Eran tiempos difíciles en la historia de la Iglesia Nueva Apostólica: dos guerras mundiales, internacionalización, consolidación, separación, realineamiento. Un poco de todo. Y el Apóstol Mayor Johann Gottfried Bischoff, nacido hace 150 años, se mantuvo firme como una roca en la tormenta.
Eran tiempos difíciles en la historia de la Iglesia Nueva Apostólica: dos guerras mundiales, internacionalización, consolidación, separación, realineamiento. Un poco de todo. Y el Apóstol Mayor Johann Gottfried Bischoff, nacido hace 150 años, se mantuvo firme como una roca en la tormenta.
Todo el mundo tiene derecho a una vida privada y Johann Gottfried Bischoff no fue la excepción. Nació el 2 de enero de 1871 en Unter-Mossau, un pequeño pueblo rural e idílico de la región de Odenwald, en el sur de Hesse (Alemania). Hasta hoy se lo menciona en los registros correspondientes como una de las personalidades más allá de las fronteras del pueblo. Su infancia estuvo marcada por la pobreza y la estrechez, pero fue precisamente a partir de ello que se formó su perseverancia incluso en los días malos. Once hermanos y hermanas, un aprendizaje como zapatero, trabajo no calificado en agricultura, no se pueden dar grandes saltos con esas actividades…
El director de la Iglesia
En Pascua de 1897 asiste por primera vez a un Servicio Divino nuevoapostólico y permanece. Desde el principio, su relación estrecha con Dios y el hombre fueron determinantes para su colaboración. Incluso como Diácono ofició muchos Servicios Divinos. Como Pastor viajó a las comunidades de Wiesbaden, Fráncfort, Kassel y Eisenach. En 1903 ya fue ordenado como Obispo, tres años después como Apóstol.
A partir de 1920 estuvo activo como Ayudante Apóstol Mayor junto al Apóstol Mayor Hermann Niehaus. En 1930 asumió la dirección de la Iglesia Nueva Apostólica, que entretanto se había convertido en internacional, y permaneció al frente de la misma durante 30 años. Hasta 1960 determinó el destino de una Iglesia mundial en constante expansión que a veces también se vio desafiada por la política y la geografía, que mantuvo alejada del ecumenismo y en la que tuvo que reconsiderar algunos de los puntos centrales de su doctrina.
El conservador con nuevos pensamientos
Hay muchos conflictos y heridas dentro de sus propias filas. Surgen congregaciones apostólicas que anduvieron durante años por diferentes caminos. Hay conflictos con el régimen nazi, con la Gestapo, con racistas extremos y con los que odian a judíos y cristianos. Hay determinaciones teológicas básicas, especialmente sobre cuestiones de la apostolicidad de la Iglesia. Así, ya de joven el Apóstol Bischoff se resiste a la llamada “doctrina de la nueva luz”: “Es un engaño creer que Jesús habita sólo en la carne del Apóstol”, es una de sus tesis. O: “Desafortunadamente sucede muy a menudo que se rinda más tributo a los mensajeros que al enviador”, se lee en la carta de Johann Gottfried Bischoff a Carl August Brückner. “Y a esto debemos llegar, para que el Señor, como fundamento y piedra angular, ocupe el lugar que le corresponde en su Obra”.
El confidente
Sus palabras tuvieron peso y consecuencias. Cada vez más se convirtió en un confidente cercano del entonces Apóstol Mayor Hermann Niehaus, lo que por otra parte llevó a disputas personales entre Bischoff y Brückner, dos Apóstoles que no podían ser más diferentes. Uno se queda, el otro se va. En diciembre de 1924, el Apóstol Mayor Niehaus nombró al Apóstol Bischoff como su sucesor. El Apóstol sajón Carl August Brückner también habría sido una elección adecuada, pero había sido expulsado de la Iglesia en abril de 1921. Fundó la Alianza de Iglesias Apostólicas Reformadas, que hoy forma parte de la Unión de Comunidades Apostólicas.
Como Apóstol Mayor, Johann Gottfried Bischoff fue responsable de cambios menores y mayores en los procedimientos litúrgicos de los Servicios Divinos. Trasladó el Servicio Divino en ayuda para los difuntos a tres fechas por año, introdujo los Servicios Divinos para niños en los distritos y viajó personalmente a las comunidades de América del Norte. Incluso los primeros “Servicios Divinos por transmisión” se remontan a su tiempo de actividad: en 1946 el primero de este tipo fue emitido desde la comunidad nuevoapostólica de Reutlingen. En 1956 el Servicio Divino que ofició en Fráncfort del Meno ya se transmitió a 321 comunidades conectadas por cable postal.
El Apóstol Mayor
Hoy en día, cuando se menciona el nombre de Johann Gottfried Bischoff muchos piensan en los días del “mensaje” y la división de la Iglesia. Pero el trabajo en la vida del Apóstol Mayor deja ver mucho más que eso. Ser un Apóstol Mayor no es solo una cuestión de estatutos. Su fe inquebrantable, su interiorización del ministerio de Apóstol y su influencia duradera en los contenidos de la doctrina, algunos de los cuales todavía determinan hoy el Catecismo nuevoapostólico, también forman parte del abundante repertorio de este servidor de la Iglesia. Como tal, sobrevivió a dos guerras mundiales, internacionalizó, consolidó y realineó la joven Iglesia. Sufrió por las divisiones durante toda su vida.
El 6 de julio de 1960 murió en Karlsruhe.