Toque de queda en Francia: el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider también está confinado a su casa y se quedará sin la Santa Cena durante semanas. Pero no está desanimado: “Sé que Dios no abandona a sus hijos, especialmente en situaciones difíciles”.
“Me tomo esta crisis muy en serio”, dice el Director de la Iglesia en una entrevista publicada hoy por el órgano oficial de anuncios nak.org. “Desafortunadamente habrá muchas más víctimas. ¡Compartimos el sufrimiento de los afectados y oramos por ellos!”.
Debido a las limitaciones impuestas por las autoridades se vio obligado a anular todos los viajes planificados hasta el 10 de abril. “En este momento, nadie sabe cómo se desarrollará la situación posteriormente. Como todos, voy a adaptarme a esta situación”.
“Quedaos en casa e intentad sacar lo mejor de esta situación”, recomienda el Apóstol Mayor a los hermanos en la fe. Agradece a todos los que se movilizan por los demás y se apoyan mutuamente. “Ya se puede observar cómo en esta situación muchas personas están dispuestas a ayudar a los demás”.
Reconocer lo que es realmente importante
“Sé que muchos de los hermanos en la fe no van a poder participar de la Santa Cena hasta que termine esta pandemia”, enfatiza el Director de la Iglesia. “Comparto su dolor”, pero no hay posibilidad de “sustituir completamente el festejo en la comunión de los creyentes”, dijo en una entrevista con el portavoz de la Iglesia Peter Johanning.
Aunque se discutieron diferentes enfoques, como el envío de hostias previamente consagradas o la recepción por parte de portadores de ministerio en representación de los demás, como se hace en el Servicio Divino en ayuda de los difuntos, sin embargo, “tenemos que comer el cuerpo de Cristo y beber su sangre cuando recibimos de forma digna la hostia, consagrada y dada por un ministerio sacerdotal”, dice refiriéndose a séptimo artículo de la fe.
“No sabemos por qué Dios permite esta situación”, dice el Apóstol Mayor. “¡Pero estoy seguro de que este tiempo de privación espiritual contribuirá a que más que nunca reconozcamos la importancia del Servicio divino, de los portadores de ministerio y de la Santa Cena!”.
Aprender de los hermanos y hermanas
“Especialmente durante estos días podemos aprender de nuestros hermanos en la fe que antes ya tuvieron que experimentar un gran sufrimiento”, dice recordando a todas las víctimas del terremoto de Indonesia que no pudieron protegerse, a los refugiados africanos que han estado retenidos durante años, a las víctimas de la guerra del Congo que perdieron todo de la noche a la mañana y a los cristianos de África Occidental que son asesinados cuando asisten a los Servicios Divinos.
El Apóstol Mayor no quiere menospreciar la crisis del coronavirus. “Todo lo contrario”, se trata de aprender de estos hermanos y hermanas en la fe. “¿Por qué son capaces de mantenerse firmes a pesar de todas las luchas? Porque están fuertemente arraigados en Cristo. Su amor hacia el Señor, ¡ese es su secreto!”. La enseñanza que saca de esto es: “Ahora se trata sobre todo de conservar nuestra relación con Cristo”.
Aferrarse al amor y la confianza
“Pero justo en estos momentos de tribulación queremos confiar en Dios”, apela el dirigente de la Iglesia. “Confiemos en Dios. ¡Él siempre sabe cómo puede dar a aquellos que lo aman, aquello que es imprescindible para su salvación!”.
Y: “Permanezcamos firmes en nuestro amor hacia Dios. El Señor siempre amparará de forma especial a aquellos que lo aman. La promesa de Dios sigue en pie: A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, ¡incluso la crisis del coronavirus!”.
“Ánimo”, dice el Apóstol Mayor Schneider, “todo pasará”.
Foto: Oliver Rütten