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Acceder a la ayuda de Dios con María

diciembre 4, 2018

Autor: Andreas Rother

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Ella muestra qué hacer. María cumple un rol especial no solo en Adviento, sino también en las bodas de Caná. Qué tiene que ver este hecho con la Iglesia y los creyentes de hoy. Revelaciones de un Servicio Divino.

La primera vez que se presentó el Redentor fue en las bodas de Caná, cuando a los organizadores se les terminó el vino. Y Jesus transformó el agua en vino. Así dejó una señal, pues cada judío creyente conocía la promesa del profeta Isaías, explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider: «Cuando venga el Redentor, hará a todos los pueblos banquete de vinos refinados».

Y el dirigente de la Iglesia dejó claro que María tuvo un peso especial en ese hecho: «Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere», fue el texto bíblico de Juan 2:5 para ese Servicio Divino del 4 de noviembre de 2018 en Fellbach (Alemania). ¿Qué tiene que ver esto con el aquí y ahora? «En la tradición cristiana, María es un símbolo de la Iglesia de Cristo».

María es sensible a la necesidad y quiere ayudar: No hizo reproches ni preguntó por el responsable. «Siempre deberíamos tener esa sensibilidad y darnos cuenta de si a alguien le falta algo. No acusamos, no queremos saber cuál fue la razón ni el porqué. Comprobamos que esas almas viven alejadas de Dios. Les queremos ayudar».

María sabe exactamente de dónde viene la ayuda. Se dirigió a Jesús y le pidió su apoyo. «Por eso nos dirigimos a Dios y pedimos por las demás personas, ya sea todavía estén sobre la tierra o ya estén en el más allá. No dejamos de orar por ellas simplemente porque nos dan lástima».

María entiende que no se puede forzar nada. Aceptó la amonestación de Jesús. «No podemos imponer al amado Dios lo que debe hacer. ¡Dios quiere la salvación de todos los seres humanos! Pero cuándo la ofrece, a quién se la ofrece y de qué manera, eso es asunto suyo». Sin embargo, «como confiamos en Dios y como amamos a nuestro prójimo, oramos por la salvación de todos los seres humanos».

María es consciente de que Jesús ayuda a través de su palabra. Se limita a interceder y guiar: «Haced todo lo que os dijere». «El hombre siempre espera de Dios que sea Él el que intervenga. Y ahora Jesús viene a ellos y les dice: ‘¡No! ¡Yo no haré nada! ¡Sois vosotros los que tenéis que hacerlo!’. Hay que creer en Dios, simplemente hay que creer que su palabra es la ayuda. Y el que pone por obra esa palabra, experimenta la ayuda y alcanza la salvación».

María está tan convencida que convence a los demás. Así pudo alentar a los hombres a seguir las palabras de Jesús. «El que pone por obra el Evangelio, recibe paz, recibe gracia, tiene alegría. No es únicamente un buen consejo que uno da. Si damos testimonio en palabras y obras, podremos ganar a más de uno todavía».

Primero viene el agua, después el vino. Algunas personas opinan: «¿Cómo viene Dios ahora con la Santa Cena, con el Bautismo, con el Sellamiento? ¡Nos va tan mal! ¡Tenemos aflicciones, tenemos necesidades! ¡Necesitamos algo totalmente diferente!». Sin embargo, «cuanto más ponemos por obra la palabra, tanto más Dios nos puede bendecir, tanto más salvación podemos alcanzar. ¡Así funciona!».

Las tinajas están llenas hasta el borde. Puede suceder que nuestra alegría y nuestra paz en Cristo disminuyan. «Entonces en realidad deberíamos examinarnos una y otra vez nosotros mismos: ‘¿He llenado la tinaja bien hasta arriba?». ¡Llena tu vida completamente con el Evangelio! ¡El milagro acontecerá! Tu alegría se volverá más grande. Tu paz se volverá más profunda y tu salvación se volverá más perfecta. Esto es válido para el mundo del más allá, esto es válido para ti y esto es válido para mí».

diciembre 4, 2018

Autor: Andreas Rother

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