El alumno no es superior a su maestro. Eso es claro, ¿o no? Sin embargo, los intentos de querer ser más inteligente que el maestro se repiten una y otra vez en la vida. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider explica por qué esto también tiene su lado bueno.
Domingo, 2 de mayo de 2021. El Apóstol Mayor predica en el altar de la comunidad Fráncfort Oeste (Alemania), pero no en alemán y no para esa comunidad, sino en inglés para las comunidades de Australia y Nueva Zelanda que están conectadas a la red. Por eso, el Servicio Divino en Alemania comienza antes para que los hermanos y hermanas de la otra parte del mundo pudieran disfrutar de su Servicio Divino vespertino.
Aprender del Maestro
“El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro”, dice Lucas 6:40. A partir de esto, el máximo dirigente de la Iglesia internacional formuló el mensaje de su prédica: Como discípulos de Jesús aprendemos de Él para llegar a ser como Él. Una tarea difícil, como resulta de sus explicaciones.
Este “no somos superiores a nuestro Maestro» suena al principio como un consuelo, dijo el Apóstol Mayor. Porque en los momentos difíciles puede ocurrir que dudemos del amor de Dios. El Maestro –el Hijo de Dios, Jesucristo– tuvo que sufrir. También a Él estuvo dirigido el desvelo de Dios. Lo mismo le ocurre a las personas hoy en día: sufrimiento y ayuda de Dios. Depende de nosotros creer en Dios y confiar en Él.
“Como hombre, Jesucristo no sabía cuándo volvería. Tampoco entendió por qué el Padre lo desamparó en la cruz”. Lo mismo nos sucede a nosotros: “No somos más que Jesús. No lo sabemos todo y no entendemos todo lo que Dios hace. Hagamos lo mismo que el Señor y confiemos en Dios”.
En su prédica, el dirigente de la Iglesia hizo referencia a otro punto de la Sagrada Escritura: “El Señor era perfecto y estaba lleno de desvelo por los demás. Sin embargo, no fue aceptado, respetado, apreciado ni amado por todos”. Haciendo un paralelismo con los discípulos de Cristo actuales, dijo: “Tanto menos entonces nosotros, que somos imperfectos, no podemos esperar ser reconocidos y apreciados por todos”. A los ojos de los seres humanos, la misión de Jesús terminó con una estrepitosa derrota. Solo después de su resurrección quedó clara su victoria. “No nos va mejor que a Jesús. Hoy, a veces nos parece inútil servir al Señor. Sin embargo, la Primera Resurrección nos demostrará lo contrario. ¡Ahora es demasiado pronto para hacer un balance de nuestro compromiso con Dios!”.
Objetivo de la formación: poner en práctica lo aprendido
El pasaje bíblico citado también es una exhortación del Señor a su Iglesia para que se interesen unos por otros y se sirvan los unos a los otros como Él sirvió a sus discípulos. “A veces es la misma persona a la que hemos hecho el bien la que nos perjudica. Entonces es difícil perdonarla”. Entonces puede ser útil pensar en Jesús: Después de todo, Él dio su vida por nosotros. El Apóstol Mayor preguntó con insistencia: “¿Por qué nuestro prójimo debería ser más culpable hacia nosotros que nosotros hacia Jesucristo? ¡No somos superiores a Jesús! Si Él nos perdona, no tenemos ninguna razón para no querer perdonar a los demás”.
Todos los puntos enumerados constituyen los fundamentos de nuestra formación, resumió el Apóstol Mayor. “Para tener una buena formación, el estudiante debe conocer, comprender y ser capaz de poner en práctica lo aprendido. El conocimiento puede adquirirse escuchando la prédica del Evangelio y leyendo la Biblia”. Asimilar la doctrina requiere un compromiso personal con la pregunta: ¿Qué espera Jesús de mí? Quien lo conoce, puede aplicar la enseñanza del Evangelio. La habilidad solo se adquiere con la práctica. “Uno solo aprende a perdonar cuando ha sido herido. Uno solo aprende a reconciliarse cuando ha experimentado la separación. Y solo en los momentos en que no entendemos a Dios aprendemos a poner todo en sus manos”. Con esto, el Apóstol Mayor dejó claro que las dificultades que encontramos pueden ser muy buenas oportunidades para desarrollar nuestras habilidades espirituales. Solo así se puede llegar a ser como el Maestro.