La Navidad celebra el nacimiento de Jesús. El Viernes Santo y la Pascua celebran su muerte y resurrección. ¿Pero Pentecostés? ¿Qué significa concretamente el derramamiento del Espíritu Santo? Respuestas de los diez últimos Servicios Divinos de Pentecostés.
¿Qué significa realmente el Espíritu Santo? No surgió recién en Pentecostés, sino que existió siempre. Dice en Génesis 1:2: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.
En Pentecostés, a partir del acontecimiento bíblico de Pentecostés, el Espíritu Santo despliega un efecto especial. ¿Cuál? Una mirada retrospectiva a los últimos diez años de Servicios Divinos nuevoapostólicos de Pentecostés lo demuestra.
Recepción y anticipo
“Como cristianos nuevoapostólicos creemos que hemos recibido el don del Espíritu Santo mediante la imposición de manos y la oración de un Apóstol”, dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en Viena en 2017. Esta fe es el requisito previo para que el don del Espíritu Santo despliegue toda su eficacia. “En mi encargo, es muy importante para mí reforzar esta fe”.
Sin embargo, este don no es un derecho exclusivo, sino una especie de anticipo para todos los seres humanos, explicó el máximo dirigente de la Iglesia en Washington en 2018. “El Espíritu que resucitó a Jesucristo también puede resucitarte a ti. Experimentarás tu resurrección”. Y así, el don del Espíritu Santo es un “anticipo” o un “adelanto”. “Aunque una persona solo pueda ver a Dios tal como es en la gloria eterna, su amor y su presencia pueden vivirse en el creyente de hoy y esto permite experimentar la paz de Dios”.
Libertad y desarrollo
Donde el Espíritu puede obrar, hay libertad (Darmstadt 2020). “Nuestros planes han sido cambiados por Dios, pero Dios no ha cambiado su plan”. Libre de todo temor, el Evangelio puede ser anunciado en palabras y obras.
Y así el Espíritu también obra como Creador: “El Espíritu Santo puede crear cosas nuevas donde antes no había nada” (Zúrich-Seebach 2021). Renacida de agua y del Espíritu, puede desarrollarse la nueva criatura. Para ello, tiene que ponerse en movimiento y dejarse guiar: “Déjate guiar por el Espíritu Santo. Él siempre encuentra una manera de darnos paz, alegría y salvación”. Pero este movimiento está orientado hacia el futuro: “No te quedes en el pasado. El Espíritu Santo nos guía para seguir adelante. Confía en el Creador, Él encontrará nuevos caminos”.
Andar y obrar
Los creyentes no solo deben dejarse poner en movimiento por el Espíritu, sino también andar en este Espíritu (Fráncfort del Meno 2016). Aquellos que andan por sí mismos en los caminos del Espíritu Santo toman los alimentos apropiados, aceptan la prédica y reciben la Santa Cena. Este es un camino para luchar contra todo lo que va en contra del mandamiento de amar a Dios y al prójimo. Pero también es un camino de servicio: “No hemos pasado a formar parte de la Iglesia de Cristo para ser servidos”. Y los que andan por el Espíritu, al igual que Él, confiesan “que Jesucristo es el camino, el Ayudador y el desenlace”.
Algunos piensan que son demasiado débiles para poder cumplir esta tarea y están preocupados por dar espacio a este Espíritu. Ciudad del Cabo 2023: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). Aunque la preocupación pueda paralizar tu compromiso: “No retrocedas ante tu encargo. Cree que Dios te ha capacitado para servir como lo hizo Jesús”.
El amor de Dios no ha sido repartido gota a gota, sino que ha sido derramado en los corazones: “Llena todo el ser”. Dios nos ha dado el máximo de amor que podemos recibir. El amor de Dios es mucho más que un sentimiento, es un fuerte compromiso y una energía de sacrificio.
Amor y unidad
Este amor (Múnich 2014) motiva a los creyentes a hacer el bien incluso cuando saben que “Dios hace salir su sol sobre malos y buenos”. Dios, como el Dador, es el modelo a seguir: “El que ama da sin retorno, sin cálculo”. Impulsados por el Espíritu de amor, una cosa es cierta: “Dar nos acerca a Dios, a la comunión con Jesucristo”.
Esta comunión ya puede experimentarse concretamente. 1 Corintios 12:13: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo”. El Espíritu Santo refuerza esta unidad una y otra vez. En toda persecución, sufrimiento y necesidad, y a pesar de toda conducta humana equivocada en la Iglesia, el Espíritu fortalece la fe de los cristianos (Goslar 2019).
Comunidad y anuncio
Mediante este poder, todos pueden colaborar en algo en la Iglesia. Por muy diferentes que sean los dones y capacidades individuales dentro de una comunidad, todos han recibido el mismo don del Espíritu Santo. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (Buenos Aires 2022).
Y para cuando el milenario reino de paz esté completo, todos los seres humanos habrán escuchado las buenas nuevas, el Evangelio (Lusaka 2015).
Foto: Thaut Images – stock.adobe.com