En las últimas semanas, miembros de diversas comunidades de África, Europa y América han tenido motivos para celebrar. Lo hicieron con música, representaciones teatrales y un viaje en barco.
Celebrando la conclusión de un libro
Al final de las clases de la escuela dominical, los niños de la comunidad Sédhiou (Senegal) celebraron un Servicio Divino especial con el Obispo Doua Camara. Representaron una obra de teatro que contaba la historia de Adán y Eva y también entonaron himnos. El acto se celebró también para agradecer a los jóvenes que habían enseñado a los niños. Por iniciativa del Apóstol Tounkang Mané, se habían organizado seminarios y talleres para que los jóvenes pudieran transmitir las enseñanzas de la Iglesia a los niños.
Celebrar el principio y el fin
Como preparación para el Servicio Divino de Apóstol Mayor y como despedida del Apóstol Frédéric Makaya Mbungu, los fieles del distrito Kinshasa-Centro 1 (República Democrática del Congo) celebraron un gran Servicio Divino. El 8 de septiembre de 2024 el auditorio Léon de la Universidad Saint-Moulin en Kinshasa se llenó totalmente. El Apóstol líder Gianni Bangawe condujo el Servicio Divino con el texto bíblico de 1 Reyes 19:11-12, contando la historia de Elías, que pudo experimentar a Dios en un “silbo apacible” y los participantes del Servicio Divino pudieron experimentar a Dios de la misma manera. Entre otras cosas, el Apóstol líder había invitado al Apóstol Makay Mbungu, que pasó al descanso el domingo siguiente, a participar de la hora. “En nuestra acción para la obra de Dios”, dijo el siervo, “no seamos el poderoso violento que rompe los corazones de otros, o el fuego que consume el coraje de otros, o un terremoto que frustra a otros. Seamos más bien esta brisa apacible, humilde y suave en la que Dios se nos revela”. Tras el Servicio Divino, dirigió al coro formado por jóvenes, alumnos de la escuela dominical y sus madres, en el canto “Na ngomba bayekoli”: “Los discípulos en el monte” trata de la ascensión de Jesucristo y su promesa de que volverá.
Celebrando las bodas de oro
Los miembros de la comunidad San Justo Nº 1 (Argentina) celebraron su 50º aniversario el 14 de julio de 2024 con un Servicio Divino, pero también muñecos y pequeñas plantas. El Apóstol Claudio Videla condujo el Servicio Divino de aniversario, con 267 participantes. Mencionó los comienzos de la comunidad y subrayó que todo se hizo por amor a Dios y así sigue siendo. Después del Servicio Divino, algunos de los jóvenes hicieron preguntas sobre la vida en la iglesia, fechas y nombres, y quien recibía uno de los muñequitos de trapo, respondía a la pregunta. Después hubo refrescos preparados por la comunidad y todos regresaron a casa con una pequeña maceta como recuerdo.
Celebrar su propio valor
Los niños se levantaron temprano el domingo 15 de septiembre de 2024 para asistir al Servicio Divino. Pero no llegaron al Servicio Divino como siempre, sino en ferry. Esto se debió a que el Servicio Divino para los miembros más jóvenes del distrito Emden (Alemania) tuvo lugar en la isla de Norderney, en el Mar del Norte. El tema era: “Sois valiosos”, y se ilustró con el pasaje bíblico de Lucas 12:7, que dice que Dios sabe incluso cuántos cabellos tienen sus hijos. Los niños intentaron contar los cabellos, cosa que no consiguieron. Para Dios sí es posible. Después del Servicio Divino, todos fueron a la playa, donde comieron algo, hicieron volar cometas y armaron obras de arte con material descartable.
Celebrar la amistad
En misión de amistad, jóvenes de la región de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) recorrieron unos 100 kilómetros hasta Worcester el 8 de septiembre de 2024. La jornada comenzó a las 5 de la mañana, para que, tras el viaje en autobús, el ensayo del coro para el Servicio Divino pudiera empezar puntualmente a las ocho. En consonancia con el día, el tema del Servicio Divino fue la comunión con Dios. Después, los jóvenes de Worcester ofrecieron a sus amigos de Ciudad del Cabo un refrigerio para que empezar luego juntos el concierto. En él se interpretaron diversas obras orquestales y corales, desde himnos afrikáans hasta obras tradicionales africanas. Durante la canción isiZulú “Amavolovolo”, no pararon de bailar y reír. Después, los jóvenes visitaron dos residencias de ancianos y deleitaron a sus residentes con sus canciones.