Las deliberaciones sobre la ordenación de mujeres pasan a la siguiente ronda. El Apóstol Mayor informa al respecto en su entrevista anual 2021, esbozando la hoja de ruta concreta y diciendo en qué punto se encuentra el debate.
Es un tema amplio y complejo, dice el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. Pero el proceso de toma de decisiones obedece a cuatro interrogantes fundamentales muy claros:
- ¿Qué dice Dios?
- ¿Qué dice la Biblia?
- ¿Qué dice la Iglesia?
- ¿Qué dice la cultura regional?
“Solo cuando hayamos encontrado respuestas razonables a todas estas preguntas sabremos qué decisión tomar”, aclara el dirigente de la Iglesia internacional.
Ya revisado: el Antiguo Testamento
La primera pregunta –sobre la voluntad de Dios– ya ha sido respondida sobre la base de los relatos bíblicos de la creación. La asamblea de Apóstoles de Distrito deliberó sobre esto en noviembre de 2020 y posteriormente publicó la carta doctrinaria sobre el tema “El hombre y la mujer como imagen de Dios”. Sus afirmaciones centrales:
- El hombre y la mujer son igualmente imagen de Dios. Son igualmente necesarios el uno para el otro y son de la misma naturaleza y dignidad.
- El hombre y la mujer son igualmente llamados a preservar y dar forma a la creación. Dios no les ha asignado diferentes ámbitos de señorío o de influencia.
- La interpretación de los roles del hombre y la mujer es diferente, pues refleja, entre otras cosas, los desarrollos sociales y políticos de la sociedad humana.
En curso: el Nuevo Testamento
El segundo interrogante –sobre evidencias bíblicas más amplias– está en curso doblemente. “Hemos hecho dos observaciones principales sobre el contenido”, explica el Apóstol Mayor: ¿Qué movió a Jesús a llamar solo a hombres al ministerio de Apóstol? ¿Y qué dice la Iglesia primitiva al respecto, por ejemplo, en las epístolas pastorales del Nuevo Testamento?
Este fue el tema de la última asamblea, celebrada en mayo de 2021, y las decisiones siguen pendientes. “Los Apóstoles de Distrito irán primero a sus asambleas de Apóstoles con el contenido de nuestras conversaciones”. Después, los Apóstoles tienen la oportunidad de hacer comentarios al respecto. “A continuación, retomaremos el hilo de la conversación en la próxima asamblea de Apóstoles de Distrito en noviembre de 2021”.
Encrucijada para el futuro
Es imposible predecir la respuesta a la tercera y cuarta preguntas. “Es muy temprano para ello”, dijo el dirigente de la Iglesia. Sin embargo, tiene claro el proceso de las decisiones a tomar:
- ¿Responde a la voluntad de Dios que no sean ordenadas mujeres? Con un sí, ya no se necesitan más deliberaciones. Con un no:
- ¿El hecho de que Jesús solo llamó a hombres al ministerio de Apóstol significa automáticamente que no pueden ser ordenadas mujeres? Con un sí, no habrá ordenación de mujeres. Con uno no, se plantea la pregunta:
- ¿Es imposible la ordenación de mujeres debido a los enunciados correspondientes que se encuentran en las epístolas de los Apóstoles del Nuevo Testamento? Con un sí, le está faltando a la ordenación de mujeres un fundamento bíblico. Con un no a esta pregunta:
- ¿Quiere la Iglesia o bien la asamblea de Apóstoles de Distrito ordenar a mujeres en un ministerio o no? Con un sí, surgen consecuencias regionales y sociales:
- ¿Existe en un área, un país, una región la necesidad de ordenar mujeres? Con un no, no puede conferirse allí un ministerio a mujeres. Con un sí:
- ¿Aceptan las comunidades y la sociedad en esa Iglesia regional la idea de la ordenación de mujeres? Con un no, no se llegará allí a la ordenación de mujeres. Si las respuestas son sí:
- Las mujeres pueden ser ordenadas en el área, el país, la comunidad.
“Así que tenemos por delante un proceso bastante largo”, aclara el Apóstol Mayor. Y aquí se aplica lo mismo que ya dije en el estado intermedio de la interpretación de ministerio: “Puedo entender que aquí o allá surja un poco de impaciencia. También soy consciente de que las expectativas son muy diferentes. Pero insisto en que estamos realizando un trabajo a fondo en este asunto. Esto, naturalmente, requiere mucho tiempo, pero es imprescindible para la unidad de la Iglesia”.
Foto: Oliver Rütten