Los datos curiosos de nak.org tuvieron que ser adaptados. La comunidad Madrid (España) es actualmente la comunidad en la que están representadas más nacionalidades. Y funciona, ¡gracias a Jesús!
El Apóstol Rolf Camenzind hojea nak.org con interés. Se queda atascado un momento en los hechos divertidos. Allí aparecen las comunidades superlativas. Además del edificio de iglesia más grande o la comunidad ubicada a mayor altura, Singapur figura como la comunidad con más hermanos y hermanas de diferentes países, concretamente 13. El Apóstol se detiene allí. Como Apóstol responsable de España, cree saber que hay más nacionalidades representadas en la comunidad de la capital de ese país. Investiga. Y, efectivamente, recibe confirmación desde Madrid de que participan allí en los Servicios Divinos hermanos en la fe de 20 países diferentes. 20 nacionalidades diferentes que aportan pluralismo cultural, diversidad, pero también desafíos.
De todo el mundo a España
Hasta la primera comunidad nuevoapostólica de España estaba formada por diferentes nacionalidades. El Diácono Juan Reverter de Suiza se mudó a España por encargo de su Apóstol para iniciar allí el trabajo misionero. Residía en Barcelona y celebraba Servicios Divinos todos los domingos. Con la visita del Apóstol de Distrito Ernst Güttinger de Suiza y la ordenación de Juan Reverter como Pastor el 15 de enero de 1948, se fundó la primera comunidad en España. Otros portadores de ministerio apoyaron a la pequeña comunidad. Venían de Suiza, Francia y más tarde de Argentina, de modo que los hermanos españoles pudieron escuchar más a menudo su lengua materna en el Servicio Divino.
Desde 1964 también hay hermanos nuevoapostólicos en Madrid. El primer hermano en Madrid era suizo. Los portadores de ministerio que atendían a la comunidad venían de Holanda y Alemania. La comunidad pronto comenzó a crecer. Más tarde llegaron portadores de ministerio de Suiza y a mediados de los años noventa hermanos en la fe de Sudamérica y África. La creciente comunidad logró tener su primer edificio en 1975, en la calle Belisana. La iglesia recién construida fue inaugurada por el Apóstol de Distrito Peter Dessimoz el 29 de abril de 1990. Sigue en pie en ese mismo lugar.
En la actualidad, la comunidad Madrid Centro cuenta con unos 250 hermanos en la fe activos. Debido a los horarios de trabajo y a los muchas veces largos viajes, entre 80 y 120 hermanos en la fe asisten a los Servicios Divinos los domingos.
El Evangelio es el mismo en todo el mundo
El Obispo en descanso Pedro Olmedo estuvo al frente de la comunidad durante varios años y ahora disfruta allí de su descanso ministerial. Puede confirmar que las distintas nacionalidades de la comunidad armonizan bien entre sí: “Porque siempre se intenta que todos se sientan integrados en la vida de la comunidad”. Y es muy importante ser empáticos y vivir el Evangelio de Jesucristo: “Es el mismo en todo el mundo”. El dirigente de la comunidad, el Pastor Uli Kaim, es un ejemplo a seguir en esto. Trata a todos los miembros de la comunidad por igual: con paciencia, amor y comprensión. Y muy importante es que el Pastor, nacido en Alemania, habla perfectamente español. Esta es la lengua en la que se celebran los Servicios Divinos y en la que los hermanos hablan entre sí. La inmensa mayoría sabe hablar español. “Los que proceden de Europa o África, aprenden rápidamente el idioma”, dice el Obispo Olmedo.
Felices de haber llegado
Gran parte de los miembros “extranjeros” de la comunidad no han tenido que aprender antes el idioma. Muchos proceden de países de Sudamérica donde el español es la lengua oficial. Muchos hermanos y hermanas vinieron a España desde estos países por la mejor situación económica. ¿Y por qué Madrid? Sencillamente, está el gran aeropuerto donde aterrizan los emigrantes de todos los continentes. “Además, Madrid como ciudad es muy acogedora para todo el que llega”, explica el Obispo Olmedo.
Riqueza en internacionalidad
Los miembros de la comunidad madrileña proceden de seis países africanos: Angola, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo, Senegal y Sudáfrica. Hermanos y hermanas de siete países americanos enriquecen a la comunidad madrileña: Argentina, Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú, Uruguay y Venezuela. Y están representados en la comunidad los siete siguientes países europeos: Alemania, Moldavia, Países Bajos, Rumania, Rusia, Suiza y, por supuesto, España.
Esta internacionalidad enriquece a la comunidad. En los diferentes eventos, a los hermanos y hermanas en la fe les gusta aportar sus costumbres y tradiciones. A los miembros de la comunidad les gusta especialmente reunirse en Navidad y cocinar platos de sus países de origen, por ejemplo. “Es una comunidad alegre, viva, activa y que integra a todos”, así describe el Obispo Olmedo a la comunidad madrileña.