De siervo a amigo de Dios en cinco pasos
Amigos de Dios. La Biblia conoce algunos. Pero, ¿hoy todavía se puede ser uno de ellos? Es un tema de cercanía y lejanía de Dios. Una explicación sobre la amistad, y no sólo para portadores de ministerio.
Todos los portadores de ministerio y maestros de Lituania y Letonia pudieron vivir el Servicio Divino del 18 de agosto de 2018 en Siauliai/Lituania. La base de la prédica fue: «Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer» (Juan 15:15).
Dios es el jefe
«Nos vemos como siervos y servidores de Dios, no como jefes», enfatizó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. «No es degradante cuando decimos que somos servidores y siervos de Dios, todo lo contrario: ¡Es un honor! Jesucristo mismo se presentó como servidor».
«Dios es el jefe, Jesús es el Maestro. Él nos dice: ‘Debes servir a tu prójimo y yo decido quién es tu prójimo'» y «Sólo Dios puede conceder la salvación. Nosotros únicamente somos herramientas».
Los amigos ayudan
Ahora Jesús dice en el texto bíblico a sus discípulos que ellos no sólo son siervos, sino también «amigos». ¿Y que quiere decir esto? La respuesta la encontró el Apóstol Mayor en Abraham, que fue llamado «un amigo de Dios», en Moisés, con quien Dios habla «como un hombre con su amigo», y en Juan el Bautista, quien se llamó a sí mismo «amigo del esposo».
Los amigos del Señor, por lo tanto, son servidores que conocen sus propósitos, cumplen su voluntad y preparan para su retorno. «Él nos ha dicho lo que se propone: se trata de la vida eterna, que los hombres estén cerca de Dios».
Colaborar con su plan
«Nuestro servicio es entonces colaborar con este plan», aclaró el Apóstol Mayor Schneider mencionando cinco aspectos.
- «Nuestro servicio tiene como meta que los hombres estén más cerca de Dios y que en días buenos y en días malos se queden en la cercanía de Dios. La bendición no es volverse rico o estar sano, sino la bendición es estar cerca de Dios. El que está bien cerca de Dios, tiene paz en su corazón, tiene una vida espiritual equilibrada, se siente y se sabe amado, tiene seguridad».
- «Ocupémonos de que la fe en Jesucristo sea cada vez más firme. Nuestro servicio consiste en mostrar a Jesucristo a los hermanos y hermanas, que lo conozcan cada vez mejor y que entiendan cada vez más que Dios los ama».
- «Nuestro servicio es ayudar a los Apóstoles a preparar a la novia. La novia debe estar formada por almas que amen a Jesús de todo corazón y que tengan el mismo sentir que Jesucristo: que amen a todos los seres humanos y quieran que los hombres puedan estar eternamente junto a Dios».
- «El Señor no viene para llevar a uno aquí y a otro allí. Él quiere llevar consigo a un pueblo: creyentes que creen en Él, que lo aman, que se sirven unos a otros, que aman a su prójimo y que son uno en Jesucristo. Por eso nuestro servicio también es ocuparnos de esta unidad, del ser uno«.
- «Esto también es parte de nuestra misión, explicar a los hermanos y hermanas que cuando hay tentaciones no significa que Dios te ha olvidado, sino que Dios quiere seguir ocupándose de que te acerques a Él y de que te quedes con Él».
«Este es nuestro servicio, realicémoslo en nuestra alma y en el alma de nuestro prójimo», dice la conclusión: «Se trata de la cercanía y la lejanía de Dios, estar con Dios o estar lejos de Él».