Vida nuevoapostólica en Barcelona: entre tapas y WhatsApp
Con 1,6 millones de habitantes, Barcelona es la segunda ciudad más grande de España y la segunda gran urbe con mayor densidad poblacional de Europa. Más pequeña es la cantidad de personas que se reúnen los domingos y los miércoles en la calle Reverendo José Bundo 14–18.
En el área urbana sólo hay una comunidad nuevoapostólica. Otras cuatro se encuentran en Cataluña, la región al noreste de la Península Iberica entre la costa del Mar Mediterráneo y los Pirineos: Centelles, Girona, Igualada y Tarragona, pero están ubicadas a una distancia de 50 a 110 kilómetros de Barcelona.
Para los hermanos que viven en los alrededores de la metrópoli catalana, una visita al Servicio Divino en la Iglesia Nueva Apostólica de Barcelona está ligada con mucho tiempo y esfuerzo. Por esta razón, la vida en la comunidad de Barcelona es algo diferente a la de muchas otras comunidades.
Desayuno en la iglesia
El que los domingos a la mañana tiene que emprender muy temprano el camino a la iglesia, tiene poco tiempo en casa para un buen desayuno. Esto se recupera en la iglesia, al menos para los niños, quienes a partir de las 9 horas pueden reunirse en un salón contiguo donde se les prepara leche, pan y frutas. Fortalecidos van después a las 10 horas a la preescuela o la escuela dominical mientras los padres participan del Servicio Divino en la nave de la iglesia.
196 adultos y doce niños pertenecen a la comunidad Barcelona. Son atendidos por seis siervos: secundan al dirigente, el Presbítero Vicente Ballester, tres Presbíteros y dos Diáconos.
Diez naciones, una comunidad
Barcelona es una comunidad multicultural, pues sus miembros provienen de diez naciones diferentes. «Además de hermanos y hermanas de países europeos como Alemania, Suiza, Rumania e Italia», escribe el Evangelista de Distrito competente, David Suter, «otra parte proviene de Sudamérica, de Argentina, Uruguay, Ecuador y Perú. También de África vienen algunos hermanos».
Se conversa en español, y para eso hay suficiente tiempo después del Servicio Divino, pues entonces tienen lugar, luego de una pausa, las demás clases y el ensayo del coro de la comunidad. Los niños más grandes tienen ahora las clases de religión y Confirmación, paralelamente se reúnen los integrantes del coro en la sala grande para el ensayo.
Tiempo para conversaciones personales
Y quien no integra el coro y tiene que esperar a sus hijos o a los hermanos del coro para poder emprender juntos el regreso, ahora tiene tiempo para hermosas conversaciones personales ya sea en la antesala de la iglesia, en el jardín o en un café próximo. Estos instantes que se pueden vivir junto a los hermanos en la fe se disfrutan mucho. Uno tiene tiempo para conocerse mejor. Nadie está apurado después del Servicio Divino, pues en España uno almuerza recién a partir de las 13.30 horas.
«Por mucho tiempo a los hermanos la limpieza de la iglesia les parecía muy fatigosa y sólo pocos participaban», escribe el Evangelista de Distrito Suter. «Reiterados llamados del dirigente de la comunidad a que los hermanos colaboraran, no trajeron grandes cambios». Finalmente, todos los siervos con sus esposas se reunieron un sábado en la casa del dirigente para un día de comunión y una conversación abierta sobre la participación en las actividades de la iglesia con un tema central: la limpieza de la iglesia. Todos estuvieron de acuerdo en que ese círculo debía cumplir una función de ejemplo.
WhatsApp ayuda en la limpieza de la iglesia
Desde ese momento, todo el grupo se encuentra una vez por mes un sábado por la mañana para limpiar en profundidad y ordenar la iglesia y sus adyacencias. Todos los que participan están conectados en un grupo de «WhatsApp» y se comunican entre ellos. Si alguien estuviese impedido, lo escribe antes. Por lo general, se reúnen más de diez participantes. De esa manera, el trabajo adelanta relativamente rápido y cuando todo está terminado se reúnen en un salón contiguo. Allí hay algo para beber y algunas «tapas». También entre ellos cultivan la comunión y viven muchos momentos hermosos.
«Seguramente que también en la comunidad Barcelona hay problemas y preocupaciones», culmina su informe al Evangelista de Distrito Suter, «pero tratamos de hacer como en la comunidad de Jerusalén, de la que dice: «Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma» (de Hechos 4:32).
De la crónica de la comunidad
Los inicios de la comunidad Barcelona –la comunidad madre de España– datan del año 1936, cuando la primera familia nuevoapostólica se mudó de Zúrich (Suiza) a Barcelona. Antes de emigrar, el padre de la familia, Juan Reverter, fue ordenado como Diácono con el encargo de edificar la Obra de Dios en Barcelona.
Ese mismo año se desató la Guerra Civil española, a la que siguió una dictadura de casi 40 años. Bajo esas circunstancias casi no fue posible que hubiera un desarrollo. Doce años más tarde, en 1948, la comunidad recibió la primera visita de un Apóstol. Fueron selladas cinco almas, el Diácono Juan Reverter fue ordenado como Presbítero y fue instituido un Subdiácono. Así fue fundada la comunidad.
En 1958 fue comprada en Horta una vivienda, donde los hermanos se pudieron reunir. En 1971 la Iglesia Nueva Apostólica fue reconocida en España por el estado, pero con limitaciones. En julio de 1981, el Apóstol Mayor Hans Urwyler visitó la comunidad Barcelona e inauguró la iglesia actual en el mismo lugar en el que en 1958 fue comprada la vivienda. Para ese Servicio Divino estuvieron invitados todos los hermanos del país.
En aquella época había en Barcelona dos siervos y 18 hermanos. A partir de la comunidad Barcelona se realizó un intenso trabajo misionero, ante todo en las ciudades circundantes. Los siervos y los hermanos colaboraron para que hoy en la región de Cataluña haya cuatro comunidades.