Carlos el Grande lo llaman no pocos con reconocimiento sincero. Hace 25 años fallecía uno de los Apóstoles de Distrito más influyentes que dejó a la Iglesia Nueva Apostólica no sólo una imagen propia llena de historia, sino también sus particularidades culturales.
La ruptura con su padre fue el trauma más grande en la historia de vida de Karl Weinmann. Nacido en 1901 en Eberbach, cerca de Heidelberg (Alemania) y bautizado en la Iglesia Evangélica, creció en la protección de su casa paterna. Después de su Confirmación, como aprendiz de comerciante en Hamburgo y cuando tuvo que fundar posteriormente una empresa de transportes junto al río Neckar, no se interesó por su fe. Tenía «la cabeza llena de asuntos de negocios y nada de tiempo para cosas tan triviales».
Al final de la búsqueda comienza el destierro
Pero, «a pesar de que ganaba bien y podía darme todos los lujos, algo me faltaba», escribió Karl Weinmann en sus memorias. Eso cambió en 1925 cuando entró en contacto con la Iglesia Nueva Apostólica. «Me sentía de ánimo como Odiseo, que después de años errante por el extranjero volvía a la casa paterna».
Pero eso lo llevó a una crisis en la casa de sus padres: «Con mi padre ya no fue posible el trato, estaba furioso por mi ‘apostasía de la fe'». Incluso públicamente, se movilizó por medio de anuncios en periódicos contra su propio hijo y su «secta de los Apóstoles».
Fue echado de su hogar, por lo que Karl Weinmann se mudó junto con su esposa Henriette Sophie –después de ser ella sellada en Pentecostés 1926– definitivamente a Hamburgo. Mientras que tuvieron que luchar por su sustento cotidiano, se involucraron con gran entusiasmo en su fe.
Recién en 1928 recibió su primer ministerio en la Iglesia, el de Subdiácono. Después de pasar por diferentes niveles ministeriales, en 1938 Karl Weinmann, al mismo tiempo en que fue ordenado como Anciano de Distrito, comenzó a dedicarse de tiempo completo a la Iglesia. La época de su actividad sostenida tuvo su inicio cuando en 1949, después de tres años como Apóstol, fue instituido como Apóstol de Distrito.
Ladrillo tras ladrillo para la reconstrucción
Más de uno realiza trabajo de edificación en la Iglesia Nueva Apostólica, también en condiciones adversas. Pero el Apóstol de Distrito Weinmann tenía una impronta muy particular. Para poder financiar la construcción de iglesias nuevas después de la Segunda Guerra Mundial, dio comienzo a la «acción ladrillo». Hizo producir gran cantidad de fotos del Apóstol Mayor que la juventud vendía sin descanso a los miembros de la comunidad.
Esto sólo fue el comienzo de la «acción de no fumadores», mucho más efectiva: convocó mediante una circular a los jóvenes, pero también «a los hermanos mayores y ante todo a los portadores de ministerio» a fumar menos y el dinero ahorrado donarlo en beneficio de la «cuenta ladrillos». «Mientras escribo estas líneas se va apagando mi último cigarro en el cenicero».
Si esta acción contribuyó a que aun décadas después el fumar se siguiera condenando en los círculos nuevoapostólicos, no es seguro. Pero lo que sí se sabe es que el Apóstol de Distrito Weinmann nunca quiso dictar una prohibicón. «Un cristiano nuevoapostólico no tiene nada prohibido, lo digo en seguida de antemano», escribió en la circular.
Cuenta al respecto, por ejemplo, una anécdota acaecida en un restaurante de una estación ferroviaria: «¿No fuma más, Anciano?». –»Sí, sigo fumando. Sólo es que usted … entonces dejé los cigarrillos en casa». -«Señor Ober, por favor una caja de cigarrillos para el señor».
Llegó hasta las fuentes de la historia
Es incuestionable la influencia que ejerció el Apóstol de Distrito Weinmann en dejar por escrito la historia nuevoapostólica: en 1963 publicó el libro «100 años Iglesia Nueva Apostólica – distrito de Apóstol Hamburgo» en colaboración con el entonces Evangelista de Distrito y posterior Apóstol de Distrito Günter Knobloch. La obra ilumina en forma detallada y acorde a la realidad los cismas de 1863 y 1878 y hoy todavía sirve como referencia en estos temas.
Además fue autor de otras obras cuya referencia a las fuentes ya no se adapta a las exigencias actuales. Al mismo tiempo, su mérito está justamente en la compilación de las fuentes. Esto va desde las «Notas de conferencias» católicas apostólicas y las «Minutas de conferencias» de Gran Bretaña hasta el material de la «Iglesia Apostólica de Queensland» en Australia y la «Hersteld Apostolische Zendingkerk» en los Países Bajos.
De esta manera, el Apóstol de Distrito colocó las bases para el grupo de trabajo «Historia de la Iglesia Nueva Apostólica», constituido en 1999. Su director fundador, el Apóstol Walter Drave, había publicado nueve años antes la biografía «Vida y obra del Apóstol Karl Weinmann». Precedía a este libro la cita personal: «Pero todo lo vivido fue, es y seguirá siendo gracia».