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Viejas verdades dejan al descubierto nuevas artimañas

03 03 2025

Autor: Simon Heiniger

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¿Cómo afrontar seducciones y provocaciones? Las tentaciones de Jesús en el desierto nos muestran cómo. El episodio evidencia el poder de la palabra de Dios.

Llama la atención que Jesús se enfrentó a cada tentación (Mateo 4: 1-11) con una cita de la Escritura antigua. Esto demuestra que la Biblia no solo sirve como enseñanza, sino que también tiene poder espiritual. El autor de la Sagrada Escritura es Dios y esta es el testimonio de su revelación. Por eso, en las tentaciones Jesús no se apoya en sus propias fuerzas y argumentos, sino completamente en la palabra de Dios.

En las tres tentaciones se trata de citas del 5º libro de Moisés, el Deuteronomio. Están dirigidas especialmente a la generación de Israel que nació y creció durante la travesía por el desierto. En retrospectiva, se recuerdan la travesía por el desierto, las tentaciones y la fidelidad de Dios. En ese tiempo, el pueblo de Israel tuvo que probarse a sí mismo y aprender a ponerse completamente en manos de Dios y a confiar en Él.

1. Confianza en que Dios proveerá

Lógicamente, en la primera tentación el diablo primero desafía a Jesús con comida después de sus 40 días de ayuno y le sugiere que transforme las piedras en pan.

Esta cita de Deuteronomio 8:3 se refiere a la provisión divina de maná para Israel. Aunque Dios dejó que el pueblo pasara hambre, le proporcionó maná, un alimento que hasta entonces le era desconocido. De este modo, el pueblo debía aprender que su vida no dependía solo de la comida, sino del cuidado de Dios y de su palabra. Dios no siempre provee a las personas como estas imaginan, sino a su manera.

Jesús se niega a hacer milagros para sí mismo, sino que confía en Dios. El ser humano no vive de lo que puede ganar o producir por sí mismo. La vida eterna llega exclusivamente a través de la relación con Dios y a través de su palabra.

2. La fe no exige pruebas

En la segunda tentación, al caer del pináculo del templo Jesús cita un versículo del capítulo 6, que dice textualmente: “No tentaréis a Jehová, vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah”.

¿Qué ocurrió entonces en Masah? Durante la travesía por el desierto, los israelitas acamparon en Refidim. Allí no encontraron agua, acusaron a Moisés y dudaron de la presencia de Dios. La situación llegó a tal extremo que Moisés temió morir apedreado. Dios hizo que Moisés golpeara una roca, brotó agua y pudo ser saciada la sed del pueblo. Moisés llamó entonces a este lugar Masah y Meriba, que se traducen como prueba y conflicto.

Jesús lo deja claro con su cita y su obrar: la verdadera fe significa confianza, no exigencias.

3. La fidelidad es más que un trato

Por último, Satanás ofrece a Jesús una supuesta solución rápida para obtener poder sin sufrimiento ni cruz. La respuesta de Deuteronomio 6:13 lo deja claro: solo Dios merece ser adorado.

El trasfondo: Israel se apartó repetidamente de Dios y adoró a dioses extranjeros. Los cultos idolátricos de Moloc, Baal, Asera y Dagón atraían a la gente y ofrecían soluciones rápidas a los problemas cotidianos. El pueblo buscó repetidamente el camino aparentemente más fácil y anheló una y otra vez volver a Egipto.

Jesús deja claro que el verdadero rey no es el que toma el poder para sí mismo, sino el que sirve a Dios. Él será rey, pero a través de la fidelidad y el sacrificio, y no a través del compromiso. Incluso hoy en día, los seres humanos suelen buscar soluciones rápidas y rara vez están dispuestos a esperar a Dios.

El diablo como intérprete de la Biblia

El diablo también utiliza astutamente una cita bíblica y se refiere a partes de Salmos 91:11-12: Pues Dios “a sus ángeles mandará acerca de ti… en las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra”. El diablo instrumentaliza la Escritura en contra de su significado real y presenta al salmo como una especie de carta blanca.

La referencia a dónde existe la protección de Dios se oculta deliberadamente: “en todos tus caminos”.  Este pasaje es crucial porque no significa que Dios proteja incondicionalmente a las personas siempre y en todas partes. En Proverbios y Salmos se distingue repetidamente entre el camino de los justos y el de los impíos. Así que este salmo no se refiere simplemente a todos los caminos posibles, sino a los caminos que están de acuerdo con la voluntad de Dios.

El diablo conoce las Escrituras, pero Jesús las vive perfectamente, porque Él mismo es la verdad. Vista aisladamente, la Biblia puede ser mal empleada, pero en Jesús se entiende y se cumple correctamente: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros… lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). Y como Jesús mismo es la verdad, las Escrituras también se interpretan hoy a partir de Él.


Photo: dzoot – stock.adobe.com

03 03 2025

Autor: Simon Heiniger

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