El agradecimiento dice algo sobre la relación con Dios. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider lo dejó claro el Día de Agradecimiento en Suiza. Los creyentes aprendieron cómo mostrar agradecimiento a Dios.
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. Esta palabra bíblica de Colosenses 3:17 sirvió de base para el Servicio Divino del 17 de septiembre en Ostermundigen (Suiza). “Se trata de nuestra relación con Dios”, explicó el Apóstol Mayor. “Nuestro agradecimiento o nuestra ingratitud es un indicador de nuestra relación con Dios”.
Cuando la relación con Dios no está en orden
El Apóstol Mayor Schneider mencionó algunos ejemplos de la Biblia en los que los seres humanos fueron desagradecidos y estuvieron disconformes. Se nota que “su relación con Dios no estaba en orden”. Por ejemplo, Adán y Eva, que estaban disconformes y querían más. “No supieron reconocer la gracia que Dios les había dado”.
O los diez leprosos, solo uno de los cuales sintió la necesidad de dar las gracias a Jesús después de haberlos curado a todos. Es de suponer que estas personas pensaban que tenían derecho a una vida sana y normal, y que Dios había cometido un error. Entonces, ¿por qué dar las gracias cuando la supuesta injusticia ha sido reparada?
Una relación intacta con Dios
“Seamos agradecidos”, dijo el Apóstol Mayor. “Después de todo, nuestra relación con Dios está intacta”. El dirigente de la Iglesia internacional señaló lo que Dios da sin que sus hijos lo merezcan: “Todo lo que tiene que ver con la creación viene de Dios. Nuestra vida, nuestra salud, nuestra familia, todo viene de Dios”, enumeró el Apóstol Mayor.
“A través del sacrificio de Jesucristo, tenemos la oportunidad de ser liberados del poder del pecado, del dominio del mal. Esto es un acto del poder de Dios”. El Apóstol Mayor enfatizó: “Dios nos ha demostrado su amor a través de la muerte de su Hijo en sacrificio”.
También podemos estar agradecidos por la respuesta a una oración: “Es una gracia de Dios. Dios nunca está obligado a responder a nuestra oración”. Del mismo modo, su salvación la da por gracia. La comunión eterna con Dios no es algo sobrentendido.
Gracias, Dios
El Apóstol Mayor dio a los creyentes algunos consejos útiles sobre cómo expresar su agradecimiento a Dios:
- A través de la oración: “Cada vez que oramos, damos gracias a Dios”.
- A través de la ofrenda: “Esto no es solo dar gracias, sino que al hacerlo también confesamos nuestra dependencia de Dios”.
- En la Santa Cena: “Celebramos juntos la Santa Cena. A través de ella también expresamos nuestro agradecimiento”.
- Apreciando los dones de Dios: “Tratémoslos como corresponde”, dijo el Apóstol Mayor, refiriéndose a los dones terrenales. Y “apreciemos la gracia, el perdón, sabiendo lo que Jesús pagó para que pueda perdonarme los pecados. Seamos conscientes de lo que vale el Servicio Divino y tratémoslo como corresponde. Seamos conscientes de lo que vale para nosotros la comunión y tratémosla como corresponde”.
- Hablando y actuando en el nombre del Señor Jesús: “Hablar en el nombre de Jesucristo significa que siempre dejamos que Jesucristo tenga la palabra cuando hablamos o escribimos”.
… hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús
El Apóstol Mayor profundizó en este último punto. “Pablo sigue diciendo aquí: ‘Sea vuestra palabra sazonada con sal’”. Con esto, Pablo se refería a Jesús que dijo: “Tened sal en vosotros mismos”. “Así que la sal es el Evangelio”, explicó el Apóstol Mayor. “Jesús debe tener la palabra cuando nos expresamos”, explicó. “Nuestras palabras deben estar sazonadas con la sal del Evangelio”. Esto no significa que siempre haya que hablar del Evangelio, solo que debe notarse en todo. Como la pizca de sal que el cocinero pone en cada comida para que tenga mejor sabor. “Cuando hablamos con los demás, esto se tiene que notar: Está hablando de un asunto muy normal, pero detrás se percibe que está agradecido a Dios. No lo dice, pero se puede percibir”. Y “hay una especie de dedicación, de amor, de bondad, de gracia, de deseo de reconciliación, de deseo de unidad”.
“También debemos actuar, hacer obras en el nombre del Señor Jesús”, continuó diciendo el Apóstol Mayor. “Cuando actuamos, se tiene que notar: Este pertenece al Señor”. En el Apocalipsis dice que los redimidos llevan el nombre de Jesús en sus frentes (Apocalipsis 22:4). No es la apariencia lo que importa aquí, sino la determinación de guardar la voluntad de Dios en todas las circunstancias. “Servimos a Jesucristo”, recordó el Apóstol Mayor el lema del año. “En el nombre de Jesucristo debemos revelar su amor y hacerlo perceptible, debemos hacer el bien en su nombre, contribuir en su nombre a la terminación de su Obra, a la continuación de su plan de redención”.
“Debe ser nuestra preocupación en cada situación”, dijo el Apóstol Mayor, preguntarnos: “¿Qué puedo hacer por el Señor, aquí y ahora?”.