El mundo se vuelve lingüísticamente ilimitado gracias a una traducción. No todos lo tienen claro. Un día dedicado por completo al arte y la importancia de la traducción. Una visión general.
¿Cuál es el libro más traducido del mundo? Por supuesto, la Biblia. Se estima que está disponible completa en unos 700 idiomas y en partes en casi 3.900 idiomas. Imaginemos por un momento que la Biblia solo existiera en su idioma original: el Antiguo Testamento en hebreo y arameo, el Nuevo Testamento en griego. ¿Cómo podrían los creyentes de todo el mundo estudiar la palabra de Dios? ¿Cómo podrían los portadores de ministerio prepararse para el Servicio Divino? ¿Cómo sería posible la prédica del Evangelio si no se dispusiera de la traducción de la Biblia al propio idioma?
El Día Internacional de la Traducción
Sea cual sea el ámbito, ya sea la Iglesia, la política, la economía, la ciencia, la cultura o la literatura, las traducciones y las personas que hay detrás de ellas son importantes. En 1954, la Federación International de Traductores (FIT), que es la organización mundial de asociaciones nacionales de traductores, intérpretes y terminólogos, quiso rendir homenaje a esta profesión. Por ello, la federación celebró en París por primera vez el Día del Traductor. En 1991, la asociación amplió la idea a un Día Internacional de la Traducción, que fue proclamado oficialmente el 30 de septiembre de 2017 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La fecha no se eligió al azar. Se trata del aniversario de la muerte de Jerónimo, un Padre de la Iglesia del noroeste de Italia que vivió en los siglos IV y V. Es el primer traductor conocido que tradujo el Antiguo Testamento al latín hablado de la época. Se lo considera el patrono de los traductores. El Día Internacional de la Traducción también se conoce a veces como el Día de San Jerónimo.
Honrar a los traductores
Debido a las traducciones asistidas por computadora, los traductores profesionales están perdiendo cada vez más importancia en la percepción pública. Por ello, el Día del Traductor se centra en la importancia de su trabajo, ya que un programa informático no puede hacer lo que hace un ser humano: “Comprender los matices lingüísticos, las emociones, los juegos de palabras y los contenidos ‘entre líneas’ y traducirlos correctamente a otro idioma”. El conocido traductor español García Yebra destaca: “La traducción es quizás el proceso más importante para la difusión de una cultura”.
Además, facilita el diálogo y la comunicación, y fomenta el entendimiento entre culturas: “Los traductores tienen la capacidad de conectar las realidades de dos culturas diferentes”. En su función, la traducción une a los pueblos, fomenta la paz y sirve para el entendimiento. Además, facilita la vida cotidiana en muchos aspectos, pensemos en nuestra propia literatura en casa, las series actuales en la televisión o los servicios de streaming, o simplemente en las instrucciones de uso de la nueva batidora. Una traducción “hace que el mundo sea lingüísticamente ilimitado”.
Cada año, la FIT elige un nuevo lema para el Día Internacional de la Traducción. “La traducción: forjemos un futuro en el que confiar” es el lema de 2025, que destaca la importancia de la confianza humana. Los traductores son responsables de una comunicación creíble, ya que establecen el diálogo y la confianza entre diferentes interlocutores.
Traductores en la Iglesia
Está claro que sin traductores nada funcionaría en el mundo internacional. Gracias a ellos, la Biblia es accesible para todos. También en la Iglesia Nueva Apostólica habría dificultades de comunicación. Gracias a la traducción, los Servicios Divinos pueden entenderse en todo el mundo en los idiomas más diversos. Solo en el Servicio Divino de Pentecostés se utilizan hasta 20 idiomas. Gracias a ellos, las revistas de la Iglesia, como Community o el portal de noticias nac.today, pueden entenderse en todo el mundo. Gracias a ellos nos entendemos unos a otros.
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