Aunque la tierra es como una pelota, tiene muchos rincones y extremos. Y el alegre mensaje hay que difundirlo por todos ellos. El mapa de ruta de un Servicio Divino con el Apóstol Mayor muestra adónde nos lleva esta tarea.
El Servicio Divino del 16 de mayo de 2021 en Saarbrücken (Alemania) giró en torno a un anuncio de Jesucristo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Y efectivamente, los cristianos perseguidos huyeron hacia esos lugares y desde allí difundieron el Evangelio a todo el mundo.
“Hemos recibido el don del Espíritu Santo y, por lo tanto, el poder de ser testigos de Jesucristo”, dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. “Así que esto nos concierne”. Ser testigos significa transmitir este mensaje a todas las personas: “Jesucristo es el Hijo de Dios. Quiere la salvación, ha establecido su Iglesia en la tierra, ha enviado a los Apóstoles, viene nuevamente”.
Centrarse en lo esencial
En aquella época, los primeros cristianos tuvieron que aceptar que la circuncisión y los mandamientos de pureza eran irrelevantes para los gentiles. “Esto no es relevante para la salvación en absoluto”, explicó el dirigente de la Iglesia ese parámetro: “Los Apóstoles tuvieron que centrarse en lo esencial: Jesucristo. Si no, el mensaje se habría quedado en Jerusalén”.
“Esto también es válido para nosotros, amados hermanos y hermanas”, subrayó. “Todo lo que tiene que ver con nuestra persona, con nuestra historia, con nuestra cultura, está muy bien, pero no es relevante para la salvación. Ahí es donde tenemos que separar las cosas”. Algunos podrían preguntarse: “Sí, ¿esta sigue siendo mi Iglesia?”. La respuesta: “Muchas cosas han cambiado, pero si uno se fija bien, no tienen nada que ver con la salvación. Lo esencial se ha mantenido. El mensaje de la salvación ha permanecido”.
“En esto debemos centrarnos”, dijo el Apóstol Mayor, citando tres razones:
- Solo con el mensaje esencial se puede llegar a todas las personas, independientemente de su origen.
- Los que se centran en lo esencial no reaccionan con inseguridad cuando la Iglesia evoluciona, porque la cultura, la tradición o la interpretación cambian de tanto en tanto.
- Es más fácil transmitir lo esencial a la siguiente generación si, al hacerlo, uno no impone su propia manera de vivir la fe.
Con el poder del Espíritu Santo
“Difundamos el mensaje de la salvación a todos los seres humanos hasta lo último de la tierra”, apeló el director de la Iglesia. De esto se interpreta:
- “No nos pongamos límites”. Ni la incredulidad, ni una fe diferente, ni un estilo de vida cuestionable deben impedir que se hable con una persona sobre la salvación en Cristo.
- “Debemos ser testigos dondequiera que nos encontremos: dispersos en la comunidad o totalmente aislados, solos, sigamos confirmando la verdad, la eficacia del Evangelio en lo que hacemos, en nuestra conducta”.
- “También debemos contar con tener aflicciones al tratar de vivir según el Evangelio. Pero no nos rindamos. Confirma la verdad, la eficacia del mensaje de Jesucristo. Ahora, hoy, hazlo”.
- “Hasta lo último de la tierra”, es decir, “hasta el último detalle de la vida terrenal vivamos según el Evangelio”.
“El amado Dios nos da el poder para hacerlo a través del Espíritu Santo, que hemos recibido”, explicó el Apóstol Mayor Schneider. “¿Qué hace el Espíritu Santo? Nos recuerda el amor de Dios, Dios te ama, Jesucristo murió por ti, te ha dado la filiación divina. Y cuando lo dejamos actuar en nosotros, despliega ese amor en nosotros, ese amor a Dios y ese amor al prójimo. Y es ese amor el que nos pone en condiciones de seguir anunciando la salvación y difundiendo el mensaje”.