El ser humano en todo conforme al corazón de Dios
El David bíblico fue todo menos perfecto. Y no obstante fue un varón conforme al corazón de Dios. Eso lo convirtió en un ejemplo para los creyentes de hoy. Cinco cosas que podemos aprender de David.
«He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero». Sobre este texto bíblico de Hechos 13:22 se trató el Servicio Divino del 2 de agosto de2019 en La Paz (Bolivia). «David, con seguridad, no fue perfecto», dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. «E igual la Biblia dice: Fue un varón conforme al corazón de Dios. ¿Por qué?».
Obrar con fe y con valor
«David creyó en Dios y también tuvo valor en la fe», dijo el Apóstol Mayor recordando la lucha contra Goliat. David no dijo: «Voy a vencer a este hombre». Él dijo: «Dios lo vencerá a través mío».
«En nuestra vida de fe a veces pasamos por situaciones en las que realmente vivimos el poder del maligno». Entonces miremos a un ejemplo. «¡No dejes de luchar! No puedes vencer al maligno, pero Dios lo hará a través tuyo. Con Jesús podemos vencer».
No pagar mal por mal
«David nunca quiso pagar mal por mal». Ya sea cuando su perseguidor Saúl había quedado a su suerte en la cueva. O cuando Simei, el hijo de Gera, lo maldijo públicamente y le arrojó piedras. David no tocó a nadie. «Tenía confianza en la justicia de Dios».
«Esa también es una palabra para nuestro tiempo. A veces nos enfrentamos al mal», dijo el Director de la Iglesia. «Pero también en esos momentos quedemos firmes. Actuemos como David, no paguemos mal por mal jamás».
Capaz de ser humilde y arrepentirse
«David era lo suficientemente humilde como para confesar: Sí, he pecado». Para encubrir su adulterio con Betsabé, había enviado a su esposo Urías a una muerte segura. Entonces Dios envió con él al profeta Natán. «Y el rey se lo dejó decir. Admitió su pecado y se arrepintió. Y Dios lo perdonó».
«Cada uno de nosotros es un pequeño rey: Yo soy libre y puedo hacer lo que quiero», manifestó el Apóstol Mayor. «¡Sí! Pero por favor déjate decir algo. Deja que Dios te diga lo que a Él no le gusta y muéstrate arrepentido. Sé humilde y Dios te perdonará».
Lleno de confianza en Dios
David confió totalmente en Dios. Cuando su hijo Absalón lo quiso matar, para ocupar él mismo el trono, colocó su destino totalmente en las manos de Dios. «Si Él me quiere salvar, me va a salvar. Y si no lo hace, también está bien».
«Muchas veces no entendemos lo que Dios hace. Va en contra de lo que nos imaginamos». Entonces ayuda la sabiduría de David. «Deja a Dios hacer. Él hace todo correctamente».
Por amor en lugar de por honores
«David también sabía que como rey era un servidor de Dios». Había preparado todo para construir el templo de Dios, pero tuvo que dejar que su hijo Salomón terminase su gran emprendimiento. «David no se alteró en nada. Sabía que: No se trata de mí, se trata de Dios». Lo principal es servir a la causa de Dios.
«Esto también es algo que nos compete», dijo el dirigente de la Iglesia. «Uno siembra y el otro luego puede cosechar. Pero el que está realmente motivado por el amor de Dios, lo acepta. Y si no tiene los honores y la alegría, tiene la confianza: Dios sabe por qué lo hice. Lo hice por amor a Él».
En el texto bíblico, Pablo dice que el encargo de David consistió en cumplir totalmente la voluntad de Dios. Y aquí se muestra la vinculación con Jesucristo, destacó el Apóstol Mayor Schneider: «Jesucristo es el varón que cumplió plenamente la voluntad de Dios, hasta el final. Y, amados hermanos y hermanas, este encargo también es válido para nosotros. Dios nos eligió para ser sus hijos. Seamos hijos de Dios conforme a su corazón».