La fábrica de hostias invierte en el futuro

La fábrica de hostias de Bielefeld trabaja actualmente en un inmueble alquilado. Sin embargo, el edificio de los años 70, donde funcionaba una antigua sastrería, ya tiene sus años y habría que renovarlo a fondo. Lo mismo ocurre con la planta de producción, que tiene 33 años. “Está deteriorada y su tecnología es completamente anticuada”, informa Michael Block, responsable de la fábrica de hostias. Las reparaciones son cada vez más caras y requieren más tiempo.

Traslado al terreno de la Iglesia

Se necesitaba un nuevo edificio de producción que cumpliera los requerimientos actuales. Como emplazamiento ideal se pensó en la antigua iglesia de Bielefeld-Kammerratsheide, que está a solo 150 metros del actual centro de producción.

Pero, “no podíamos utilizar la antigua iglesia, era demasiado pequeña para albergar la planta de horneado”, informa Michael Block. El edificio ya desconsagrado fue demolido en abril de 2023. A continuación, un contratista general comenzó a trabajar en la moderna nave de producción, con los almacenes, oficinas y salas sociales necesarios.

Las obras interiores se terminarán en diciembre

Actualmente se están llevando a cabo las obras finales y el edificio ya está casi terminado. La instalación de las máquinas y los silos comenzará a fines de noviembre. Michael Block está muy ilusionado con las nuevas instalaciones de producción: “Obtendremos una tecnología de panificación fiable en un edificio funcional y suficientemente grande que cumple los estándares actuales”.

La Iglesia también piensa en la sostenibilidad. Hay un sistema fotovoltaico en el edificio de producción con el objetivo de maximizar su uso. El edificio también está convenientemente aislado y se calienta con dos bombas de calor.

Los hostias sin gluten siguen siendo artesanales

Por primera vez, en el nuevo edificio también hay un área de producción separada para hostias sin gluten, separada de la producción con harina de trigo. Sin embargo, debido a las pequeñas cantidades, esta producción sigue haciéndose a mano con una gofrera manual y una histórica máquina troqueladora.

Gluten es el nombre de la mezcla de sustancias que mantiene unida la masa. Sin embargo, no todos toleran el gluten. Algunas personas tienen una reacción alérgica, otras se enferman a causa de él. Pérdida de peso, depresión, trastornos del desarrollo… son solo algunos de los síntomas de la enfermedad celíaca. Incluso una pequeña dosis de harina puede desencadenar reacciones. Por ello, la Iglesia Nueva Apostólica ofrece desde hace más de 38 años obleas sin gluten.

Prueba de producción a principios de 2024

El traslado de la producción está previsto para fin de año. Se retomarán las partes de la planta existente que fueron renovadas en 2016. Se sustituirán el sistema de horneado y el canal de acondicionamiento, en el que se humedecen las obleas horneadas para evitar que se rompan durante el estampado. También se instalará una nueva tecnología de silos. En ellos se almacenan la harina de trigo entregada y los residuos de producción. Estos últimos se venderán y transformarán en alimento para animales.

Está previsto que la producción de prueba comience en enero y que las operaciones regulares se reanuden después, lo antes posible, como subraya Michael Block.

Inversión en el futuro

Queda por ver si con la nueva máquina de hornear cambiará el sabor de las hostias. “No lo sabremos hasta que se realicen las primeras pruebas”, afirma Michael Block. No cree que cambie, ya que los ingredientes serán los mismos. Sin embargo, se imagina que la mejora de la hidratación dará lugar a ligeros matices en la consistencia.

La Iglesia regional Alemania del Oeste invierte unos 4,5 millones de euros en el nuevo edificio y en la planta de producción. Esto significa que las comunidades nuevoapostólicas en 60 países seguirán siendo abastecidas con hostias. Los más alejados del centro de producción de Alemania son Samoa Americana y las Islas Fiyi.

Fábricas de hostias en todo el mundo

La producción propia de hostias ha sido un tema desde que la Iglesia Nueva Apostólica introdujo su propia forma a los elementos de la Santa Cena en 1919: las hostias rociadas con vino.

Al principio todo era trabajo manual: los hermanos y hermanas hacían las hostias para la comunidad en casa, en la mesa de la cocina, y las tres gotas de vino se añadían a cada hostia con una pipeta. Pronto, un Pastor y maestro panadero de Herne (Alemania) ayudó a profesionalizar el proceso.

En Bielefeld se elaboran hostias para los festejos de la Santa Cena en las comunidades nuevoapostólicas desde 1931. Actualmente, hay fábricas de hostias en Bangalore (India), Lusaka (Zambia), Ciudad del Cabo (Sudáfrica) e incluso dos en Uruguay.