¿Qué sería de una persona sin esperanza? ¡Por esa razón es de crucial importancia saber qué esperar! Directamente del Apóstol Mayor: “El Espíritu Santo nutre nuestra esperanza en la vida eterna. Esperamos el retorno del Señor y nos aferramos a esta esperanza en confianza y amor”.
Después de conocer la comunidad en Walvis Bay, Namibia, el Apóstol Mayor se dirigió hacia África del Sur. El 15 de diciembre de 2019, basó su sermón del domingo en un pasaje bíblico de Romanos 8: 25: “Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos”. El mensaje que extrajo de esto para los creyentes reunidos fue el siguiente: “La esperanza ligada a la fe y al amor no será decepcionada”.
Esperando al Mesías
El pueblo de Israel de antaño cultivó la esperanza en el Mesías por décadas, dijo el Apóstol Mayor al comenzar su prédica. “Los creyentes de ese tiempo estaban convencidos de que Dios les enviaría a un rey, que reconstruiría el antiguo reino y lo restauraría en un estado de paz y prosperidad, liberado de todos sus enemigos”, señaló el Apóstol Mayor. “Su esperanza por esto impregnaba su vida cotidiana, pero al final, se sintieron decepcionados”, remarcó el Apóstol Mayor. “El Hijo de Dios vino a esta tierra e hizo algo completamente diferente. Liberó a la humanidad del yugo del pecado y estableció un reino invisible: el reino de Dios”. Nadie había pensado en eso. Y más aún: Jesús también dejó muy en claro que ellos no podrían continuar como estaban. Al fin y al cabo, solo los que tuviesen el cuerpo nuevo entrarían al reino de Dios.
Nuestra esperanza—el reino de Dios
“Y ¿cuál es nuestra esperanza?” fue la pregunta del líder de la Iglesia. “Deseamos entrar en el reino invisible de Dios y vivir en eterna comunión con Dios, donde tendremos paz y gozo verdaderos”. Sin embargo, esto no significa que no podemos ya hoy esperar la ayuda de Dios. “Naturalmente, siempre podemos pedirle a nuestro Señor que nos ayude en nuestra vida cotidiana”. No obstante, esta ayuda solo tiene un alcance limitado. Después de todo, incluso los enfermos que sanó el Hijo de Dios en su tiempo murieron finalmente. “Nuestra esperanza verdadera es por la vida en el reino eterno de Dios. Esta esperanza es alimentada por el Espíritu Santo. Él nos dice: “Confiad en Dios. Jesús ha dicho que volverá para guiarnos hacia su reino”.
La esperanza requiere de alimento
Y luego el Apóstol Mayor incorporó a su prédica una serie de afirmaciones para ilustrar cómo el Espíritu Santo fortalece esta esperanza:
- Nos revela que Dios alzará a los creyentes igual que lo hizo con el Señor.
- Nos proclama que el retorno del Señor es inminente.
- Nos recuerda que somos hijos de Dios.
- Hace que nuestro amor por Dios y nuestro deseo de estar con Él crezca dentro nuestro.
- Nos dice que ya hoy podemos experimentar un anticipo de esta comunión con Dios, a saber, a través de la libertad del perdonado y el gozo del vencedor.
“Nosotros no somos soñadores. Estamos convencidos. Estamos seguros de que la promesa de Jesucristo se cumplirá: ¡Él regresará!”
La esperanza requiere de celo
“Necesitaremos celo para esperar por el cumplimiento de la promesa del Señor”, agregó el Apóstol Mayor, antes de añadir algunas afirmaciones más sobre cómo podría llegar a realizarse esto:
- “Cuanto más conozcamos a Jesús, más profundo será nuestro deseo de estar con Él eternamente—y tener comunión con Él”.
- “Luchamos por ser liberados de nuestras imperfecciones humanas y por asumir cada vez más la imagen de Cristo”.
- “Esperamos que Dios cumpla su plan de redención para que los seres humanos y toda la creación sea redimida del maligno”.
La esperanza requiere de confianza
Así es que la esperanza en el inminente retorno del Señor le da propósito a nuestra vida. Y si esta esperanza se torna inestable en algún momento, necesitaremos confiar en que:
- “Creemos firmemente en el cumplimiento de la promesa—y la incredulidad del hombre no tiene ninguna relevancia en nuestra confianza en Dios”.
- “No nos dejamos desalentar por nuestras faltas y errores—Dios culminará la obra que ha comenzado en nosotros.”
- “Confiamos en el amor de Dios, aunque no siempre comprendamos sus acciones”.
- “Confiamos en el apostolado—Jesús se encargará de que los Apóstoles puedan cumplir la misión que Él les ha encomendado”.
- “Nuestras aflicciones no ponen en duda nuestra gratitud hacia Dios o nuestro amor por Cristo. Nuestra motivación por servirle permanece intacta”.
Para información: East London fue la primera comunidad en todo el continente africano. En 2014, el entonces Apóstol de Distrito Noel Barnes celebró un Servicio Divino de aniversario, marcando sus 125 años de existencia.