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Señales hacia la tierra prometida

noviembre 6, 2024

Autor: Andreas Rother

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Dios guía y conduce. ¿Y cómo? El pueblo de Israel tenía fuego y nubes para guiarse en el camino. Hoy también tenemos alguien que nos acompaña. Y además está la lista de control de cinco puntos de un Servicio Divino con el Apóstol Mayor.

“Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche”. Este pasaje bíblico de Éxodo 13:21 fue el tema central del Servicio Divino del 16 de agosto de 2024 en Mwanza (Tanzania).

La presencia de Dios en aquella época

“En la Biblia, la nube y el fuego siempre están asociados con la presencia de Dios”, explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. “Dios se reveló a Moisés en la zarza ardiente. Columnas de fuego y nubes condujeron a Israel fuera de Egipto y se ubicaron delante de los que huían para protegerlos. En el monte Sinaí, Dios se dirigió a su pueblo a través del fuego y las nubes. Las columnas se alzaban sobre el tabernáculo y señalaban que se quedaran o que se pusieran en marcha.

El símbolo de la nube y el fuego también se encuentra en el Nuevo Testamento. Durante la transfiguración de Jesús, Dios se reveló en una nube. En la ascensión, Cristo fue arrebatado en una nube. Y en Pentecostés, el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego.

La presencia de Dios hoy

Desde entonces, Dios guía a través del Espíritu Santo, subraya el Apóstol Mayor: “No se puede ver al Espíritu Santo, pero se lo puede oír y se puede experimentar su palabra, su actividad y su presencia” en el Servicio Divino. 

Es más, Dios está con su pueblo todos los días a través del don del Espíritu Santo. “Dios habita en tu corazón y te habla”.

El estilo de conducción de Dios hoy

“Dios nos guía”, pero “no nos empuja. No tira de nosotros. No nos obliga”. Porque Dios ha dado a las personas libre albedrío. “Él muestra que éste es el camino, pero tú eres libre de seguir su camino o no”.

A veces se siente la tentación de pedir a Dios señales sobre lo que hay que hacer. “Pero piénsalo: eso significa que quieres que Dios decida por ti”. Y eso equivale descargar la responsabilidad en Dios. “Dios nos ayuda a través del Espíritu Santo, pero nunca decidirá por nosotros”.

Los guardarraíles de la responsabilidad personal

“Recordemos a Jesucristo”, dice el dirigente de la Iglesia. “Él no buscaba señales. Cada vez que tenía que tomar una decisión, oraba y hablaba con Dios. Y luego Jesús mismo decidía qué hacer”.

La orientación necesaria la proporcionan las enseñanzas de Jesucristo. El Apóstol Mayor nombró cinco puntos concretos:

  • renunciar al mal,
  • seguir la ley de Dios, resumida en el mandamiento de amar a Dios y al prójimo,
  • dar prioridad a la vida eterna,
  • seguir a los Apóstoles y participar en el festejo de la Santa Cena y
  • asemejarse a Cristo.

“Si tu decisión tiene en cuenta estos cinco puntos, puedes estar seguro de que es buena y de que Dios te bendecirá”. Esto no garantiza necesariamente el éxito y no protege contra todas las dificultades. Pero “aquellos que siguen a Cristo, al igual que el pueblo de Israel siguió a la nube, entrarán en la tierra prometida. Entrarán en la comunión eterna con Jesucristo en su reino”.

noviembre 6, 2024

Autor: Andreas Rother

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