Orar funciona y las oraciones son respondidas: ¿Cómo? Jesucristo lo explicó en varias ocasiones. Hace poco el Apóstol Mayor analizó detenidamente una de esas explicaciones. Se trata de la elección, el fruto y el nombre.
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”. Este fue el texto bíblico de Juan 15:16 para el Servicio Divino del 14 de julio de 2024 en Lubumbashi (República Democrática del Congo).
Regalo en lugar de selección
Ser elegido por Jesucristo no es una selección. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider lo dejó claro al comienzo de su prédica. Ni han sido llamados los “mejores” ni los demás han sido seleccionados. “Jesús dice simplemente que la salvación es una gracia de Dios que no podemos ganarnos”.
Esto nos hace humildes: “Sabemos que no seremos salvos porque seamos mejores que los demás”. Y nos hace agradecidos: “Servimos a Dios porque nos lo ha dado todo”.
Lo que crece, trabaja y permanece
“El Señor dice aquí que debemos llevar fruto. Hay varias interpretaciones posibles”, explica el Apóstol Mayor:
El fruto proviene del desarrollo de la planta. Dios ha puesto vida divina en el creyente. Esta vida debe desarrollarse. La Biblia menciona la paciencia, la bondad, la mansedumbre y la templanza, entre otros, como frutos del Espíritu Santo. El objetivo es asemejarse cada vez más a Jesús, especialmente en el amor al prójimo.
El fruto contiene semilla y alimento. Llevar fruto significa transmitir el Evangelio de Cristo a través de nuestro propio comportamiento, asegurar el futuro de la Iglesia y dar a los demás el consuelo y la atención que necesitan.
Y, por último, se trata del fruto del trabajo. Sin embargo, esto no significa que Dios cumpla todos los deseos o proteja de todo mal. “Lo que queremos y lo que Dios quiere darnos es la vida eterna”.
Medidos en Jesús
El Señor también dice: “Tu fruto debe permanecer”. Esto significa que Jesús juzga el fruto. “A veces lo olvidamos, pero el día del retorno del Señor será un día de juicio”. Él lo subrayó una y otra vez en parábolas.
Cristo solo aceptará a aquellos cuyo fruto corresponda a su voluntad. No se trata de lo que logren los creyentes, sino de que se asemejen cada vez más a Jesucristo.
Pedir según el ejemplo
“Cuantos más pensamientos tengamos como Jesús, mayor será la probabilidad de que nuestras oraciones sean respondidas”, subraya el Apóstol Mayor, citando ejemplos del “Padre Nuestro”:
- Santificado sea tu nombre: “Todo lo que hacemos es para glorificar su nombre, no para nuestro propio honor”.
- Hágase tu voluntad: “Como Jesús, quiero hacer la voluntad de Dios. Como Dios, quiero que mi prójimo también sea salvo”.
- Líbranos del mal: “Ayúdame a librarme de los espíritus, concédeme tu gracia”.
- Venga tu reino: “Y nuestro mayor deseo: ¡Ven Señor Jesús!”.
“Esas oraciones son respondidas por Dios porque corresponden a las oraciones que Jesús hace por nosotros”.