«Cuando pienso en Ascensión, pienso en una nube que lentamente va subiendo, con el Señor Jesús encima», dice Michael, de 14 años, en la clase para confirmandos. Sí claro, así está escrito en la Biblia.
«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos» (Hechos 1:8-9).
La ascensión es asunto de fe
Asunto de fe, dicen las personas. Hasta los cristianos tienen sus dudas. Le da sentido el «ascensio domini»: el Hijo de Dios viene como hombre a la tierra, establece aquí su reino, muere como un hombre, resucita y regresa al cielo. Muchos pasajes del Nuevo Testamento hablan al respecto: los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las epístolas de los Apóstoles. También las Confesiones de fe de la Iglesia antigua dan testimonio de este fundamento de fe, que forma parte indisoluble de la escatología cristiana. Primero su nacimiento, después su muerte, después su resurrección, después el fortalecer a su comunidad, después la ascensión. Todo se desarrolla conforme a un plan.
Todo conforme a un plan
Nosotros también vivimos entre estos dos polos: bien profundo abajo, después somos alzados. Como cristianos buscamos que Dios nos fortalezca. A veces esto es absolutamente existencial para nosotros. Hay tantos días malos: enfermedad, aflicción, duelo, traumas, dolor, desesperanza, desgracia. Tiempos sin coraje, sin futuro, sin alegría. En ellos, la palabra de la ascensión trae un mensaje de consuelo: No siempre quedarás en esta desgracia, querido. ¡Estás en el camino! En el camino al cielo. El que olvida ascensión, pierde de vista el final feliz. Mejor dirijamos nuestra mirada hacia lo alto. Allí nos espera la sorpresa: mirar hacia arriba – ser alzados – estar seguros. Así es el plan.
Mirar hacia arriba da fuerzas
Querido, sé honesto, necesitas mucho echar una mirada como esa, que trae fuerzas a la vida. Mirar más allá del horizonte, infunde coraje y curiosidad. ¿Donde está tu cielo? Mira hacia él, levántate, toma nuevas fuerzas. La espiral de la vida va hacia arriba, no hacia abajo. «Y le recibió una nube», ¡qué hermosa frase!
Palabra clave: Ascensión de Cristo
40 días después de Pascua figura en el almanaque la Ascensión de Cristo. Esto es así desde el siglo IV. Especialmente en los Evangelios de Marcos y de Lucas encontramos el contexto, también en el primer capítulo de los Hechos: una nube que alza al Resucitado. Así es la imagen que dibujan. La ascensión nos muestra la posibilidad de transformación: de abajo hacia arriba, de la existencia terrena hacia Dios. El que muere con Cristo, resucitará y tendrá su ascensión junto con Él.
Foto: Oliver Rütten