Cuán exactamente conoce Jesús a cada persona
“Jesús te conoce”. Este pensamiento nos es muy familiar. Pero lo que realmente hay detrás puede hacernos asombrar: la mirada exacta a las necesidades, los límites, las posibilidades y los motivos.
Jesús llama a Felipe para que lo siga. Él, a su vez, invita a Natanael a acompañarlo. Este último experimenta finalmente un momento de reconocimiento. Así lo describe Juan 1:48-49:
“Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel”.
Estos versículos sirvieron de base para el Servicio Divino del 7 de mayo de 2023 en Yakarta (Indonesia).
Ayer y hoy
“Jesucristo es nuestro Señor. Él nos conoce. Jesucristo nos conocía antes de llamarnos”, comenzó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider la prédica. Cada uno de nosotros fue llamado de una manera diferente. Algunos nacieron en una familia creyente. Otros encontraron la fe por sí mismos. “Pero el resultado es siempre el mismo”, porque Jesús dice: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”. Y eso significa: “Jesús te eligió y te llamó porque te conoce, porque te ama”.
Circunstancias y necesidades
“Jesús conoce tu vida y tus circunstancias”, subrayó el dirigente de la Iglesia. “Se interesa por lo que te pasa: siete días a la semana, 24 horas al día. Nada es demasiado pequeño para que Él se interese”.
“Él conoce tus necesidades, tus necesidades materiales y tus necesidades espirituales”. No siempre es así con los seres humanos. A menudo ofrecen ayuda y soluciones cuando lo que realmente se necesita es atención y ser escuchado. “Jesucristo sabe exactamente lo que necesitas. Y Él te dará lo que necesitas”.
¿Por qué orar entonces? La respuesta del Apóstol Mayor tiene tres partes: como signo de confianza en Dios, como confesión de depender completamente de Él y como oportunidad para establecer las propias prioridades. “Por eso es importante que oremos”. Y “si nuestras prioridades coinciden con las de Jesús, Él nos dará lo que pedimos”.
Limitaciones y posibilidades
“Jesucristo también conoce nuestras limitaciones”. Dios sabe que los seres humanos son pecadores. No los reprocha por ello. “El único reproche que hace es cuando tu fe es demasiado débil, cuando tu amor no es suficientemente grande”. Pero “nos ofrece su ayuda para fortalecer nuestra fe y aumentar nuestro amor”.
A veces las personas tienen que hacer un desvío en su camino de la vida. “Si Él te lleva por este camino, es para evitarte un problema. Quiere evitar que pases por una situación en la que no podrías salvarte”.
Jesús también conoce las posibilidades: “Si te pide que hagas algo, sabe muy bien que eres capaz de hacerlo. Seguramente, no solo. Con su ayuda. Con la ayuda de hermanos y hermanas en la fe. Pero tú puedes hacerlo si quieres”.
Motivación y obrar
Jesús conoce el corazón. “Él mira nuestra fe y nuestro amor. Y solo bendice lo que ha sido hecho por fe y amor”. Claro, las personas podrían ser una bendición para los demás, aunque obraran por motivos equivocados. Pero eso no alcanzaría para ser bendecidos ellos mismos.
“Su bendición es una bendición espiritual. El que es bendecido por su fe y su amor tiene paz y alegría en el corazón. Y experimenta la presencia de Dios”. Si esto falta, entonces “tal vez deberíamos examinarnos a nosotros mismos y a nuestra motivación”.
Debilidades y santificación
“Jesús también conoce las debilidades de sus siervos”. Pero, “Él los santifica”. Así que, “confía en Él, puede darte lo que necesitas para la salvación incluso a través de personas imperfectas”.
La conclusión del Apóstol Mayor: “Dios nos ha llamado personalmente para llevarnos a su reino. Él se preocupa por nosotros y provee a nuestras necesidades. Sabe de lo que somos capaces. Bendice la obra de nuestro amor. Santifica a sus siervos”.