yo entonces, como actuaría?». Ningún estancamiento, ninguna interrupción, también en lo que respecta al lema del año ‘Fieles a Cristo’: «Ser fieles no sólo significa estar sentado en el Servicio Divino, sino que quiere decir seguir desarrollándose siempre».

Seguimiento y servicio, una necesidad

El que sigue a Jesús, está expuesto a tentaciones. El diablo quiere debilitar la fe. Satanás explica que la contemplación y la fe no coinciden. Pero, «el camino de la contemplación nunca llevó hasta Dios. Para algunas personas esto es absolutamente ridículo, imposible, pero es una ley divina: sólo el camino de la fe conduce a Dios».

El que sirve a Jesús se confronta con resistencia. «Esto ya se lo dijo Jesús a sus discípulos: cuando anunciéis el Evangelio, se tornará difícil: las personas no lo aceptarán. Eso lo experimentamos también hoy». Pero lo importante no es que muchas personas acepten el ofrecimiento de gracia. Lo importante es que hoy y mañana también haya una posibilidad para los hombres para recibir salvación.

No negar a Jesús

«Sin Jesucristo no hay salvación. El que niega a Jesucristo no puede llegar a Dios», puso en claro el Apóstol Mayor Schneider. Negar a Jesucristo significa:

• rechazar su persona: quedando una figura histórica, un hombre sabio, pero ya no el HIjo de Dios, el Resucitado, el que vendrá otra vez,
• rechazar su sacrificio: quedando el vivir según reglas éticas, ser una buena persona, pero ya no reconocer la salvación en la muerte de Jesús en sacrificio,
• rechazar su doctrina: quedando una promesa de salvación que sólo va dirigida a una parte de los hombres, pero no que Dios ama a todos los seres humanos con el mismo amor, que Jesús murió para todos los seres humanos,
• rechazar su vida como ejemplo para la nuestra: quedando la pretención de «portarse bien, ir al Servicio Divino», pero ya no reconocer que tampoco Jesús quedó exento de sufrimiento. «El amado Dios no nos puede ahorrar el destino humano, aunque seamos hijos de Dios. Nos enfermamos, morimos, somos víctimas de accidentes, de injusticias; no tenemos en todo ello ningún privilegio».

«Renunciamos con resolución el pecado. Perseveramos en el seguimiento a pesar de las adversidades. Jesús concede la salvación a aquellos que verdaderamente la desean», resumió el Apóstol Mayor Schneider el Servicio Divino.