¿Incienso, velas, túnicas con adornos? Sin el Apóstol Menkhoff, el Servicio Divino en la Iglesia Nueva Apostólica quizás todavía se vería así hoy. Un tributo al 125° aniversario de su muerte.
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Friedrich Wilhelm Menkhoff nació el 2 de febrero de 1826 en Wallenbrück/Alemania; aquí un retrato de la época de su juventud.
Foto: Zentralarchiv NAK Westdeutschland
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El Apóstol Friedrich Wilhelm Menkhoff falleció el 21 de junio de 1895 a la edad de 69 años; aquí una fotografía de sus últimos años de vida.
Foto: Zentralarchiv NAK Westdeutschland
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Vista de Prinseneiland, una de las tres islas artificiales que hay en el centro de la ciudad de Amsterdam/Países Bajos.
Foto: Zentralarchiv NAK Westdeutschland
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En Prinseneiland fijó su residencia Menkhoff mientras vivió en los Países Bajos.
Foto: Zentralarchiv NAK Westdeutschland
Antes de que existiera el ministerio de Apóstol Mayor había una especie de liderazgo de a dos: Friedrich Wilhelm Schwarz y Friedrich Wilhelm Menkhoff. Los caminos que los llevaron a unirse fueron sinuosos.
El Apóstol Schwarz estuvo en el centro de los acontecimientos cuando la comunidad de Hamburgo se separó de la Iglesia Católica Apostólica en 1863. Una profecía lo llevó a su nueva área de actividad, los Países Bajos.
Un encuentro con consecuencias
Allí sus caminos se cruzaron con el Pastor evangélico libre Menkhoff, que había llegado desde Westfalia, Alemania unos años antes siguiendo las huellas de los trabajadores temporarios, según informó: “Los pobres alemanes que ganan su pan terrenal en estos páramos tienen una gran necesidad del pan de la vida”.
El resto es historia: Menkhoff conoce la fe apostólica a través de Schwarz, se sella, recibe el ministerio de Evangelista, es instituido como Obispo y finalmente es llamado como Apóstol. Codo a codo, ambos dan forma a lo que un día será la Iglesia Nueva Apostólica.
Legado en doctrina y liturgia
El Apóstol Schwarz en realidad todavía seguía las tradiciones católico-apostólicas. Pero Menkhoff fue capaz de convencerlo de hacer los Servicios Divinos más simples. Aunque la Reforma en dirección a la Iglesia de hoy comenzó en los Países Bajos ya en 1870, tomó cerca de 20 años antes de que pudiera ganar un punto de apoyo en Alemania.
El Apóstol Menkhoff también dejó su marca en la doctrina:
- Escribió el tratado bajo el título “Principios y Confesión de Fe de la Comunidad Apostólica de Bielefeld” y con él influyó en la “forma en que se puede celebrar la Santa Cena”, como dice el subtítulo.
- Publicó la “Epístola sobre el Bautismo con Agua”, que siguió ejerciendo influencia en la interpretación de los Sacramentos hasta la época del Apóstol Mayor Johann Gottfried Bischoff.
- Y tradujo el “Libro para nuestro tiempo”, que fue escrito bajo la dirección del Apóstol Schwarz y que dio forma a la doctrina nuevoapostólica de las últimas cosas (escatología) hasta el tiempo de los Apóstoles de Distrito Rockenfelder y Weinmann.
Su huella en obras impresas
Uno de los recursos de su actividad fue el “Heraldo”, la primera revista mensual nuevoapostólica, que comenzó a publicar el Apóstol Menkhoff en 1884 y que supervisó en cuanto a su contenido. Trabajó en ello hasta unos meses antes de su muerte el 21 de junio de 1895.
La importancia que se le asignó a título póstumo se evidencia en un regalo público que se hizo con motivo del cumpleaños del Apóstol Mayor Hermann Niehaus. Un folleto decorativo especialmente impreso presentaba el cuádruple ministerio: Apóstol, Profeta, Evangelista y Pastor, este último personificado por el Apóstol Menkhoff.