Dimensiones de la fe

“Esta frase de Jesús también es importante para nosotros hoy”, dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider al comienzo del Servicio Divino en Solwezi (Zambia) el 11 de junio de 2023. Se refería al texto bíblico: “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido” (Lucas 14:11).

El ser humano quiere ser Dios

“Con los seres humanos ocurre siempre lo mismo”, dijo el Apóstol Mayor. “Los seres humanos tienen tendencia a comportarse como si fueran Dios”.

Utilizando ejemplos del Antiguo Testamento, el Apóstol Mayor mostró que Dios no acepta esto. El Apóstol Mayor relató: “Recordad a Adán y Eva: estaban convencidos de que ya no necesitaban a Dios, que podían prescindir de Él. ‘No necesitamos a Dios para que nos diga lo que es bueno y malo. Ya lo sabemos’”. Saúl también desobedeció a Dios y se quedó con parte del botín para ofrecerlo como sacrificio en lugar de destruirlo todo. “Evidentemente, para el rey Saúl era más importante complacer al pueblo que obedecer a Dios”, dijo el Apóstol Mayor, subrayando que la historia no terminó bien para Saúl: “El Señor lo desechó”.

El ser humano quiere ser más

“El otro problema es que los seres humanos quieren enaltecerse a sí mismos. Piensan que están por encima de los demás”, dijo el Apóstol Mayor. “El ser humano se enaltece a sí mismo cuando piensa que está por encima de su prójimo”. Pero todos los seres humanos son pecadores y necesitan la gracia de Dios. Una forma común de enaltecerse a uno mismo es anteponer los propios deseos y necesidades al bienestar de los demás. “No me importan las consecuencias para mi prójimo, quiero tener esto”, así citó el Apóstol Mayor tal actitud. Además, subrayó que uno no debe ponerse por encima del prójimo considerando sus diferencias como menos dignas.

Seguir el ejemplo de Jesús

“Humillémonos como hizo Jesús. Él es nuestro ejemplo, sigámoslo”. En qué Jesús puede ser un ejemplo:

• Confianza: “Humillémonos como Jesús. No porque nos obliguen, no porque no tengamos otra solución”. Jesús era libre, pero sabía: “Mi Padre es el Todopoderoso. Él lo sabe todo y me ama. Confío en Él, aunque como ser humano no entienda lo que hace”.
• Amor: Jesús “se humilló porque quería servir. Como amaba a Dios y al prójimo, quería servir”.
• Amor propio: “Ser humilde no significa que nos menospreciemos y digamos: ‘Somos tan malos, los demás son mucho mejores’. No, Jesús se humilló, pero era consciente de su propio valor”. El Apóstol Mayor subrayó: “Somos creación de Dios, hemos sido elegidos por Dios. Pero también somos conscientes de que nuestro prójimo también es amado y elegido”.
• Unidad: “Ser uno con Cristo y con los demás es más importante para nosotros que nuestras ideas, nuestras tradiciones, nuestras opiniones. Y por muy buenas que sean, estamos dispuestos a renunciar a ellas si son un obstáculo para ser uno con Cristo y entre nosotros”.
• Arrepentimiento: “No nos arrepentimos porque tengamos miedo de Dios”, sino que “nos humillamos y nos arrepentimos porque sabemos que nuestros pecados nos separan de Jesucristo”.

Bien está lo que bien acaba

A los humildes les espera una revancha grandiosa: “Dios los enaltecerá a un rango que no merecen, que no pueden alcanzar por sus propios esfuerzos”. Es decir, “Dios enaltecerá a los que se humillen y los llevará a su reino. Los elevará a una posición por encima de todo dolor y sufrimiento, por encima de la muerte y la injusticia”. Pero atención: “Dios nos enaltecerá, pero no nos colocará por encima de nuestro prójimo. Entraremos en su reino como primicias y seguiremos sirviendo a nuestro prójimo. Como sacerdotes de Jesucristo, volveremos a la tierra para servir a los seres humanos”.

“Al final de la historia, todos los que se han humillado y han aceptado seguir a Jesucristo serán elevados a una nueva creación”. Esta fue la perspectiva dada por el Apóstol Mayor al final del Servicio Divino.