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Ouvrir le textefe, amor, esperanza y paz, gozo y reconocimiento son algunos de los tantos frutos que puede dar la prédica. pero esto no sucede así como así: qué puede –y debe– hacer cada creyente por sí mismo. dios siempre ha hablado a los seres humanos: desde adán y eva, pasando por abraham y moisés, hasta jesucristo. a veces habló directamente, luego a través de los profetas y finalmente adoptó la condición de hombre. así lo explicó el apóstol mayor jean-luc schneider el 31 de enero de 2025 en kampala (uganda). hoy, dios habla a través del espíritu santo y el apostolado. su mensaje es para todos y siempre tiene el objetivo de salvarnos y llevarnos a la comunión con él. sin embargo, solo escuchar no es suficiente. las tres claves de la palabra. “hay que escuchar de la manera correcta”, dijo el máximo dirigente de la iglesia, refiriéndose a la parábola del sembrador. su conclusión fue la base del servicio divino: “mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará” (lucas 8:18). “¿y cómo se escucha bien la palabra de dios?”. hubo toda una serie de respuestas a esta pregunta. creer en jesucristo: sin esta fe, escuchar es ineficaz. la fe implica reconocer a jesús como hijo de dios y salvador. “si solo nos centramos en nuestra vida terrenal, nos decepcionaremos”. ante todo, se trata de la vida eterna. aceptar a los mensajeros: dios habla a través de sus enviados. hoy a través de los apóstoles. no basta con leer la biblia o prestar atención a nuestra propia conciencia. la fe en el apostolado enviado es central, porque a través de ellos es proclamado el evangelio con claridad y autoridad. “pero que quede claro: si predican lo que jesús enseñó”. actuar en consecuencia: la actitud correcta a la hora de escuchar consiste también en la disposición a hacer la palabra de dios, no de forma selectiva, sino completa. “no utilices la palabra de dios para juzgar a los demás. dios no quiere resolver tus problemas cambiando a tu prójimo, sino permitiéndote entrar en su reino cambiándote a ti”. cuando la prédica da fruto. a los que escuchan con esta actitud –con fe, confiando en el envío de los apóstoles y con voluntad de actuar– se les dará mucho, subrayó el apóstol mayor: “tendremos un corazón lleno de paz y gozo, incluso en circunstancias difíciles. encontraremos la gracia. y alcanzaremos la vida eterna. y eso es lo máximo que puede alcanzar una persona”. pero “si no tenemos esta fe en jesucristo, entonces incluso lo que parece que tenemos nos será arrebatado. y lamentablemente ese es el caso de muchos cristianos. piensan que jesucristo les dirá cómo curarse y cómo hacerse ricos. y al poco tiempo se sienten decepcionados”. la conclusión del servicio divino: “amados hermanos y hermanas, aceptemos que dios quiere hablarnos para darnos la vida eterna. somos verdaderos discípulos de cristo. lo seguimos por la razón correcta. escuchamos el evangelio y el mensaje del evangelio predicado por los apóstoles. y estamos dispuestos a hacer la voluntad de dios. entonces alcanzaremos la vida eterna. e incluso en esta vida tendremos paz y gozo”.
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fe, amor, esperanza y paz, gozo y reconocimiento son algunos de los tantos frutos que puede dar la prédica. pero esto no sucede así como así: qué puede –y debe– hacer cada creyente por sí mismo. dios siempre ha hablado a los seres humanos: desde adán y eva, pasando por abraham y moisés, hasta jesucristo. a veces habló directamente, luego a través de los profetas y finalmente adoptó la condición de hombre. así lo explicó el apóstol mayor jean-luc schneider el 31 de enero de 2025 en kampala (uganda). hoy, dios habla a través del espíritu santo y el apostolado. su mensaje es para todos y siempre tiene el objetivo de salvarnos y llevarnos a la comunión con él. sin embargo, solo escuchar no es suficiente. las tres claves de la palabra. “hay que escuchar de la manera correcta”, dijo el máximo dirigente de la iglesia, refiriéndose a la parábola del sembrador. su conclusión fue la base del servicio divino: “mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará” (lucas 8:18). “¿y cómo se escucha bien la palabra de dios?”. hubo toda una serie de respuestas a esta pregunta. creer en jesucristo: sin esta fe, escuchar es ineficaz. la fe implica reconocer a jesús como hijo de dios y salvador. “si solo nos centramos en nuestra vida terrenal, nos decepcionaremos”. ante todo, se trata de la vida eterna. aceptar a los mensajeros: dios habla a través de sus enviados. hoy a través de los apóstoles. no basta con leer la biblia o prestar atención a nuestra propia conciencia. la fe en el apostolado enviado es central, porque a través de ellos es proclamado el evangelio con claridad y autoridad. “pero que quede claro: si predican lo que jesús enseñó”. actuar en consecuencia: la actitud correcta a la hora de escuchar consiste también en la disposición a hacer la palabra de dios, no de forma selectiva, sino completa. “no utilices la palabra de dios para juzgar a los demás. dios no quiere resolver tus problemas cambiando a tu prójimo, sino permitiéndote entrar en su reino cambiándote a ti”. cuando la prédica da fruto. a los que escuchan con esta actitud –con fe, confiando en el envío de los apóstoles y con voluntad de actuar– se les dará mucho, subrayó el apóstol mayor: “tendremos un corazón lleno de paz y gozo, incluso en circunstancias difíciles. encontraremos la gracia. y alcanzaremos la vida eterna. y eso es lo máximo que puede alcanzar una persona”. pero “si no tenemos esta fe en jesucristo, entonces incluso lo que parece que tenemos nos será arrebatado. y lamentablemente ese es el caso de muchos cristianos. piensan que jesucristo les dirá cómo curarse y cómo hacerse ricos. y al poco tiempo se sienten decepcionados”. la conclusión del servicio divino: “amados hermanos y hermanas, aceptemos que dios quiere hablarnos para darnos la vida eterna. somos verdaderos discípulos de cristo. lo seguimos por la razón correcta. escuchamos el evangelio y el mensaje del evangelio predicado por los apóstoles. y estamos dispuestos a hacer la voluntad de dios. entonces alcanzaremos la vida eterna. e incluso en esta vida tendremos paz y gozo”.
Fe, amor, esperanza y paz, gozo y reconocimiento son algunos de los tantos frutos que puede dar la prédica. Pero esto no sucede así como así: qué puede –y debe– hacer cada creyente por sí mismo.
Dios siempre ha hablado a los seres humanos: desde Adán y Eva, pasando por Abraham y Moisés, hasta Jesucristo. A veces habló directamente, luego a través de los profetas y finalmente adoptó la condición de hombre. Así lo explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 31 de enero de 2025 en Kampala (Uganda).
Hoy, Dios habla a través del Espíritu Santo y el apostolado. Su mensaje es para todos y siempre tiene el objetivo de salvarnos y llevarnos a la comunión con Él. Sin embargo, solo escuchar no es suficiente.
Las tres claves de la palabra
“Hay que escuchar de la manera correcta”, dijo el máximo dirigente de la Iglesia, refiriéndose a la parábola del sembrador. Su conclusión fue la base del Servicio Divino: “Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará” (Lucas 8:18).
“¿Y cómo se escucha bien la palabra de Dios?”. Hubo toda una serie de respuestas a esta pregunta.
- Creer en Jesucristo: Sin esta fe, escuchar es ineficaz. La fe implica reconocer a Jesús como Hijo de Dios y Salvador. “Si solo nos centramos en nuestra vida terrenal, nos decepcionaremos”. Ante todo, se trata de la vida eterna.
- Aceptar a los mensajeros: Dios habla a través de sus enviados. Hoy a través de los Apóstoles. No basta con leer la Biblia o prestar atención a nuestra propia conciencia. La fe en el apostolado enviado es central, porque a través de ellos es proclamado el Evangelio con claridad y autoridad. “Pero que quede claro: si predican lo que Jesús enseñó”.
- Actuar en consecuencia: La actitud correcta a la hora de escuchar consiste también en la disposición a hacer la palabra de Dios, no de forma selectiva, sino completa. “No utilices la palabra de Dios para juzgar a los demás. Dios no quiere resolver tus problemas cambiando a tu prójimo, sino permitiéndote entrar en su reino cambiándote a ti”.
Cuando la prédica da fruto
A los que escuchan con esta actitud –con fe, confiando en el envío de los Apóstoles y con voluntad de actuar– se les dará mucho, subrayó el Apóstol Mayor: “Tendremos un corazón lleno de paz y gozo, incluso en circunstancias difíciles. Encontraremos la gracia. Y alcanzaremos la vida eterna. Y eso es lo máximo que puede alcanzar una persona”.
Pero “si no tenemos esta fe en Jesucristo, entonces incluso lo que parece que tenemos nos será arrebatado. Y lamentablemente ese es el caso de muchos cristianos. Piensan que Jesucristo les dirá cómo curarse y cómo hacerse ricos. Y al poco tiempo se sienten decepcionados”.
La conclusión del Servicio Divino: “Amados hermanos y hermanas, aceptemos que Dios quiere hablarnos para darnos la vida eterna. Somos verdaderos discípulos de Cristo. Lo seguimos por la razón correcta. Escuchamos el Evangelio y el mensaje del Evangelio predicado por los Apóstoles. Y estamos dispuestos a hacer la voluntad de Dios. Entonces alcanzaremos la vida eterna. E incluso en esta vida tendremos paz y gozo”.