Para el Adviento: «Cada uno da lo que tiene»
¿Atmósfera de Adviento? ¿Alegría navideña? Lamentablemente no en todas partes. En los días previos a la fiesta de paz de la cristiandad siguen las peleas y la guerra, el egoísmo y el acoso. Algunos pensamientos sobre el Adviento.
Hay una simpática historia que aunque no es una historia de Navidad, se adapta: el dueño de una casa se molesta porque en otoño las hojas del gran árbol del jardín de su vecino caen sobre su césped muy cuidado. Una y otra vez las barre y las arroja por encima del cerco sobre el césped de su vecino.
Este lo observa y naturalmente, también se enoja. Está en ciernes una pelea. Pero en vez de pagar con la misma moneda, el dueño del árbol compra una gran caja de bombones, la envuelve en un hermoso papel de regalo y la deja frente a la puerta de su vecino.
Este no sale de su asombro cuando abre el paquete. Adentro hay una nota que dice: «Cada uno da lo que tiene».
¿Qué damos nosotros?
¿Qué le damos a nuestro vecino: bombones u hojas, algo dulce o algo amargo, tiempo o peleas? Recién cuando terminemos de hacer promesas falsas o de decir frases vacías, puede venir la Navidad. Recién cuando logremos tolerar y tratar con paciencia las faltas de nuestro prójimo, la Navidad se pone hermosa.
Pasar la factura para que se nos paguen todas las injusticias que se nos cometieron, no va. Esto es humano y no está de acuerdo con el Evangelio. Las buenas palabras no le duelen a nadie. Navidad necesita un estado de ánimo, actitud, sentimientos. Ambientarse, prepararse, involucrarse, necesita un cierto tiempo. Ese tiempo es el Adviento.
El Adviento despeja la mente
Adventus domini –la llegada del Señor– no nos debe enloquecer, sino moderar, templar. El hombre debe (volver a) encontrar su equilibrio, quitarse de encima lo cotidiano. Hay sólo pocos días en el año donde esto es tan cierto como en el Adviento. Pues, el que espera con alegría, recibirá con alegría. El que siembra paz, cosechará paz. El que juzga con paciencia, será juzgado con paciencia. Para entenderlo se necesita este tiempo: el Adviento.
Un hermoso canto para niños dice: «Si cada uno da lo que tiene, todos estarán satisfechos». En este sentir, ¡un hermoso segundo Adviento!
Foto: Evgeniy Kalinovskiy / fotolia