Comprender la redención, examinar la actitud
Ser cristianos al punto de entender lo que Dios quiere y orientar la vida en el Evangelio. Pensamientos de un Servicio Divino con el Apóstol Mayor Schneider.
El domingo 23 de diciembre de 2018 en Weimar (Alemania), el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider predicó sobre Lucas 1:68-69: «Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, y nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David su siervo».
Ya antes del nacimiento de Jesús, Zacarías, el padre de Juan el Bautista, alababa a Dios por la redención de su pueblo. «¡Aún no había sucedido nada!», acotó el dirigente de la Iglesia. «¿Y entonces por qué lo habrá dicho? –¡Porque estaba lleno del Espíritu Santo!». Y este Espíritu trasciende el tiempo. Para Dios el futuro es tan real como el presente. Y «cuando el Espíritu Santo habla del futuro, del retorno de Jesucristo, de la eterna comunión con los hombres, describe una realidad divina».
La redención: reconocer el motivo para alabar
«¡Zacarías alababa a Dios porque Él es el Redentor, el Salvador, el Liberador, el Ayudador! Y esta también debe ser nuestra misión y nuestra aspiración. Alabemos a Dios por el Salvador y por nuestro Ayudador». En aquella época como en la actualidad existen personas que no están de acuerdo con esto. Cuestionan la necesidad de un Salvador, aluden a cuánto sufrimiento hay en el mundo o señalan que la sociedad puede regular todos los problemas por sí sola.
El Apóstol Mayor explicó que es un deber del cristiano ayudar a los pobres, pero, «la ayuda que podemos brindar, la de aliviar la necesidad, está limitada al tiempo y al espacio. La verdadera redención de todo sufrimiento, de toda tribulación solo puede provenir de Dios», pues «gracias a la ilustración del Espíritu Santo sabemos en qué consiste la redención: Dios quiere ir al fondo de la cosa y erradicar la raíz del mal». Debe ser abolida la separación del hombre de Dios: «Esta es la redención a la que dará lugar Jesucristo: Él quiere que los hombres vuelvan a la comunión con Dios».
El canto de alabanza: se reconoce en él la fe en Jesucristo
«Por esto agradecemos, por esto queremos alabar y dar gloria a Dios. Nuestra alabanza a Dios no consiste solo en hermosos himnos, en hermosos cantos. Demostrémosla también con nuestras obras», mencionó el Apóstol Mayor Schneider. Pertenecen a ello …
- la fe en Jesucristo: «Creemos en la encarnación del Hijo de Dios. Aunque esto a muchas personas hoy les resulte ridículo».
- reconocer la mentira y resistir a la tentación: «Jesucristo quiere ayudarnos a resistir a la tentación y renunciar al mal. Nos ayuda por medio de su palabra».
- no dejar que se deteriore la relación con Dios: «La riqueza y el éxito nunca deben actuar en perjuicio de nuestra relación con Dios».
- no resolver los problemas engañando a los demás: «El diablo viene y nos dice: Tienes un problema, tú lo puedes arreglar. Y entonces viene con sus soluciones: mentira, engaño, odio, venganza».
El Apóstol Mayor Schneider convoca: «Quedad fieles al Evangelio. Andad por el camino del amor, el perdón, la obediencia a Jesucristo. ¡Esta es la solución!». Esta forma de proceder también pertenece a alabar a Dios. «Vengamos con humildad a Jesucristo, seamos humildes. Mostremos arrepentimiento, hagamos penitencia, para que el Ayudador nos pueda ayudar y nos pueda perdonar nuestra culpa y nuestros pecados».
El parámetro: la actitud de Jesucristo
El creyente también debe examinar su propio carácter. Como dijo Pablo, «la nueva criatura» debe surgir por la fe en Jesucristo. Luego el Apóstol Mayor Schneider hizo referencia al lavado de pies, que es característico de la vida de Jesús siempre sirviendo y siendo ejemplo para el cristiano: «Pase lo que pase, deberíamos ser conscientes de que: ‘Yo estoy sirviendo. Yo debo contribuir en ayudar al prójimo a que venga a Jesucristo'».
«Si somos más y más conscientes de que: ‘Yo soy un hijo de Dios, estoy al servicio de mi Maestro, ahora soy llamado a contribuir en la salvación de muchos’, entonces reaccionaremos distinto, responderemos distinto, obraremos distinto».