Cuatro maneras diferentes de servir a Dios: de eso tratan los Servicios Divinos de los cuatro primeros domingos de junio. Y el quinto día festivo se refiere a los servicios que Dios brinda a personas muy concretas.
“Pastorea mis ovejas”. Este fue el encargo de Jesús a Pedro. Así es como el buen Pastor confió su rebaño al discípulo. De esta manera lo describe el Evangelio de Juan.
Los Hechos de los Apóstoles, a su vez, relatan cómo Pedro cumplió este encargo. En el concilio de Apóstoles de Jerusalén, se ocupó de asegurar la unidad de las comunidades advirtiendo a los cristianos a concentrarse en lo más importante.
Este encargo, que le es asignado al Apóstol Mayor, se denomina “servicio de Pedro”. El primer domingo de junio se tratarán las tareas que forman parte de él y qué implica para los creyentes.
Como María …
Una semana más tarde, también serán protagonistas algunos aspectos de la Iglesia de Cristo, aunque desde una perspectiva completamente diferente. La atención se centra en una tal Miriam, más conocida hoy como María, la madre de Jesús.
Su persona se considera una imagen de la Iglesia de Cristo. Y su comportamiento un ejemplo para todos los que siguen a Jesús. María creyó en el mensaje del ángel y así hizo firme su elección. Sin embargo, no se sintió en una posición superior, sino que siguió siendo consciente de su inferioridad y debilidad. Y siempre quedó vinculada a Jesús, incluso cuando tuvo que pasar por momentos difíciles.
… alabar y cantar …
Con su himno de alabanza, María también es un ejemplo para el cumplimiento del primer mandamiento, en el que se centra el tercer domingo de junio. “Yo soy Jehová tu Dios. No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Esto es tan válido hoy como lo fue cuando Moisés recibió los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí.
El primer mandamiento insta a los creyentes a adorar a Dios. ¿A qué Dios? Al que se revela en Jesucristo, que no solo es el Creador, sino también el que acompaña y preserva. Esta adoración tiene lugar –conjuntamente– sobre todo en el Servicio Divino como servicio de la comunidad a Dios.
… una y otra vez los domingos …
Y esto nos lleva al cuarto Servicio Divino dominical, que también se refiere a un mandamiento: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”. Israel debía santificar el día de reposo porque Dios descansó el séptimo día de la creación y lo santificó. Los cristianos ponen en práctica este mandamiento el domingo, día de la resurrección de Cristo.
El día de reposo puede santificarse alabando y adorando a Dios, teniendo comunión con Dios y de unos con otros, conmemorando la resurrección y el sacrificio de Jesús e intercediendo ante Dios por nuestro prójimo. O, en pocas palabras, como dice el Apóstol Mayor: “La mejor manera de santificar el día de reposo es participar del Servicio Divino”.
… aquí como allá
Jesucristo realizó el mayor servicio de todos para la humanidad: murió y resucitó, allanando así el camino a la comunión eterna con Dios. Y esto no solo se aplica a los vivos, dice 1 Tesalonicenses 4:14: “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”.
Para los cristianos nuevoapostólicos, esto deja claro que los que creen en Cristo y reciben los Sacramentos son incorporados en el mismo proceso que ha transitado Jesús como hombre. Fue el primero en experimentar la resurrección. Esto implica algo más que la inmortalidad del alma, sino que concierne al ser humano completo, como cuerpo, alma y espíritu. Este es el tema del quinto domingo de julio, que prepara para el Servicio Divino en ayuda para los difuntos a principios de junio.
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